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Javier Imbroda, el 'coaching' deportivo desembarca en la alta política

Javier Imbroda, con Juan Marín y Marta Bosquet, en Almería | N.C.

Néstor Cenizo

Además de traer a Andalucía a sus referentes a nivel nacional, Rivera y Arrimadas, durante la pasada campaña Ciudadanos explotó a conciencia un nuevo activo. Javier Imbroda (Melilla, 1961), exentrenador de baloncesto de éxito reconvertido en empresario, fue mucho más que el número uno de una lista provincial. El partido lo paseó por decenas de actos. “Nos encaja como un guante”, repetían en la candidatura acerca de su fichaje estrella. “¡Mira qué capacidad de motivación!”. Y lo señalaban en la cancha de baloncesto, mientras él ponía en fila a Marta Bosquet o Juan Marín y les ordenaba entrar a canasta.

Sin embargo, hace ya tiempo que Imbroda dejó de ser entrenador, y pronto empezará a ser juzgado como lo que es: un político. Imbroda será consejero de Educación, Formación, Universidad y Deporte, donde tendrá que aplicar algo más que la retórica motivadora para manejar la segunda partida presupuestaria (más de 7.500 millones de euros).

Oriundo de Melilla, ha encajado fácilmente en Ciudadanos porque en apariencia reúne muchos de los valores que el partido aspira a representar. Es dinámico, ambicioso y competitivo, o al menos eso se desprende de su carrera como entrenador de baloncesto. A la vez, conserva aún una imagen asociada al éxito, fruto de sus años en el deporte.

Imbroda arrasó en las primarias de Ciudadanos en Málaga. A su carisma unía un factor clave: había sido ungido por la dirección nacional, que apostó por él sin dudarlo. “Tiene una gran capacidad de motivación”, explicaba un diputado nacional durante la campaña, en la que Ciudadanos utilizó el deporte como argumento discursivo. Más de un acto arrancó con un vídeo de Imbroda, en el que se le veía arengando a los jugadores de la selección española que quedó quinta en el Mundial de 2002, ganando a Estados Unidos.

Imbroda paseó por toda Andalucía un amplio muestrario de anécdotas, en las que lo mismo aparecía Reggie Miller y el dream team que el Maristas de Málaga, y cómo consiguió llevarlo a la ACB para competir con el Real Madrid y el Barcelona, “el bipartidismo”. Imbroda concluía sus discursos con frases motivadoras. “A los sueños no hay que ponerle límites”, se le escuchó decir.

En un reciente desayuno informativo celebrado en Málaga, el exseleccionador siguió aumentando su repertorio: “El liderazgo de hoy necesita ser futurista, tecnológico, innovador y humanista”. “Liderar es salir de las expectativas y mover a las personas hacia adelante”. “Unir sentimientos es en la esencia de un equipo, y créanme que de equipos sé algo”. “El liderazgo del siglo XX generaba seguidores. El liderazgo del siglo XXI, que simboliza Albert Rivera, genera líderes”.

Todo esto lo dijo de Rivera, a quien tenía delante, y que le ha prologado su libro Entrenar para dirigir. “Sólo tiene un defecto”, dijo Imbroda para cerrar el retrato del líder: “Es del Barça. Pero claro… Todo no se puede tener”.

Sombras en la gestión en una empresa pública de Málaga

Esta retórica de coaching empresarialcoaching , que Imbroda cultiva sin disimulo, le ha servido para presentarse en la primera línea política, pero quedará opacada tan pronto como empiece a gestionar, de la misma forma que a su imagen asociada al deporte la sustituirá pronto su imagen política.

De hecho, hace ya tiempo que Imbroda dejó atrás el baloncesto a pie de cancha. Lleva más de una década en la gestión de empresas deportivas, se ha formado a conciencia (es Máster en Alta Dirección de Empresas por el Instituto Internacional San Telmo y Doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad de Málaga) y ha coqueteado con el Partido Popular.

En plena campaña, el partido de Rivera acusó a los populares de intentar arrebatarles a Javier Imbroda. Su hermano Juan José, que lleva 18 años siendo el presidente de la Ciudad de Melilla, acabó admitiendo que presionó a Javier para que no se presentara por Ciudadanos.

Imbroda fue también director de la empresa municipal Málaga Deporte y Eventos entre 2011 y 2015, puesto para el que fue nombrado por el gobierno del PP discrecionalmente. En este periodo, una empresa que él presidía y otra de la que era socio obtuvieron sendos espacios en instalaciones deportivas públicas, sin que el ayuntamiento llegara a explicar por qué, según denunció El Observador. Imbroda, que durante años se dedicó a la gestión de espacios para terrenos deportivos, también logró en 2004 la concesión de un suelo destinado a equipamientos deportivos comunitarios, que luego vendió a una cadena de gimnasios.

En aquellos tiempos, Javier Imbroda se movía en la órbita del PP. El nuevo consejero cuenta ahora que su flechazo con Ciudadanos comenzó con un almuerzo con Albert Rivera en 2013. Según aseguró en un desayuno la pasada semana, salió de aquella comida con un pálpito: “Creo que hemos estado con el que será el futuro presidente de España en 2020”, le dijo a un amigo común.

Por eso, asegura que no dudó en decir sí cuando cinco años después le propusieron integrarse en la candidatura a las elecciones andaluzas. En su relato, Imbroda obvia que sólo unas semanas antes, en mayo de 2018, había fracasado en su intento de auparse a la presidencia de la Liga ACB.

En unos meses, ha pasado de aspirar en vano a presidir la ACB a desembarcar en el Gobierno andaluz. A partir de ahora deberá demostrar que la jerga de coaching empresarial que tan bien utiliza es algo más que retórica.

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