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Cs recoge el guante del PP y garantiza que no volverá a apoyar la investidura de Susana Díaz
Ciudadanos ha lanzado un órdago esta mañana con el que pretende jugarse todo su patrimonio político en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre. La formación de Albert Rivera, que en 2015 desbloqueó la legislatura al apoyar a un Gobierno del PSOE, entra en campaña con el compromiso de que, esta vez, sus votos “no van aservir para que Susana Díaz sea presidenta”, informa Europa Press.
Lo ha anunciado esta mañana el portavoz y candidato de Cs a la Presidencia de la Junta, Juan Marín, con un mensaje que zarandea el tablero político electoral por completo. Las andaluzas son también un reflejo de las tensiones entre partidos a nivel nacional, y ahí PP y Ciudadanos forcejean violentamente por ganarse la hegemonía del voto conservador. Hace unos días, el presidente nacional del PP, Pablo Casado, retó a la formación naranja a comprometerse en campaña a que no volverá a apoyar a un Gobierno del PSOE en Andalucía, para permitir así la alternancia política tras 36 años del socialismo en el poder. Su homólogo andaluz y candidato a la Presidencia de la Junta, Juanma Moreno, instó a su rival de Ciudadanos a firmar ante notario ese compromiso.
Durante un acto con afiliados en un restaurante junto al Guadalquivir, con vistas a la Torre del Oro, Marín ha reprochado a Moreno que vaya por periódicos, radios y televisiones haciendo sumas aritméticas entre PP y Cs, dando por hecho que los naranjas le harán presidente de la Junta. “Presidente le tienen que hacer los andaluces, no yo”, ha recalcado el dirigente de la formación naranja.
Con este viraje brusco en su estrategia, Ciudadanos sale del espacio templado en el que estaba situado, equidistante entre PP y PSOE, y convencido de que gane quien gane ellos tendrán la llave para determinar el color político del próximo Gobierno andaluz. Al negar por adelantado sus votos a la investidura de Susana Díaz, el partido naranja se erige en líder de la oposición con el firme propósito de desplazar de ese puesto al PP, que lleva tres décadas como alternativa frustrada de Gobierno.
Los populares dudan de las palabras de Marín y a los pocos minutos le han exigido que plasme su compromiso por escrito. Que “los votos de Cs no servirán para hacer presidenta a Susana Díaz”, como ha dicho el candidato naranja, puede entenderse de otro modo: son los andaluces quienes pueden otorgar a Díaz la confianza mayoritaria con sus votos, y en Cs sólo estaría la responsabilidad de desbloquear la legislatura. Así lo hizo en 2015. La presidenta de la Junta también se ha mostrado escéptica y ha recordado que “Marín un día dice una cosa y al día siguiente la contraria”. También en 2015, la formación naranja prometió que no haría presidenta a Susana Díaz, y en 2016, Albert Rivera juró que no apoyaría la investidura de Mariano Rajoy, como finalmente hizo.
En Andalucía, el mensaje de Juan Marín se ha escuchado como un eco de la estrategia del propio Rivera por asaltar el espacio político del PP, empezando por las elecciones en esta comunidad. El candidato andaluz de Cs ha demostrado durante estos tres años y medio tener un discurso moderado y su relación política con el Gobierno de Díaz ha sido siempre cómoda (“complaciente y servil”, para el PP).
Aun así, el paso que ha dado Ciudadanos demuestra que los naranjas competirán en las andaluzas de forma estrávica contra el PSOE y contra el PP. Todas las encuestas señalan que será el partido que más crezca en las elecciones -ahora tiene ocho diputados-, aunque pocas le conceden un credimiento tan vertiginoso como para desbancar a los populares como líderes de la oposición. El sondeo más optimista que maneja Ciudadanos le otorga entre un 25 y un 27% del escrutinio. El PSOE, que hace sondeos cualitativos mensuales, no percibe ni por asomo ese escenario.
Las palabras de este jueves de Marín se traducen como una aspiración nítida a ocupar, al menos, el segundo puesto en las elecciones, lo cual complicaría muchísimo el objetivo de Susana Díaz. La presidenta andaluza aspira a volver a gobernar en solitario con apoyos puntuales de la oposición, aunque en su defecto baraja formar Gobierno con sus ex socios de Ciudadanos. Hasta hace 24 horas, la formación que encabeza Juan Marín había anunciado públicamente su interés por entrar en la Junta, y no seguir siendo el respaldo exterior de un gabinete socialista.
Marín ha hecho estas declaraciones en un acto con afiliados en Sevilla, donde ha puesto de manifiesto que la jefa del Ejecutivo andaluz “no tiene patrimonio” pues no ha querido cumplir con las medidas de regeneración democrática que recogía el acuerdo de investidura entre los dos partidos tras las elecciones de 2015, y que la auparon a la Presidencia de la Junta. De hecho, fueron estas exigencias, entre ellas la eliminación de los aforamientos en el Parlamento andaluz, las que se esgrimieron a principios de septiembre para sustanciar el divorcio con el partido socialista, escasos meses después de haber manifestado estar “moderadamente contento” con el acuerdo.