“En la política de hoy, todo lo que dependa de la unanimidad está en riesgo de extinción. El consenso no cotiza”. Estas palabras del portavoz del PP en el Parlamento andaluz, José Antonio Nieto, resumen el profundo desencuentro entre los grupos que ha hecho descarrilar el acuerdo tácito al que habían llegado PSOE, PP, Ciudadanos, Unidas Podemos y Vox para rebautizar las salas de la Cámara con los nombres de algunas figuras relevantes de la autonomía andaluza.
La Mesa, órgano rector del Parlamento, había debatido sobre la idoneidad de poner a la biblioteca el nombre de Plácido Fernández Viagas Bartolomé [fallecido en 2021], veterano letrado de la Cámara hasta su jubilación en 2017, e hijo de Plácido Fernández Viagas, presidente de la Junta de Andalucía durante la etapa preautonómica de 1978 a 1979. La propuesta partía de Unidas Podemos y fue bien recibida por el resto de formaciones. Sin embargo, a raíz de esto, el PSOE presentó un escrito pidiendo otro reconocimiento en la Cámara a Rafael Escuredo, primer presidente del Gobierno andaluz y figura clave del proceso autonomista; y el PP recuperó una vieja iniciativa, la de rebautizar la sala de usos múltiples con el nombre de Alberto Jiménez-Becerril, el único diputado autonómico asesinado por la banda terrorista ETA en 1998.
Hubo cierto consenso y se trasladó el debate a la Junta de Portavoces, sin avanzar en muchos detalles. En paralelo, el plan era acordar “con discreción” otros nombres significativos en la historia de Andalucía para rebautizar las cuatro salas de comisiones del Parlamento, que ahora simplemente están numeradas, como se hizo en su día en el Congreso de los Diputados. Los socialistas también habían pedido respetar la paridad en la elección de los nombres y, a modo informal propusieron el de Mariana Pineda, símbolo de la lucha por la libertad y la igualdad -ejecutada en 1804 por tejer una bandera con las palabras Libertad, igualdad y ley-; y el de Clara Campoamor, diputada en el Congreso en los años 30 del siglo pasado y defensora de los derechos de la mujer.
Sin objeción ni debate ni votación
Pero en la reunión de los miembros de la Mesa del pasado 16 de marzo tuvo lugar un incidente que ha frenado el plan, si no lo ha dinamitado por completo. La presidenta de la Cámara, Marta Bosquet, leyó una carta que le había remitido el día antes el consejero de la Presidencia de la Junta, Elías Bendodo, informándole de que la Fundación de Estudios Andaluces, dependiente de su consejería, había encargado la realización de un busto del ex ministro de la UCD, Manuel Clavero, al que el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, considera “el padre de la Andalucía moderna”.
Clavero dimitió como ministro de Cultura del Gobierno de Adolfo Suárez cuando su partido se opuso al referéndum por una autonomía plena y por la vía rápida que finalmente se celebró el 28 de febrero de 1980 (28F, Día de Andalucía). Es el único referente de la derecha andaluza para reivindicar el legado de la lucha autonomista, a la que se opusieron frontalmente tanto Alianza Popular como la UCD.
Bendodo encargó un busto de Clavero al escultor Pedro Fernández Roales, realizado en bronce fundido y patinado a la antigua, por un precio de 5.000 euros. Acto seguido escribió a Bosquet para poder ubicarlo dentro del Parlamento andaluz, donde ya hay esculturas de Blas Infante -padre de la patria andaluza, según consta en el Estatuto- y de Fernández Viagas. “La sede del Parlamento andaluz nos parece el lugar más idóneo para que este busto esté ubicado, ya que simboliza la consecución de sus ideas en pro de una Andalucía democrática, autonómica y centrada en su progreso y desarrollo”, finaliza la carta.
En la reunión del 16 de marzo, según recoge el letrado mayor, la Mesa del Parlamento “acuerda acceder” a la solicitud del consejero y portavoz del Gobierno de Moreno y “poner a su disposición los servicios de la Cámara” para ubicar el busto en una zona noble del antiguo hospital de las Cinco Llagas. Ese “acuerdo” por asentimiento “no se votó ni se debatió”, según denunció posteriormente la diputada socialista y miembro de la Mesa, Verónica Pérez, que acusó “algunos de intentar utilizar la figura de Clavero Arévalo para reescribir la historia de Andalucía”.
Desde la Presidencia de la Cámara aseguran que “nadie discrepó ni puso reparos” a la solicitud de la carta. Ni las dos portavoces socialistas ni el miembro de Unidas Podemos exigieron que se votase ni denunciaron públicamente la decisión hasta que salió publicada en prensa, dos días después. Este miércoles, los portavoces parlamentarios de PSOE, Vox y Unidas Podemos han coincidido en que la propuesta sobre el busto de Clavero “no se votó ni hubo debate”.
La iniciativa de la Junta para colocar una imagen del ex ministro de UCD en el Parlamento andaluz ha creado cierto malestar en el seno del PSOE andaluz, que ha tardado en reaccionar y expresar su malestar en público. Las socialistas que forman parte de la Mesa, Verónica Pérez y Teresa Jiménez, han presentado un escrito para que “se rectifique” el acta de la última reunión, que recogía el acuerdo sobre el busto de Clavero, al entender que no fue “votado ni debatido”, y que un asunto “tan importante” merece un consenso mayor entre todos los partidos. El órgano que preside Bosquet ha tenido que votar la aprobación de los acuerdos de la última sesión, que ha sido ratificado con los votos de PP, Ciudadanos y Vox, y el rechazo del PSOE [el portavoz de Unidas Podemos tiene voz, pero no voto].
Cercanía electoral
Populares y socialistas se empiezan a acusar de romper el consenso y de usar políticamente el legado del 28F. De fondo subyace la pelea entre las dos grandes formaciones por capitalizar el discurso autonomista y andalucista a las puertas de unas elecciones decisivas para Andalucía.
“Si surge un conflicto, yo abandonaría este tema hasta que podamos abordar algo tan elemental y básico como homenajear a personas que han servido a esta tierra”, ha advertido el portavoz popular, al ser preguntado sobre el plan de rebautizar las distintas estancias del Parlamento andaluz. La portavoz adjunta del PSOE-A, María Márquez, ha presentado hoy una copia del contrato de la Junta con el escultor que hará el busto de Clavero, ha denunciado que se ordenó antes de que el Parlamento diera el visto bueno, demostrando “la injerencia del Ejecutivo en el Legislativo”.
El portavoz de Vox, Manuel Gavira, ha evitado aclarar su posición respecto al busto y el bautismo de las salas. Su formación es abiertamente contraria a la autonomía andaluza y nunca ha participado de la celebración del 28F. Gavira sí ha criticado duramente al número tres de la Junta. “Bendodo manda en el Gobierno y actúa como si mandase también en el Parlamento andaluz, y esta institución no es suya”, ha dicho, aunque finalmente su grupo ha ratificado con su voto el acuerdo de la sesión anterior sobre el busto de Clavero.
La portavoz de Unidas Podemos, Inmaculada Nieto, sí ha defendido que “el edificio del Parlamento vaya dotándose de una nomenclatura que haga alusión a su propia memoria histórica”, y pide que “de manera discreta”, se fijen unos criterios a partir de los cuales, cada grupo haga sus propuestas de nombres.