En una entrevista al diario El País José Ignacio Wert, ministro de Educación y de Cultura confesó que dedicaba más tiempo a la primera que a la segunda. Wert es ministro de Cultura —según ha dicho él mismo— a partir de las 20:00 h., las 19:00 h. en Canarias.
No sabemos si el ministro Wert tiene un horario como el de los trabajadores de Patrimonio y sale a las 22:00 h., las 21:00 h. en Canarias, o si es de los que dicen “Querida, no me esperes a cenar”, y se queda más tiempo en el despacho. Tampoco importa mucho, porque el insidioso mensaje que quería lanzar, ya está enviado: “La cultura, queridos niños, no es importante y yo como ministro sólo le dedico una horas residuales al final del día”.
Te guste más o te guste menos, en una cosa estamos de acuerdo: Wert es el único ministro del Consejo que da espectáculo.
En la entrevista hizo referencia entre otras cosas a la Ley de Mecenazgo, que es una manera de privatizar la Cultura, de armonizarla con los intereses del capital, que nunca se ha caracterizado por su audacia o por su rebeldía. El mecenazgo, se legisle como se legisle, es una manera de control ideológico.
Las conversaciones para sacar adelante esta ley están, según dice el ministro, “más en la fase de los conceptos que de las cifras”, y no hay una fecha para su puesta en marcha, aunque el ministro da por seguro que estará lista antes de que termine la legislatura.
Con el Ministerio de Cultura funcionando a partir de las 20:00 h., las 19:00 en Canarias, y desaparecidas las Cajas de Ahorro junto a su obra social, que han patrocinado actos culturales, exposiciones y libros ruinosos pero extremadamente interesantes, el mecenazgo es la última esperanza de poder organizar algo.
Ya veremos cómo funciona este sutil mecanismo de control. Igual hasta vuelven aquellas ditirámbicas dedicatorias de los viejos tiempos:
“Cuentos completos, dirigidos a doña María Dolores de Cospedal y García, abogada del Estado, senadora, presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha y secretaria general del Partido Popular”.