“Salí de mi zona de confort”: Marina Romero encuentra en Oporto la confianza en sí misma

Hasta este verano, Marina Romero nunca había vivido fuera de casa. Como es sevillana y estudia el grado de Marketing e Investigación de Mercados en la Universidad de Sevilla (US), esta joven de 20 años no tuvo la necesidad de cambiar de domicilio al comenzar la etapa universitaria, como les sucede a muchos estudiantes de su edad. Marina, en cambio, salió de su “zona de confort” después de ganar el segundo premio en el XIX Concurso de Ideas de Emprendimiento de la Hispalense, recompensado con tres semanas en la European Innovation Academy en Oporto.

“Me abrió bastante la mente porque yo no había salido de Sevilla y fue mi primera experiencia de encontrarme sola, sin conocer a nadie y tener que gestionar el tema de la comida o el transporte en otro idioma”, recuerda desde Róterdam, donde se encuentra actualmente de Erasmus. Ahora con perspectiva, asegura que la estancia en Portugal supuso para ella “un gran cambio” porque aprendió a “ser más independiente”, “más comprensiva” y a “gestionar el estrés”, entre otras habilidades que le ha facilitado su adaptación a la vida en Países Bajos.

“Ahora estoy más tranquila porque los errores de compra o de cómo trasladarme ya los cometí en Oporto”, ríe Marina, quien reconoce haberle cogido el gusto a los programas de movilidad internacional. Aunque la sevillana destaca por encima de todo el crecimiento personal que le ha reportado la experiencia en Oporto, también siente que el programa intensivo de tres semanas en la European Innovation Academy le ha servido para multiplicar sus conocimientos sobre emprendimiento.

Aprender a emprender

Cuando Marina decidió participar en el Concurso de Ideas de la US, ya tenía interés por el emprendimiento, pero no de “apuntarme a cursos para aprender a emprender”. Fue ella quien le ofreció a Jerry Capote sumarse a su proyecto Bubbl3s para desarrollar juntos la parte de marketing y presentarlo al concurso de la Hispalense. “Me pareció una idea maravillosa”, expresa ahora la estudiante en alusión a Bubbl3s, un proyecto que consiste en renovar los sistemas de purificación del aire en espacios interiores a través de microalgas que garantizan la sostenibilidad.

Tras su estancia en Oporto, la inquietud por el emprendimiento que sentía derivó, ya sí, en interés por “aprender cómo se emprende”. Durante tres semanas, se adentró junto a otros estudiantes de todo el mundo en una experiencia inmersiva que consistía en desarrollar una idea de negocio en tiempo récord, a la vez que recibían mentorías y realizaban talleres de la mano de expertos para “conocer cómo ir por el buen camino del emprendimiento”.

Además de ampliar los contenidos que aporta la universidad en este campo, Marina tuvo la oportunidad de aprender otras tantas lecciones mientras transitaba ese camino. “En Sevilla estaba acostumbrada a hacer siempre los trabajos con españoles, que tenemos la misma forma de trabajar; pero en Oporto, al formar parte de un equipo intercultural, aprendí a ser más comprensiva porque teníamos que encontrar la forma de comunicarnos para desarrollar juntos un proyecto”, cuenta la estudiante de Marketing e Investigación de Mercados recordando a los compañeros de Portugal, Estados Unidos y Taiwán que formaron equipo con ella y con Jerry.

Juntos tuvieron también que “aprender a gestionar el estrés” pues “al ser una experiencia tan inmersiva, el estrés podía jugar en contra”. Pero “logramos manejarnos y salir adelante”, celebra ahora la sevillana. Tanto fue así que el jurado de la European Innovation Academy volvió a seleccionar su proyecto entre los 11 mejores. Por todo ello, Marina asegura que fue una experiencia “superenriquecedora”, especialmente por “la gente que he conocido”.

Apenas unas semanas después de volver de Oporto, Marina hizo la maleta de nuevo para poner rumbo a Róterdam, donde va a permanecer el primer cuatrimestre. Al salir de clase, mientras va en el tranvía de vuelta a su piso en la ciudad neerlandesa, recomienda “a todo el mundo” vivir la experiencia de “cambiar de cultura y enfrentarte a cómo viven otras personas en otro idioma”. Ella, después de las semanas que pasó en Oporto y de las que lleva en Róterdam, está convencida de que cuando regrese a Sevilla el cambio va a ser todavía más notable: “Voy a ser más independiente y a mejorar la forma en que me valgo por mí misma”.