El Partido Popular y Ciudadanos han alcanzado “un principio de acuerdo” de Gobierno en Andalucía que se presentará este viernes en el Parlamento andaluz, según han informado a eldiario.es Andalucía fuentes de ambas formaciones. El documento programático, con más de 80 medidas sobre presión fiscal, regeneración democrática y políticas públicas (educación, sanidad y servicios sociales), está “prácticamente cerrado”. Tanto desde la formación naranja como desde el PP andaluz han utilizado la misma expresión: “principio de acuerdo”, dejando claro que aún “faltan flecos por cerrar” en la reunión de este viernes, y que el pacto se limita sólo al programa de Gobierno, pero no incluye un acuerdo sobre el control de la Mesa del Parlamento, como había pedido el líder popular, Juanma Moreno.
En las últimas dos semanas ha habido dos reuniones al más alto nivel, con el candidato del PP andaluz, Juanma Moreno, y el de Ciudadanos, Juan Marín, asistidos por sus equipos y los secretarios generales de sus partidos a nivel nacional: Teodoro García Egea y José Manuel Villegas. Y otros tres encuentros técnicos, coordinados por el presidente de la Diputación de Málaga y portavoz del PP andaluz, Elías Bendodo, y la diputada electa de Cs, Marta Bosquet. Esta última mesa de trabajo, más técnica, es la que ha avanzado este jueves en la redacción definitiva de las más de 80 medidas que contiene el programa.
PP y Cs han llegado a un consenso en la redacción del bloque de regeneración democratica y lucha contra la corrupción, último escollo que impedía hasta este momento el cierre del acuerdo. El texto final se ha cerrado por vía telemática entre los equipos de Bosquet y Bendodo, que hoy estaba en Málaga. Fuentes del PP andaluz aseguran que las discrepancias respecto al bloque de regeneración “nunca fueron un escollo definitivo”. Los populares pedían a Cs “flexibilizar” la redacción del apartado que aclara cuándo debe dimitir un dirigente o cargo público salpicado por un delito de corrupción.
Los naranjas querían mantener el mismo listón que usaron en la pasada legislatura con los ex presidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán, es decir, la dimisión tendría lugar en el momento de ser imputados por un delito de corrupción, y no cuando se les abriera juicio oral. Al final, ambas formaciones han consensuado una redacción “similar a la que PP y Cs ya usaron para facilitar el Gobierno en la Comunidad de Madrid”, sostenido por el voto de los naranjas. La formación de Albert Rivera firmó con el Gobierno de la ex presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, el “Compromiso por la regeneración democrática”, que incluía la exigencia de apartar de su cargo a aquellas personas que resultasen imputadas por delitos de corrupción.
En todas las comunidades donde los naranjas han facilitado investiduras a PP o PSOE se ha puesto como condición ese pacto de regeneración. Ciudadanos ha forzado ya la dimisión de varios cargos del PP en Madrid y de Murcia, incluidos sus presidentes autonómicos, relacionados con casos de corrupción.
El principio de acuerdo de Gobierno en Andalucía alcanzado este jueves tiene algo de estratégico: viene a taponar la enorme presión que la formación de Albert Rivera está recibiendo, tanto por parte de Vox, que pide paso para entrar en la negociación de la mano del PP andaluz, como por parte del PSOE, que trata de convencerle para que cambie de aliados. En las últimas horas, los socialistas habían agudizado esa presión, llegando a sugerir que sus socios en la legislatura pasada preferían no entrar en un hipotético Gobierno de coalición con el PP, para no verse condicionados políticamente por la extrema derecha. Populares y naranjas suman 47 diputados y necesitan los votos de Vox tanto para controlar la Mesa del Parlamento, órgano rector de la Cámara, como para investir presidente a Juanma Moreno (previsible presidente del primer Gobierno de centro derecha de Andalucía).
Con este anuncio, Ciudadanos también frena la presión del PP andaluz, que apremia a sus socios para cerrar un pacto global, que incluyera no sólo el programa del futuro Gobierno, sino también el reparto de los miembros de la Mesa del Parlamento, que se constituirá el próximo 27 de diciembre. Los avances en el programa allanan las prioridades políticas del nuevo Ejecutivo en sus primeros cien días, pero por ahora no hay un acuerdo extensible al control del órgano de gobierno de la Cámara, como reclamaba el PP. Para Moreno eran negociaciones paralelas e indisociables. Marín, en cambio, ya advirtió de que primero cerraría un acuerdo programático con los populares y luego trataría de convencer al PSOE de que se abstuviera en la votación de la Presidencia del Parlamento, para no tener que depender de los votos de Vox. En estos días ha habido conversaciones al más alto nivel entre los dirigentes naranjas y socialistas -incluso llamadas de la líder de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez-, pero Marín ha querido primar siempre su diálogo preferente con el PP.
El preacuerdo entre PP y Cs se ha precipitado en la tarde de este jueves tras las declaraciones de Santiago Abascal, que anunciaba esta mañana el comienzo de las negociaciones entre el partido de extrema derecha y el PP andaluz, algo que los populares negaron. Abascal cargó contra Ciudadanos por su negativa a entenderse con Vox y su empeño en buscar la connivencia de los socialistas, una estrategia que el dirigente nacional calificó de “mamarrachada”.
Por su parte, el candidato de Vox a la Presidencia de la Junta de Andalucía y parlamentario electo por Sevilla, Francisco Serrano, ha alertado de que el “maltrato” de Ciudadanos y el “desprecio” del PP a los 400.000 andaluces que votaron a esta formación en las pasadas elecciones autonómicas “podrían abocar a Andalucía a nuevas elecciones”. “Dijimos que no seríamos un obstáculo para el cambio, pero tampoco un felpudo para la soberbia de nadie o la continuidad del socialismo con otras siglas”, ha señalado Serrano en un mensaje en su cuenta de Twitter,