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Andalucía, 785 alcaldes y un presidente del Gobierno. ¿Usted vota en su pueblo o en Madrid?

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al alcalde y candidato socialista en Sevilla, Antonio Muñoz.

Daniel Cela

27 de mayo de 2023 20:50 h

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6,5 millones de andaluces están llamados a votar este domingo, menos de un año después de las elecciones autonómicas del pasado junio, que abrieron la puerta al primer gobierno con mayoría absoluta del PP en la comunidad más poblada de España.

Las urnas se abren con un 20% de indecisos, un porcentaje determinante en uno de los comicios más ajustados que se recuerdan y de los más polarizados en dos bloques ideológicos (las derechas y las izquierdas). El resultado de esta noche -contabilizado en votos, pero sobre todo en el número y el peso de los gobiernos municipales conquistados- va a determinar si los andaluces frenan o consolidan el cambio de ciclo que supuso la victoria de Juan Manuel Moreno hace 11 meses.

Éstas son unas elecciones para elegir el color político de la administración más próxima al ciudadano, la que gestiona la limpieza de las calles, el modelo de ciudad, la movilidad de los vecinos, la vivienda pública, los parques, el urbanismo, el turismo hipertrofiado... Pero dentro de seis meses, como mucho, los andaluces volverán a estar bajo los efectos de otra campaña electoral, la tercera en año y medio, esa vez para decidir el próximo presidente del Gobierno de España.

La proximidad de las generales ha convertido las municipales en una suerte de primera vuelta, pero esto no ha surgido de la nada: el PP de Alberto Núñez Feijóo se ha esforzado por convertir el 28M en un plebiscito adelantado contra Pedro Sánchez. Y éste ha respondido desplegando toda la fuerza legislativa y presupuestaria que emana del Consejo de Ministros para reivindicar su Gobierno en cada plaza del pueblo donde ha intervenido.

El líder de la oposición apuesta por “derogar el sanchismo”; y el presidente ha anunciado más leyes, medidas y gasto público que nunca en una campaña para las municipales. Los alcaldes, en muchos casos, han sido desplazados a meros teloneros de esta contienda entre Feijóo y Sánchez.

Un 25% de votantes, en las generales

Los sondeos explican que tres de cada cuatro votantes este domingo lo hará pensando en clave local, en los problemas de su pueblo o de su ciudad. Pero un cuarto votante irá a las urnas con la vista puesta en las generales, movido por pulsiones de la política nacional. Ese cuarto votante es un éxito adelantado de la estrategia de campaña del PP, convencido de que la figura de Sánchez moviliza a los suyos y desfonda a muchos socialistas.

Andalucía, una región con 785 municipios que representa a la quinta parte de la población de España, ha sido más que ninguna otra región el campo de pruebas de esa estrategia del PP por “nacionalizar” la campaña. Era el territorio más propicio, según los populares, porque ya habían pasado las autonómicas y porque el presidente Moreno disfrutaba de una plácida mayoría absoluta asentada en una marca personal con la que ha intentado promocionar a Feijóo para la Moncloa.

En paralelo, el PP andaluz está ante la oportunidad histórica de penetrar en el interior andaluz que siempre ha sido reacio a votar a la derecha, y reequilibrar el reparto de poder municipal: el 73% de los alcaldes en Andalucía son de izquierdas y el 27% de derechas.

Los populares han renovado el 49% de sus listas a las alcaldías de Andalucía, fichando a dirigentes locales y exdirigentes de Ciudadanos que no han militado en el PP estos últimos cuatro años. Ha sido una apuesta personal (y arriesgada) de Moreno y de su secretario general y director de campaña, Antonio Repullo, empeñado en resignificar y hacer más amable la marca PP en un territorio históricamente hostil a la derecha.

Sevilla, el termómetro del PSOE en España

No es casual el lema del alcalde y candidato socialista en la capital de Andalucía, Antonio Muñoz: Sevilla y solo Sevilla. Ha sido un alegato contra los continuos intentos de su oponente, el popular José Luis Sanz, de sacudir la campaña y los debates con asuntos de ámbito nacional, desde la alianza de Bildu con el Gobierno de Sánchez y el terrorismo (revisitado) de ETA hasta los efectos perniciosos de la llamada ley del sólo sí es sí, con un millar de revisiones a la baja de condenas a violadores.

En el análisis del 28M en clave nacional, más que Andalucía pesará lo que ocurra en Sevilla capital. Es la cuarta ciudad más poblada de España, la más numerosa que gobierna el PSOE, donde más afiliados tiene el socialismo, donde más pulsión electoral se consigue históricamente. Si Muñoz pierde la Alcaldía, significa que el PSOE habrá sido derrotado en lo más profundo de su base social y que la gobernabilidad de España está prácticamente perdida para Pedro Sánchez. Es así como lo interpretan los socialistas andaluces, aunque en público subrayen que hoy sólo se vota el poder municipal.

El poder municipal es el chasis del PSOE andaluz, el único que tiene arraigo histórico en cada casa del pueblo de esta comunidad autónoma. Es el último bastión y el contrapeso de la Junta de Andalucía, tan mimetizada hoy con el efecto Juanma Moreno como antaño lo estuvo con Manuel Chaves (aunque el expresidente socialista estuvo tres lustros, y Moreno sólo lleva uno gobernando).

El presidente andaluz ha hecho más kilómetros en esta campaña para las municipales que en la suya propia. Sin ser candidato, ha sido cartel electoral de todos los alcaldables del PP (literalmente, pues aparece en el buzoneo del PP junto al candidato real). A Moreno le han requerido en todas las provincias, en docenas de pueblos, y su ruta ha sido estudiada al milímetro para avanzar donde más pueden ganar a los socialistas.

El solar que deja Ciudadanos

El PSOE contabiliza ahora los 1,4 millones de votos que logró en las municipales de 2019, pero sus dirigentes admiten que ese espejo es irreal, que van a mirar su resultado de este domingo comparándolo con las andaluzas de hace un año. Su objetivo es lograr que los alcaldes socialistas contengan el efecto Moreno. Tienen enfrente a un PP con una base electoral inédita en el ámbito autonómico: 1,58 millones de electores en junio de 2022.

Los socialistas controlan 459 alcaldías, entre ellas cuatro capitales (Sevilla, Huelva, Granada y Jaén); los populares 189, entre ellas Málaga, Almería y Córdoba. El PSOE quiere, por encima de todo, conservar Sevilla, por el impacto simbólico que supondría para todo el socialismo perder “el corazón del partido”. También confían en retener Huelva -que ahora gobiernan con mayoría absoluta- y Jaén. Estas tres provincias son las más significativamente socialistas, y donde está la línea Maginot del PSOE andaluz.

Los populares están seguros de mantener las capitales que ya tienen y se ven capaces de recuperar Cádiz y Granada. Su avance se va a alimentar, principalmente, del solar político que deja un Ciudadanos en descomposición: de los 323 candidatos naranjas que se presentaron en 2019 pasan a tener 110.

Hace cuatro años lograron más de 300.000 papeletas, 447 concejales y una veintena de alcaldías. Su desaparición del Parlamento andaluz en las autonómicas deja ese botín en manos del PP. El camino inverso lo hace Vox, con un crecimiento exponencial en su implantación territorial: de los 161 candidatos que presentó en 2019 pasa a tener 354 (la mayoría en municipios de menos de 5.000 habitantes).

El tercero más votado, clave

El resultado de esta noche dirá quién es el más votado en cada municipio, pero no quién lo va a gobernar. Para eso habrá que esperar hasta el 17 de junio, cuando se constituyen los ayuntamientos. El pulso entre PSOE y PP lo va a resolver, en muchos casos, el partido que ocupe el tercer puesto, el que incline la balanza hacia el bloque progresista o conservador. A los populares les basta el apoyo de Vox, pero a los socialistas les preocupa la fragmentación a su izquierda, que puede ser letal ante una Ley Electoral que exige un 5% del sufragio para lograr representación municipal (un listón más alto que el de las autonómicas: un 3%).

En Andalucía, la pieza clave de este espacio sigue siendo IU, por su implantación territorial y peso específico superior al resto de formaciones. Las coaliciones de IU con Podemos y otros partidos de signo andalucista, ecologista, etc. suman 302 candidaturas, y su marca comparte la preposición 'Con'; las coaliciones de IU con Más País y otros grupos (es decir, sin Podemos) suman otras 206 candidaturas. IU se presenta sola en 26 municipios y hay otros tres donde se mezclan con una candidatura local. En total, presentan listas en 537 municipios de Andalucía, donde viven 5,7 millones de personas.

La coalición Adelante Andalucía, la plataforma andalucista impulsada por Teresa Rodríguez, se presenta al margen de Podemos e IU, excepto en Cádiz, donde se han reconciliado con los comunistas para tratar de conservar la única capital que gobiernan en España. En total se presentan en 35 municipios andaluces, que aglutinan al 40% de la población.

El 80% de los andaluces, en 29 ciudades

El 80% de la población andaluza se concentra en las ocho capitales de provincia y en las 29 ciudades de más de 50.000 habitantes, donde los partidos han programado mítines y actos electorales de sus principales dirigentes nacionales.

Pero en Andalucía, el peso de los municipios rurales es significativamente superior al de otros territorios y la noche del 28M se van a contabilizar el número de alcaldías conquistadas. El 89% de sus municipios andaluces (702) tiene menos de 20.000 habitantes; el 52,7% de sus localidades (414) está en la horquilla de 1.000 a 10.000 habitantes; y 218 pueblos no llegan a los mil vecinos.

Por último, el número de concejales que obtenga cada partido decidirá también el color político de las ocho diputaciones provinciales, que manejan un presupuesto global de 2.749 millones de euros y tienen una influencia capital en la gran mayoría de pueblos de Andalucía, los más pequeños. El PSOE preside ahora seis diputaciones provinciales -Sevilla, Cádiz, Córdoba, Huelva, Jaén y Granada- y el PP tiene dos bajo su control: Málaga y Almería. 

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