¿Paraísos fiscales?
Examinando la crisis chipriota, más de uno se habrá quedado perplejo al observar que en Europa, en la zona euro, había un paraíso fiscal, refugio de los dineros rusos. En principio, nada más contradictorio con la moral que se nos quiere vender desde Europa - de rigidez y control fiscal- que la existencia de un territorio cuya finalidad es meramente atraer inversiones financieras especulativas mediante la evasión fiscal. Y más aún, que esté en la zona euro. A la perplejidad de Chipre se ha añadido con pocos días de diferencia la divulgación de una lista de personalidades –ministro francés incluido- que tienen su capital en este tipo de territorios.
Ahora bien, no es cierto que en la Unión Europea -ni en la zona euro- sólo Chipre pueda ser considerado paraíso fiscal. Los problemas que hay para la aplicación en el Reino Unido de ciertas normas fiscales y bancarias de la Unión Europea derivan esencialmente del régimen de la City londinense, que podría considerarse un territorio offshore. Algo parecido podríamos decir de Luxemburgo (país del que era originario el anterior presidente del Eurogrupo, Junker), de los centros de coordinación belgas o los muelles de Dublín, en Irlanda (donde tributan un gran número de empresas). Territorios de Austria, Dinamarca, Eslovaquia, Malta y los Países Bajos completarían el elenco de países de la Unión Europea donde se puede hablar de paraísos fiscales en sentido amplio. Incluso la propia regulación española de las SICAV no se aleja demasiado de lo que ocurre en este tipo de países. La responsabilidad europea no termina aquí sino que hay multitud de territorios dependientes del Reino Unido y Holanda que tienen esta consideración. Por no hacer referencia a Lichenstein, Mónaco o San Marino.
Fuera de Europa, nos encontramos con el Estado de Delaware en los Estados Unidos, y hay numerosas islas paradisiacas que también lo son por razones tributarias de tipos bajos y alta facilidad de deducir gastos. En su momento la lista afectaba a unos 80 territorios. El listado de los que tienen esta consideración para España llega a 48. Listado que contrasta con el hecho de que, de acuerdo con informaciones de prensa, casi todas las empresas del IBEX35 tenían presencia en paraísos fiscales. Es de nuevo el problema que se ha señalado en otra ocasión sobre la escasez de personal en la Agencia Tributaria que lo facilita.
Pero vayamos al comienzo. ¿qué son los paraísos fiscales o, más ampliamente, territorio offshore? Se trata de territorios que viven esencialmente de los servicios financieros en los cuales la tributación de las actividades económicas es muy reducida lo que incita a las empresas y a los particulares a localizarse en él, sin que ello suponga la localización de economía productiva.
Al mismo tiempo, resultan opacos a las investigaciones que resultan terceros países, con lo que sirven también para el blanqueo de capitales proveniente de actividades delictivas vinculadas a la delincuencia organizada. De hecho, de acuerdo con el Informe FATF-GAFI las amenazas más graves que hay en este momento para la economía mundial podrían provenir de la financiación del terrorismo internacional y las armas de destrucción masiva que se podrían financiar con el dinero ubicado en los paraísos fiscales.
Los paraísos fiscales y, en general todas las medidas de atracción de capitales, están en la esencia de la globalización capitalista. Por un lado, porque estamos en un momento de triunfo de la economía financiera frente a la economía productiva y los paraísos responden a esta lógica. En los paraísos fiscales no hay actividad económica real sino pura especulación. En segundo lugar, porque los paraísos fiscales son la consecuencia de una de las libertades económicas tan defendidas en la actualidad: la libre circulación de capitales.
Pero también porque estimulan la competencia entre Estados. Con el ánimo de atraer inversiones, los Estados ponen en el mercado de legislación aquello que tienen, que no es otra cosa que derecho. Una bajada de requisitos o de impuestos que sirve para que las empresas se localicen en dicho territorio. De hecho, en la esencia de esta globalización asimétrica, además de estos paraísos fiscales, hay otros que se dedican a eludir la aplicación de otra serie de requisitos, como los ambientales, de seguridad social, de condiciones laborales (que son los que se solían recordar con la Directiva Bolkestein, cuando se hablaba del del fontanero polaco y su dumping social)… algo parecido a lo que ha hecho la Comunidad de Madrid con los Centros de Integrados de Desarrollo en los que se va a ubicar Eurovegas.
Pero ¿existen? La cumbre del G20 celebrada en Londres en 2009 oyó a Gordon Brown, antiguo Premier británico, a declarar fuera de la ley a estos territorios. Las conclusiones de la cumbre proclamaron pomposamente que “tomaremos medidas contra las jurisdicciones que no colaboren (…) La era del secreto bancario ha desaparecido”. A partir de entonces, la presión en las cumbres del G20 ha sido mucho menor hasta hace escasamente unos días en donde parece que se está haciendo de la necesidad virtud y se ha retomado la lucha contra estos territorios precisamente porque las finanzas públicas están exhaustas. Pero hasta entonces la consigna parecía ser que ya no existen.
Sí, está leyendo un post sobre algo que aparentemente no existe para la OCDE. O para ser exactos hay sólo dos: Nauru y Niué. Pero la realidad es como las meigas, existir existen. Y existen bastantes más que esas dos islas del Pacífico,¿A qué se debe que no se reconozcan? La mala prensa que tienen, el que fuera un objetivo declarado de los movimientos antiglobalización, conllevó un cambio que ha permitido que desaparezcan de los listados oficiales: concretamente se incentivó la suscripción de acuerdos de intercambio de información, que proliferaron entre 2009 y 2011, tanto que en las Conclusiones de la Cumbre del G20, celebrada en Toronto, se indicó que se habían suscrito más de 500 convenios de intercambios de información.
¿Podemos decir que con ese impulso a la transparencia han desparecido los paraísos fiscales? NO. De entrada, porque los acuerdos suscritos -12 era el mínimo exigible por la OCDE- se ha realizado entre Estados que tenían la consideración de paraísos fiscales. De nuevo, la forma vale más que el fondo, sobre todo si examinamos lo indicado por Tax Justice Network. Pero además, siguen manteniéndose tratamientos fiscales muy beneficiosos para los capitales extranjeros en muchos lugares del mundo tal como tuvimos ocasión de ver en la prensa el pasado fin de semana..
¿Podrían dejar de existir? Es cierto que la determinación de las condiciones de fiscalidad entran dentro de la política interior de cada Estado y que por ello resultará complicado, teniendo en cuenta las ventajas para cada uno de ellos y que algunos Estados viven, en sentido literal, de esos servicios financieros. Pero, si pensamos en los territorios que están vinculados a otros países, especialmente el Reino Unido, observaremos que el impulso no sería tan complejo.
Siendo esto así, son las hipocresías de la globalización, el que sus reglas de funcionamiento favorezcan esencialmente la desigualdad entre personas y territorios, entra dentro del pensamiento utópico el que desaparezcan. Mientras, impulsando lo posible, habría que establecer medidas indirectas para impedir que puedan recibir los fondos y que puedan llegar desde ellos. ¿Hay voluntad para ello? Hasta ahora no ha sido así y la política económica neoliberal que se está aplicando urbi et orbe me permiten decir que tendremos que esperar tiempos mejores. Aunque para ello la participación de todos será imprescindible