Las bajas laborales por silicosis crecen un 500% en Almería en el último año y medio
La silicosis sigue haciendo estragos en Andalucía. El número de partes médicos comunicados por inhalación de polvo de sílice libre ha crecido más de un 500% en la provincia de Almería en el último año y medio, según datos oficiales de la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía, pasando de un total de cuatro casos en 2018 a 29 casos en todo 2019 y a 22 casos solo en los primeros cinco meses de este año 2020. Atendiendo exclusivamente a las bajas laborales, de las tres de 2018 se ha pasado a 19 bajas en 2019 y también 19 bajas en lo que llevamos de 2020 (enero-mayo), es decir, un aumento del 533% que podría aumentar a final de año si siguen incrementándose el número de partes comunicados.
Son datos facilitados a este periódico por UGT Andalucía tras haber analizado los datos de la Consejería y también información contenida en el primer informe preliminar de seguimiento y evaluación del Programa Integral de Silicosis de Andalucía (PISA), aprobado en 2017. En este sentido, según UGT, el índice de incidencia de la silicosis, enfermedad profesional asociada al citado agente cancerígeno, pasó en Almería en 2017 de 90,54 casos por cada 100.000 trabajadores a 679,3 en 2019. En 2018 la cifra fue de 83,83, con lo que el crecimiento del índice en los últimos tiempos está siendo “tremendo”, “principalmente en Almería”, según indica Juan Carlos Lebrón, secretario de Relaciones Institucionales, Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT Andalucía, que a finales del pasado año puso en marcha un plan de actuación para el uso de sílice cristalina respirable.
La silicosis es una enfermedad clásica de la actividad minera, pero muchos de los casos están relacionados con la manipulación de conglomerados de cuarzo y, en concreto, con el corte y pulido de encimeras de cocina y de baño. La mayoría de los trabajadores que sufen esta patología pertenecen a pequeñas empresas del sector del mármol, si bien en Almería destaca como única empresa con más de mil asalariados en este ámbito la gran fábrica de Cosentino en Cantoria, donde el gigante del silestone cometió “irregularidades graves” en la prevención de silicosis según la Inspección de Trabajo.
El aumento de casos detectados en este sentido en el último año y medio coincide con los años de implantación del PISA pero también con la “acción” desarrollada por UGT, destaca Lebrón, que informa de que el sindicato ya ha posibilitado la evaluación de 42 trabajadores de la empresa Cosentino por parte del Instituto Nacional de Silicosis, ubicado en Oviedo. “Entre los trabajadores, el miedo a represalias de la empresa se ha convertido también en miedo por su propia salud y han optado finalmente por acudir a Oviedo”, comenta. Así, tras empezar en 2019, UGT ha acompañado ya a tres grupos de 14 trabajadores, habiéndose detectado tras su paso por Asturias diez casos de silicosis, tres con nódulos silicóticos y un caso de tuberculosis, apunta Lebrón, que muestra una mayor preocupación por la situación de las empresas subcontratadas por Cosentino. El próximo septiembre UGT tiene previsto desplazarse con otro grupo de empleados. El sindicato resalta que tiene una lista de espera de hasta 60 empleados para ir al Instituto Nacional de Silicosis.
El PISA reconoce no estar “en la senda”
Según el informe preliminar del PISA, informa UGT, la evaluación recogida en los diversos indicadores refleja “claramente un aumento progresivo del índice de incidencia y del números de casos de silicosis comunicados en Andalucía desde 2017 a la actualidad”, un incremento que “también se refleja en el número de procesos cerrados como enfermedad profesional con propuesta de incapacidad permanente”. En el informe se reconoce que “no estamos en la senda de la consecución de uno de los objetivos generales del programa”, como es disminuir la incidencia y prevalencia de silicosis derivada de la manipulación de aglomerados de cuarzo y sus consecuencias sobre la salud.
La silicosis producida por el aglomerado de cuarzo es especialmente virulenta y evoluciona mucho más rápidamente que la silicosis de los mineros. La razón de la agresividad de esta variante es el material que la produce. El silestone es un compactado que contiene en torno al 80% de sílice y cristobalita, que es sílice cristalizado derivado de altas temperaturas. Cuando se vuelca en un silo, el sílice produce polvo; cuando se limpia una tolva, produce polvo; cuando se corta una encimera, se produce polvo. Las partículas de este material son las causantes del aumento de trabajadores enfermos y fallecidos por silicosis, que en los últimos años se ha convertido en la principal enfermedad profesional de Andalucía.
Los 388 partes de enfermedad profesional con diagnósticos compatibles con silicosis comunicados entre 2007 y 2019 (hasta octubre) afectan especialmente a trabajadores de empresas (el 99%, hombres, la mitad entre 35 y 44 años) cuya actividd principal es el corte, tallado y acabado de piedra que cortaban ese producto sin las medidas de seguridad adecuadas, principalmente en Almería y Cádiz, que engloban la mitado del total de casos en Andalucía. En 2018 había 789 empresas tras la revisión de la codificación. Cosentino, que emplea a unos 1.900 trabajadores en su fábrica de Cantoria (Almería), la única con más de mil asalariados, explicó en su momento a este periódico que había registrado “menos de 25 casos de silicosis”. La empresa ha reubicado y suscrito contratos de confidencialidad con empleados afectados por la enfermedad. Este medio ha contado los casos de dos extrabajadores de Cosentino fallecidos por esta enfermedad.
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