Ante la nueva cepa de coronavirus detectada en Gran Bretaña, el Gobierno español restringirá todos los vuelos con el Reino Unido a partir de este martes, pero mantendrá abierta la frontera con Gibraltar, tal y como ocurrió durante la primavera, a partir del primer brote de COVID-19 en Europa. En el Peñón, se ha detectado un caso de esta variante pero ocurrió en noviembre. Así lo ha confirmado esta tarde, ante el Parlamento de Gibraltar, Fabian Picardo, ministro principal del Peñón: “No impondremos restricciones para viajar a España –avanzó Picardo-. Pero el Gobierno español ha anunciado hace un momento que sus medidas contra el virus incluirán la imposición de controles reforzados en la frontera entre Gibraltar y España”.
El ministro principal formuló un llamamiento específico a los jóvenes del Peñón “para que no vayan a España a hacer las cosas que no pueden hacer aquí”. “Hay muchos de los nuestros que tienen sus casas o sus segundas casas en España. No queremos restringir sus planes de mudarse entre sus casas. Y mi corazón está con los jóvenes que sentirán que no pueden socializar como desean en esta Navidad. Pero los jóvenes tienen que dejar un lugar en sus corazones para los efectos que sus acciones pueden tener en los ancianos”.
Gibraltar, sin embargo, pretende mantener los enlaces aéreos con Gran Bretaña “de una manera mutuamente acordada, segura y protegida, que permita el movimiento de personas y bienes entre nosotros”. De hecho, el Gobierno del Peñón y el Departamento de Transporte del Reino Unido trabajan en un protocolo que incluya, por ejemplo, una prueba negativa de Covid a todos los viajeros procedentes de Londres. O bien tendrá que habérsela hecho no más de tres días antes de su llegada o tendrá la oportunidad de realizar una prueba rápida en el aeropuerto“.
En una comparecencia que ya se encontraba prevista, Picardo informó de las nuevas medidas restrictivas que entran en vigor desde la medianoche de este lunes y que completan las que ya se habían adoptado durante el fin de semana y que incluyó una petición expresa del ministro principal para que las familias gibraltareñas no enviaran a sus hijos al colegio durante las jornadas del lunes y del martes previas a las vacaciones de Navidad. Más de mil personas en autoaislamiento en una comunidad de 30.000 habitantes, bien valía aumentar las cautelas, aunque la presión hospitalaria fuera mínima: al día de hoy, tan sólo hay 3 ingresados en planta y 2 en UCI, en los centros sanitarios locales.
Un caso, en noviembre
El chief minister confirmó lo que había trascendido desde el Gobierno británico: que se había detectado ya un caso en Gibraltar. Sólo que no ha sido reciente y no se ha informado a la opinión pública hasta hoy de ello: “Parece que un paciente se manifestó con la nueva variante en noviembre, pero que parece que hemos dominado ese foco en particular. No está claro que otros focos de la nueva variante no estén presentes en Gibraltar o en el resto de Europa meridional, o en Europa en su conjunto”.
“Lo que sí está claro –añadió- es que las antiguas y nuevas cepas de Covid-19 han encontrado, al menos en Gibraltar, un nuevo aliado. El aliado más poderoso que un virus puede encontrar. Apatía e irresponsabilidad”.
Y enumeró una serie de reproches, antes de dar a conocer las nuevas restricciones, que pasan por el cierre de la hostelería, de la restauración y de los centros educativos al menos hasta el 11 de enero, cancelación de vacaciones a los sanitarios, reapertura de un hospital de campaña, prohibición de visitas a las residencias de la Tercera Edad y otras medidas tendentes a evitar la socialización del virus.
La nueva cepa no cerrará la Verja
“Está claro para cualquiera que haya leído un periódico o encendido cualquier canal de noticias en las últimas 24 horas que el Reino Unido y Europa están, una vez más, sumidos en una renovada crisis de salud pública a causa del coronavirus Covid-19 –afirmó Picardo ante la Cámara--. Una nueva cepa de la enfermedad, más infecciosa, pero no más mortal, parece haber surgido”.
El ministro principal de la Roca subrayó que “la cuestión clave es que la tasa de infección es del orden del 70% más virulenta”. Y al aumento en la tasa de infección que vive el Reino Unido arroja todo tipo de dudas como hoy reflejaron las bolsas mundiales. Sin embargo, Picardo dejó claro, por su parte, que “como todos los demás países de la Unión Europea, no podemos decir con certeza que la nueva cepa esté presente en Gibraltar en realidad o no lo esté”.
El cierre de la Verja no aparece en ninguna hoja de ruta. Ni siquiera se llevó a cabo durante el confinamiento decretado a partir del mes de marzo y en cuyo transcurso no sólo se permitió el tránsito de mercancías sino de los trabajadores esenciales: 15.000 transfronterizos que cruzan a diario al Peñón desde La Línea de la Concepción y las otras poblaciones de la comarca. Sin ellos, la economía de Gibraltar y los servicios públicos quedarían estrangulados. Sin sus puestos de trabajo, el desempleo se dispararía en una zona castigada por el paro y tan sólo aliviada, a menudo, por la economía sumergida.
Manolo Triano, secretario comarcal de Comisiones Obreras y miembro del Grupo Transfronterizo, que agrupa a entidades socioeconómicas de ambos lados del paso fronterizo entiende que nadie en su sano juicio se plantearía cerrarlo: “Sería un disparate. Desde que comenzó la pandemia, se han ido acompasando las medidas a un lado y a otro de la Verja, lo que nos parece positivo”.
Triano habla a título de sindicalista porque el Grupo Transfronterizo aún no ha debatido este nuevo aspecto de la crisis sanitaria. Pero a él tampoco le suena bien que el refuerzo de las medidas en la Verja anunciado por el Gobierno pase por ralentizar el paso de los trabajadores transeúntes: “El paso fronterizo ni reúne condiciones ni tiene medios humanos para plantear cualquier tipo de iniciativa de este tipo, de la noche a la mañana. Cualquier medida que pase por ralentizar o aglomerar a los trabajadores transfronterizos, no tendría sentido desde el punto de vista de la salud pública, desde luego”.
“Otra cosa es que haya que reforzar las medidas que sabemos que funcionan. Se supone que hasta ahora teníamos ya un brote serio de Covid y contábamos ya con medidas de autoprotección y protocolos de seguridad. Lo de cerrar la frontera sería un tema terrible para la comarca y todo Gibraltar; pondríamos en riesgo, sin ir más lejos, los servicios sanitarios gibraltareños, donde trabajan muchos españoles. Incluso en los peores momentos de cierre de fronteras exteriores siempre se ha dejado al margen la Verja”.
Escalada de contagios en dos semanas
A la sesión del Parlamento de Gibraltar de este lunes no pudo acudir presencialmente el Viceprimer Ministro, Joseph García, que fue diagnosticado como positivo el domingo por la tarde y que siguió la sesión de manera telemática. En el mismo caso se encuentra Damon Bossino, diputado de la oposición, de Gibraltar Social Democrats, desde hace varios días. Y otros dos miembros de la cámara se encuentran también en autoaislamiento. Es el caso de Edwin Reyes, también de la oposición, y Samantha Sacramento, precisamente Ministra de Salud y Justicia que mantiene la dirección de ambas carteras por vía digital.
Picardo no olvidó en ningún momento los seis muertos registrados ya en el Peñón como consecuencia de esta pandemia y ofreció las cifras que demuestran como sólo en cinco días, la curva que iba aplanándose en el Peñón, volvió a dispararse. El 10 de diciembre, había 47 casos activos que fueron bajando hasta 37 el día 13 y, sin embargo, el día 15, se registraban 23 más. La secuencia aumentó en once casos el 16 de diciembre, hasta llegar a 71. Pero lo cierto es que cinco días después, se han alcanzado los 202 contagios. Son cifras pequeñas para un gran país pero no para una comunidad tan pequeña como la de la Roca. El número total de casos confirmados en Gibraltar hasta la fecha, desde el inicio de la pandemia, es de 1.282: “Casi una quinta parte de ellos están activos ahora”, destacó Picardo. Otro dato que marca la diferencia. Hace 6 días, el número de autoaislados era de 222 y ahora mismo hay 1.365 en dicha circunstancia.
Protestas en los bares
“El viernes, cuando recibimos los informes de restaurantes con las reservas completas y los números volvieron a alcanzar niveles récord de infecciones, no tuvimos otra alternativa que actuar. Nos enfrentábamos a la posibilidad de un cierre total si no actuábamos. Y queríamos evitar un cierre total. Así que actuamos para cerrar todos los establecimientos de comida en cuestión de horas”.
Entonces, el Gobierno gibraltareño decretó el cierre de bares a las 19 horas y a las 16 horas en Nochebuena. Horas más tarde, unos treinta empresarios del sector se concentraban ante la sede del Gobierno local, en protesta por no habérseles consultado.
“Compensaremos a todos aquellos que siguieron nuestras reglas Covid en el sector de la hostelería. Ya hemos preparado un formulario de solicitud de indemnización que ha sido enviado al jefe de la Asociación de Hostelería”, afirmó antes de reunirse hoy mismo con representantes de la hostelería local, a fin de abordar posibles compensaciones, aunque se excluirá de las mismas a quienes decidieron no aceptar ese horario y, en palabras de Picardo, “buscaron poner el beneficio por encima de la salud pública”. Estos se verán “específicamente excluidos de recibir beneficios”.
Las escuelas, como ya anunciara el domingo, permanecen cerradas dos días antes de las vacaciones, aunque pueden acudir a los centros aquellos alumnos cuyos padres no dispongan de alternativa para dejar a sus hijos durante el periodo lectivo. Los centros de enseñanza, de hecho, es posible que permanezcan cerrados durante una semana o dos después de las vacaciones, una decisión que se anunciará el próximo día 27.
“El daño potencial que podría causar una cepa más virulenta del virus, combinado con la interacción social que podemos esperar ver en Gibraltar en un período tradicional de Navidad, es evidente”.
“Quédense en casa”
La medida más controvertida es la del cierre, desde las 19 horas de este lunes, de todos los establecimientos de restauración “al menos hasta el lunes 11 de enero”, salvo para aquellos que sirvan comida a domicilio; cierre de los gimnasios y suspensión de actividades deportivas; exigencia generalizada de mascarillas en todos los lugares públicos; controles estrictos en el acceso a los comercios minoristas. También Picardo aconsejó “firmemente” que las reuniones de navidad se reduzcan a tres núcleos de convivencia como máximo: “No vamos a legislar para vigilar esto. No dejaremos que los oficiales de policía se pongan en la desagradable posición de tener que determinar cuántos hogares se mezclan. Pero los miembros de esta Comunidad deben vigilar ellos mismos”.
Respecto a los mayores de 70 años, el Gobierno de Gibraltar no les confinará, pero les aconseja que ellos mismos también lo hagan, que permanezcan en sus casas en la medida que les sea posible: “Por favor –suplicó Picardo--, les pido a nuestros mayores de 70 años que no permitan que una cita para almorzar se interponga en la continuidad de su existencia. Por favo,r no vayan a la casa de sus hijos para el almuerzo de Navidad. No vayan con sus parientes. Quédense en casa. Sé que esto es terrible, especialmente en Navidad. Pero la alternativa es peor. Se está más solo en un ataúd”. Las visitas a las residencias de mayores se cancelan, a menos que sea para acompañar a algún anciano en riesgo de fallecimiento inminente.
Sin cultos presenciales y sin “comilonas”
El Gobierno negocia con las diferentes confesiones que el culto deje de ser presencial y se canalice a través de la radiotelevisión pública, como ya ocurrió durante el confinamiento. La población gibraltareña asiste con incertidumbre ante estas nuevas restricciones, sin comprender como al otro lado de la Verja, en La Línea, apenas a seis kilómetros de distancia entre los respectivos centros urbanos, rige la desescalada decretada por el Gobierno andaluz.
Las comidas de navidad ya no tendrán lugar, al menos en los establecimientos públicos. Pero Picardo advirtió también contra las “comilonas” e insistió en que “no debe haber socialización en los lugares de trabajo”.
La Autoridad Sanitaria de Gibraltar pospondrá las cirugías y citas de rutina y sólo se atenderá a las actuaciones prioritarias. Al menos, “hasta que sea seguro que los pacientes vuelvan al hospital”. Se han cancelado los permisos y vacaciones del personal así como las visitas a los centros hospitalario, mientras se prepara la reapertura del hospital de campaña Nightingale, que ya estuvo operativo en primavera.
“Protestar contra nuestras reglas de Covid no va a convencernos de deshacer algo que no queríamos hacer desde un primer momento. Escaparse a una fiesta en España no nos va a convencer de cambiar las reglas que hemos aprobado a regañadientes. Pero puede esquivar la protección que estamos tratando de poner en marcha si se comporta de esta manera y puede llevar la infección a la gente en Gibraltar”.
Y concluyó Picardo: “Algunos de los nuestros deben dejar de comportarse como si nada pasara. Tienen que darse cuenta de que en realidad tenemos que enfrentarnos a este virus, un virus que no conoce la estación, no conoce la fiesta y no conoce la religión. Así como el Eid, el Diwali, la Pascua y el Janucá se han visto muy afectados y restringidos este año, así lo será la Navidad”. El COVID-19 también tiende a ser ecuménico.