La artista desconocida más conocida del mundo
El Guggenheim de Bilbao ya tiene planes para 2014, y es que dentro de exactamente un año está previsto que –entre otras cosas–, Yoko Ono lleve a la capital vizcaína una exposición compuesta por unas 200 obras de su repertorio. Muchos medios se están congratulando estos días con la noticia, ya que esta parada en Bilbao supone una escala dentro del recorrido que la artista llevará a cabo por Europa; sobre todo, significa un reconocimiento al trabajo conceptual que ha desarrollado durante varias décadas.
Pero no nos engañemos, el nombre de Yoko Ono va unido a The Beatles y a una animadversión ciega como a las dos caras de una moneda, y a lo largo de su vida de viuda las parodias sobre su faceta como artista se han sucedido constantemente. Pero en el fondo ella ha sabido sacar provecho de ello; para muestra un botón: su performance Cut Piece en la que permitía que los asistentes la desnudaran a tijeretazos, o su disco de 2007, titulado Yes, I am a Witch, un claro ejemplo de cómo hacer de la necesidad virtud y encaminarse hacia los fines deseados.
Ahora, con sus 80 años recién cumplidos dice comenzar su segunda vida (que, suponemos, no prevé tan duradera) y aspira a cambiar el mundo a través de sus trabajos. Llámame gorrión y échame trigo, que decimos por aquí.
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