Van Gogh al detalle

Como venimos viendo hoy, los aniversarios siempre son buenas ocasiones para rememorar. El Museo Van Gogh de Ámsterdam celebra su cuadragésimo aniversario y aprovecha la coyuntura para desvelar algunas facetas del pintor que le da nombre. Así, en la exposición Van Gogh at work (Van Gogh en su taller) se mostrarán los resultados de intensas investigaciones dilatadas durante ocho años.

La exposición trata de acceder al universo íntimo del pintor neerlandés y clarificar algunas de sus contradicciones, en ese ancestral placer de intentar comprender aquello que admiramos. En el fondo es un proceso desmitificador del genio y al mismo tiempo un reconocimiento al auténtico valor de su trabajo. Van Gogh no tenía un don innato para la pintura, pero como dice Rik van Koetsveld, director gerente saliente del centro, “peleó muy duro para entender la técnica y el uso del color”, para aprender el oficio. A pesar de su evolución, los problemas económicos le obligaban en ocasiones a utilizar pinturas de mala calidad o a pintar el mismo lienzo por las dos caras. A veces, también, era poco cuidadoso cuando, al emular a sus admirados impresionistas –con los que mantuvo un contacto frecuente y muy fructífero–, pintaba al aire libre. Estas condiciones han hecho que muchas obras nos lleguen gravemente deterioradas.

El Museo Van Gogh quiere mostrar todo esto y ha reunido doscientas obras (entre las que están, cedidas por otros museos, Los girasoles, El dormitorio en Arlés y La berceuse) y objetos del postimpresionista, aunque también de algunos de sus contemporáneos. Hay cinco publicaciones científicas derivadas de la muestra y un facsímil dedicado por primera vez a los cuadernos de Van Gogh. La joya de la colección son los cuadernos de esbozos y dibujos, que permiten comprobar cómo el artista, minucioso e incapaz de detenerse, pasó de dibujar mal a encontrar su estilo a través de un detallado análisis. Eso sí, aunque la exposición permanecerá abierta hasta el 12 de enero, no viajará fuera de Ámsterdam, así que si le sumamos a esto las novedades del Rijksmuseum, más nos vale ir organizando un viaje a la ciudad de las bicicletas.