Cuatro consideraciones y un aviso sobre los resultados del 26J en Andalucía

1.Juan Manuel Moreno Bonilla, líder andaluz del PP, se ha encontrado una victoria que no esperaba. La insistente presencia de Rajoy en Andalucía así como de líderes nacionales ha sentado bien a la campaña del PP en la región, cuando parecía que, de un tiempo a esta parte, daban por abandonada la plaza y no medían siquiera sus palabras o declaraciones aunque dejaran en evidencia al líder popular andaluz.

Para Moreno es una auténtica bocanada de aire que le permite exhibir una victoria tras cuatro derrotas consecutivas ante el PSOE; de ahí la satisfacción que ha exhibido al mencionar que se había producido el “surpasso” en su discurso tras conocerse los datos. Y aunque el mérito evidentemente no sea sólo suyo y no se acerque a los mejores números del PP en la región, al menos estos datos le dan una oportunidad de continuar con esa renovación del PP andaluz que tanto se le resiste. Porque todo el mundo sabe que no hay nada que unifique más que una victoria.

2.Los resultados del PSOE les dan una de cal y otra de arena. Haber perdido en la CCAA es sin duda una buena bofetada para los socialistas en su tradicional bastión de voto. Aunque bien es verdad que la diferencia no es arrolladora, sí es significativa respecto a otras convocatorias electorales y evidencia un claro y lógico desgaste de los socialistas tras más de tres décadas de poder en la región, y probablemente el desgaste por los casos de corrupción abiertos en la región y esgrimidos por la oposición, pese al reciente archivo del presunto fraude de los casos de formación en Jaén y el anuncio de que la parte política también será archivada.

Aún así, Jaén, Sevilla y Huelva son las únicas provincias de toda España que se han puesto en rojo en el mapa electoral este domingo y la líder andaluza, Susana Díaz, ha expresado más dureza en la interpretación de los resultados nacionales que en los propios, llegando a comentar que “habrá que actuar en consecuencia”. De hecho, si bien es cierto que Díaz ha reconocido los resultados poco satisfactorios en Andalucía, la autocrítica ha estado suavizada por la búsqueda de culpables. En este caso, para Díaz, la fragmentación que ha hecho triunfar a la derecha. Cuando quizás sería un buen momento para ahondar en las razones de la bajada de votos: si tienen que ver con el desgaste, con el pacto con Ciudadanos, con las políticas o con las tres cosas a un tiempo.

3.La confluencia de IU y Podemos (Unidos Podemos) no ha funcionado en Andalucía todo lo bien que los implicados auguraban. Ni en votos ni en porcentaje. A pesar de lo que afirmaba Antonio Maíllo durante toda la campaña, “la suma no ha multiplicado” a juzgar por los resultados obtenidos en Andalucía, casi 250.000 votos menos de los que obtuvieron por separado el 20 de diciembre. Si bien a IU el matrimonio no le ha ido del todo mal, ya que de no tener ningún representante en el Congreso desde la región, ha colocado a tres.

Tendrán que analizar si la sangría de votos llega por los que se han quedado en casa o por los que han cabiado el sentido de su voto. Me inclino a pensar en el primer supuesto a la vista de los números. Sin embargo, también se ha echado de menos palabras en este sentido en las reacciones a los resultados electorales. Es verdad que Teresa Rodríguez ha apelado al “trabajo” como forma de superar estos resultados, pero no ha habido asomo de reflexión interna ni autocrítica sino tiros a otros culpables de la foto final, como Díaz a la que ha acusado de haberlos usado como enemigo y haber realizado “un matrimonio” con Ciudadanos que la ha penalizado.

4.Lo que ha calificado Juan Marín como el “mejor resultado de la historia de la democracia para un partido de centro en Andalucía” no es otro resultado que un escaño menos en el Congreso y un descenso de 36.000 votos. Ciudadanos aguanta en Andalucía pero no como para relajarse. Entre los culpables de su desmejora tampoco mencionan razones internas como podrían ser su escasa presencia en el mundo rural, una posible penalización del pacto con el PSOE, o falta de rostros con proyección dada la juventud de la formación. Parece ser que la culpa es de “la ley electoral injusta” en la que se enmarca nuestro sistema. En esto, ha emulado y copiado las reflexiones de su líder nacional Albert Rivera pero ha olvidado hacer examen interior. Una tarea que debería llevar a cabo ahora que se avecinan tiempos complicados si la suma de escaños se traduce en Madrid en un apoyo de su formación al PP de Rajoy, mientras en Andalucía están en relaciones con los socialistas.

Aviso: Puede que haya quien piense que los resultados en Andalucía han frenado las intenciones de Susana Díaz de luchar por el liderazgo del PSOE en España. Y es cierto que fuelle y prisa le deben haber quitado estos resultados. Pero, a juzgar por las declaraciones hechas por la presidenta andaluza en la noche electoral, cuesta creer que haya tirado la toalla. Tan sólo parece haberse puesto el terreno más farragoso. Aún así, Díaz esbozó los argumentos que, previsiblemente servirán para reivindicar su liderazgo: el PSOE andaluz ha perdido frente al PP pero no por tanta diferencia como en las generales; el PSOE andaluz mantiene de raya a Unidos Podemos en lo que ella denomina “frenar al populismo” y exhibe una distancia mucho más holgada que la que puede llevar Pedro Sánchez donde el margen entre los socialistas y los de Iglesias es más pequeño; y tercero, Andalucía es la única comunidad autónoma donde el PSOE puede seguir presumiendo de victorias ya que las tres únicas provincias con victoria del PSOE están en Andalucía.