Libros gratis

Juan Manuel Gil/DK

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La pereza es eso que nos abraza cariñosamente cuando alguien pregunta cuál es el futuro del libro. Cualquier escritor o editor que, con la que está cayendo, tenga la fortuna de dar conferencias, ha de estar preparado para esta cuestión: “¿Va a desaparecer el libro?”. Es el comodín de los asistentes cuando nadie quiere preguntar nada. Pasó en su momento con el porvenir de la poesía, de la novela, del relato y de los artificios más híbridos y reticulares. Y en principio, salvo muchas subvenciones culturales, nada ha desaparecido.

Hace unos días, Diario Kafka recogía la vieja novedosa manera de publicar una novela por capítulos en formato digital (0,99€). Concretamente la de Santiago Roncagliolo en la editorial Alfaguara (Prisa). Como contrapunto, por esos días, Juan Cruz publicaba en el diario El País (Prisa) un artículo en el que nos advertía de que al libro le están dando matarile entre los tópicos (“Dicen, también, que el libro es caro, y se dice tanto, y desde tantos sitios, que ya es lugar común”) y la administración (“[El libro] puede morir de descuido, provocado por las Administraciones”).

Ahora nos llega un nuevo argumento muy potable tanto para apocalípticos como para integrados. Anoten. La web freebooksifter.com se nos ofrece como un útil buscador de libros para el dispositivo de lectura Kindle. Los que han creado este portal son Mike Powell y Juergen Horn, y se han marcado el objetivo esencial de hacer visibles aquellas novedades gratuitas que acoge el portal Amazon y que, por regla general, identificarlas suele ser bastante difícil. Como es propio de estos buscadores, los hallazgos son clasificados por idioma, género, posición en ventas y puntuación de los lectores.

Los apocalípticos insistirán en que la muerte del libro se antoja irremediable si los derroteros del mundo editorial son estos. Los integrados, en cambio, verán una llamada de atención a esos grupos editoriales que siguen aplicando los viejos precios a los nuevos libros en formato digital. Y de este modo, los unos enarbolarán el embriagador aroma del papel y la tinta, y los otros, la impagable comodidad en las mudanzas y en las limpiezas de plumero en ristre. Lo que os decía al principio: la pereza en su estado esencial.