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Por Andalucía pide el voto para un gobierno “con orgullo de clase”

La candidata de Por Andalucía, Inma Nieto, acompañada por la ministra Irene Montero y el ministro Alberto Garzón

Néstor Cenizo

Málaga —
17 de junio de 2022 22:49 h

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Por Andalucía ha cerrado la campaña electoral en Málaga, por donde se presenta su candidata Inmaculada Nieto. En un acto ante unas 400 personas en la Plaza de la Marina, Nieto ha dicho que siente un runrún creciente, una movilización al alza que, a pesar de lo que digan las encuestas, puede acabar situándola a ella como parte de un gobierno de izquierdas, que se ha ofrecido a liderar.

Es habitual que los candidatos cierren la campaña poniendo el acento en la mejora de sus expectativas, cimentada en lo que perciben en la calle. Nieto ha asegurado que “en los últimos cuatro o cinco días” ha notado un “agua subterránea” en forma de apoyos, llamadas y movilización. “Tenemos en la mano que efectivamente haya un bloque de progreso en Andalucía mayoritario frente a las derechas, que podamos liderarlo y que tengamos un gobierno útil para Andalucía”, ha añadido.

Es también una suerte de apelación al voto útil en el espacio de la izquierda que comparte con Adelante Andalucía, con la que ha marcado distancias apelando a una vocación de gobierno, por la utilidad de aplicar políticas de izquierdas. Tras la legislatura 2012-2015, eso tuvo un coste, pero valió la pena, dijo Nieto, por la ley de función social de la vivienda, por la ley de memoria democrática o por cerrar el paso a Javier Arenas y el PP. “Ser andalucista es tener un gobierno útil, de progreso, andalucista. Eso no es lloriquear. Es ser y estar aquí y en España”, ha dicho, en una indirecta al espacio de Teresa Rodríguez, que se arroga la bandera del andalucismo.

La candidata de Por Andalucía, que ha vuelto a exhibir puño de hierro en guante de seda, ha arremetido contra Juan Manuel Moreno, de quien ha dicho que no gestiona ni toma medidas políticas, hasta el punto de ser incapaz de usar todos los recursos a su disposición. “No le debemos a Moreno Bonilla ni una decisión, ni una medida, ni una ley. Ha dejado la presidencia sin estrenar. Pero nos ha dejado dinero guardado, que nos va a venir bien”. Y lo ha contrapuesto a un gobierno como el que pretende liderar, con “orgullo de clase” y “de parte”. “De la parte vuestra, nuestra, de la clase trabajadora. De la gente que necesita medidas para avanzar y los recursos a su disposición. Que necesita equidad”. La receta, le ha dicho a la derecha, hace tiempo que se sabe: “Un buen gobierno tiene que poner más donde más se necesita, y lo tiene que poner quien más tiene”.

Nieto, arropada por Irene Montero y Alberto Garzón

Nieto ha estado muy arropada en Málaga, una provincia de la que no es natural, pero por la que se presenta por los equilibrios de fuerzas entre los seis partidos que integran la confluencia Por Andalucía. Con ella en Málaga estuvieron dos ministros (Alberto Garzón e Irene Montero), Mar González (coportavoz federal de Equo y número 4 por Granada), María José Torres, Francisco Jurado y Carmen Molina (candidatos por Málaga) y Juan Antonio Delgado, candidato por Cádiz, que cerró el acto.

Antes de ella, habló Alberto Garzón, que advirtió de que lo que está en juego es el “modelo social” y pidió el voto para que “no gobiernen los de siempre, para los de siempre”. Garzón dio su respaldo a la confluencia, que nació después de una negociación llevada tan hasta el límite que acabó fuera de plazo. “Por Andalucía no es un proyecto solo para el domingo. Empieza a consolidarse después del domingo para garantizar una sociedad más justa”.

Tanto Garzón como luego Irene Montero reivindicaron el Gobierno de coalición que integra Unidas Podemos con el PSOE como ejemplo de utilidad de la política para la vida de las mayorías. “Hemos aprobado el escudo social y aumentado el salario mínimo el 33% en los últimos años, y una reforma laboral que mejora la vida de las familias y recupera la negociación colectiva. ¿Qué pasaría si tuviéramos más ministerios o tuviéramos la Junta de Andalucía con Inma de presidenta? Podríamos hacer muchas más cosas”. “Hemos sido capaces de poner en marcha, pese a muchas zancadillas, una política distinta a la que estábamos acostumbrados”.

Montero defendió la acción de su Ministerio, el de Igualdad, enarbolando la bandera de la igualdad y de la defensa de los derechos de las personas LGTBI. La ministra apuntó a Macarena Olona, que en el debate del pasado lunes cuestionó materiales didácticos sobre Educación Sexual (“Necesitamos educación sexual para que sepan que nadie tiene que tocar su cuerpo”) y defendió las asociaciones feministas, criminalizadas por la extrema derecha, por ser “la única mano tendida” que encuentran muchas mujeres, según ha dicho. “Gracias a las mujeres que defendieron a María Salmerón y a Juana Rivas. A las madres protectoras que se defienden a sí mismas y a sus hijas e hijos frente a sus agresores. A las que protegen a las madres protectoras”. 

De hablar con sordina a levantar la voz

Por Andalucía ha cerrado en Málaga una campaña en la que ha ido alimentando su optimismo a medida que transcurrían los días. Es habitual que los candidatos cierren la campaña poniendo el acento en la mejora de sus expectativas, cimentada en lo que perciben en la calle, aunque esto tiene el hándicap de que a los mítines se acercan solo simpatizantes. Nieto ha asegurado que “en los últimos cuatro o cinco días” ha notado un “agua subterránea” en forma de apoyos, llamadas y movilización. “Tenemos en la mano que efectivamente haya un bloque de progreso en Andalucía mayoritario frente a las derechas, que podamos liderarlo y que tengamos un gobierno útil para Andalucía”, ha añadido. 

La campaña de Por Andalucía empezó con sordina, lamiéndose todavía las heridas del atropellado alumbramiento de la coalición, y ha acabado quizá no a pleno pulmón, pero sí más entonada. Quien mejor ejemplifica esta metáfora es la propia candidata, Inmaculada Nieto. De talante templado, alguna vez sus asesores han tenido que pedirle que suba el tono para que se la oiga, pero Nieto levantó la voz en el acto central de campaña, un mitin que reunió a 1.200 personas en Málaga, la mitad de las cuales no pudieron entrar al evento. El escenario, el Palacio de Ferias y Congresos, evoca al militante de izquierdas actos históricos, como el regreso de Julio Anguita en 2015. Se presta a la épica, y no al tono bajo y discursivo, y Nieto elevó el diapasón.

Ocurrió aquel día, a esa misma hora, que llegaba también el mensaje de Pablo Iglesias desde Cádiz. El exlíder de Podemos presentaba a esa hora su libro con el candidato que hubiera preferido su partido para Andalucía, Juan Antonio Delgado, en lo que hubo quien interpretó como una suerte de contraprogramación. Pero Iglesias despejó las dudas: “Todo mi apoyo y cariño a Inma Nieto, la candidata, que lo está haciendo muy bien (...). También todo mi apoyo y mi cariño a los compañeros que están en el mitin central de Por Andalucía, a Yolanda Díaz, a Íñigo Errejón... Creo que, si la gente de izquierdas se moviliza, después de las elecciones habrá un Gobierno decente”. Y todo esto, claro, ha tenido un efecto revitalizador.

Cuando llegó al segundo debate, Nieto ya había cambiado de registro. Siguió firme en la defensa de los servicios públicos, pero afiló el verbo para acusar a Moreno de desmantelar el sistema sanitario y masificar las aulas. “Usted es educado, moderado no. Se le está poniendo cara de Susana Díaz”, llegó a decirlo. También le felicitó por “lo bien que actúa”, le recordó la corrupción y le acusó de retomar la senda de la burbuja inmobiliaria: “Ven ustedes una hormigonera y se vuelven locos”.

Aquel día también esgrimió con contundencia los efectos positivos de la reforma laboral de Yolanda Díaz. Aquel día, su defensa de la labor del Gobierno central fue más firme que la del candidato socialista. Tanto ha ganado en contundencia, que la reflexión sobre una hipotética abstención que evite la entrada de Vox en el Gobierno (una posibilidad deslizada por ella en una entrevista en El País) ya se ha resuelto. “Rotundamente no. Con nosotros que no cuenten”.

Los dos mítines de Yolanda Díaz

En que se haya escuchado más y mejor a Nieto también ha tenido mucho que ver la voz de Yolanda Díaz, cuando anunció que su proyecto político, Sumar, arrancará el próximo 8 de julio. En su primer mitin andaluz, al noveno día de campaña y en el anfiteatro de La Axerquía (Córdoba), la vicepresidenta segunda del Gobierno rubricó ante 2.500 personas su compromiso con Nieto y el de su proyecto con Por Andalucía: “Sí, estoy dispuesta a dar un paso para ganar España, pero yo os pregunto: ¿Estáis dispuestas vosotras a pelear por Andalucía?”. “Cuanta más fuerza tenga Por Andalucía el 19 de junio, con más fuerza van a llegar los cambios en España”, avisó aquel día Ione Belarra. La presencia de Díaz en Córdoba y un día después en Málaga (en esta ocasión, acompañada por Iñigo Errejón) espoleó a la coalición, que ha encarado la segunda semana de campaña con un tono más elevado, como si le hubieran quitado un peso de encima.

Si ese chute de moral tendrá reflejo en el resultado, es otra historia. La encuesta flash de estimación de voto que el CIS publicó el lunes le da una horquilla de entre el 9,4 y el 11,4% de los votos. Con ellos podría retener entre ocho y diez de los 17 diputados que obtuvo la marca Adelante Andalucía en 2018. Fuentes de la candidatura tienen un temor: aún hay electores que no distinguen la candidatura de Por Andalucía, de la de Adelante Andalucía, encabezada por Teresa Rodríguez. También hay incertidumbre por cómo se repartirán entre ambos un electorado por el que compiten.

Nieto llamó a votar “con orgullo de clase”, antes de adaptar “A la Huelga”, el tema que compuso Chicho Sánchez Ferlosio en 1963, cuando las huelgas universitarias hicieron temblar a la dictadura: “A las urnas 10, a las urnas 100, a las urnas, madre, que yo voy también”.

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