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La controvertida opción de reforzar la Sanidad con médicos jubilados: “Echaría una mano, pero no para tapar agujeros”

Álvaro López

15 de enero de 2022 20:17 h

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Fermín Quesada ha sido médico de familia durante más de 30 años en Granada. También es uno de los médicos jubilados que no ha querido regresar al Servicio Andaluz de Salud tras la propuesta de la Consejería de reenganchar a los profesionales retirados y paliar así la presión asistencial de la sanidad. Quesada explica su negativa no por falta de voluntad para ayudar, sino porque entiende que la estrategia política que está llevando la Junta es clave para que trabajadores como él se lo piensen. “Yo estoy dispuesto a echar una mano si hace falta, y de la forma que sea, pero, para que no sea una chapuza, los gestores tienen que dar pasos en la dirección correcta para mejorar la Atención Primaria de Salud y la atención a los ciudadanos”, explica a este medio. A juicio del médico, lo primordial es reforzar el sistema con trabajadores que se quieran quedar en él.

“Hay que dar contratos estables y dignos que acaben con la precariedad laboral de médicos, enfermeros, auxiliares, celadores…”. Quesada asume que, si se hace eso, la Administración sí estaría lanzando un mensaje de que se preocupa “de verdad” por sus pacientes. “Dicen que no hay profesionales… pero si ofrecieran contratos dignos, los encontrarían seguro. Ofrezcan un contrato de dos o tres años y no de uno o dos meses y verán cómo encuentran”. Eso pasa, opina, por retener el talento joven y evitar que se vayan a otros lugares. “Todo tiene que estar reflejado en los presupuestos, porque lo no presupuestado no existe”. Además, en su caso, dice que no se va a reincorporar para estar haciendo consultas telefónicas puesto que ya se marchó “huyendo de ellas”.

Una medida sin mucha respuesta

Quesada ha sido pues uno de los médicos que ha dicho no al polémico llamamiento de la Junta de Andalucía, amparado por el Gobierno central mediante un Real decreto–ley de finales de diciembre, para recuperar médicos jubilados que ayuden a aligerar la alta presión asistencial que está sufriendo el sistema por la sexta ola de la Covid–19. No ha sido el único. De hecho Andalucía solo ha conseguido rescatar a un médico ya retirado.

Aunque los médicos jubilados ya se sumaron a la lucha contra la Covid en lo más crudo de la pandemia, en este momento la propuesta no ha encontrado un eco entusiasta en el resto del país, que en muchos puntos adolece de personal sanitario suficiente y donde la atención primaria está desbordada. Muchas comunidades autónomas ni siquiera han lanzado la idea, como el caso de Valencia. O en otras como Castilla La Mancha donde tampoco se ha hecho la petición (ni ha habido incorporaciones lógicamente) según les consta a los colegios. Pero algunas han repescado algunos interesados.

Es el caso del Servicio Extremeño de Salud (SES), que ha contratado un profesional jubilado en el área de Salud de Badajoz, por un periodo de un mes, para realizar funciones de médico de familia y de atención continuada, aunque ningún enfermero. El Colegio de Médicos de Badajoz no tienen constancia de que haya más facultativos jubilados dispuestos a ejercer de nuevo de forma puntual. Sin embargo, el Colegio de Cáceres dispone de un listado de una treintena de estos profesionales sanitarios, que el SES aún no ha contratado a pesar de la saturación de la atención primaria en Extremadura. Para lo que sí están tirando del personal retirado extremeño es para la vacunación pediátrica, pero en estos casos no hay contrato de por medio sino que son voluntarios.

En Cantabria, el 13 de enero, el boletín oficial autorizaba “la incorporación al servicio activo en la condición de personal estatutario eventual de los profesionales de la medicina y de la enfermería que hayan prestado servicios tanto en centros sanitarios públicos como privados y se encuentren en situación de jubilación”. De momento, han logrado reclutar a nueve enfermeras jubiladas que han destinado a laborales de vacunación.

Las comunidades donde parece que ha tenido más éxito la idea han sido Euskadi y Galicia. En el primer caso, esta semana había 125 facultativos retirados cubriendo bajas médicas. Y en el caso de Galicia, cuenta con 86 médicos jubilados de nuevo en sus filas. Aunque el Servizo Galego de Saúde (Sergas) ha puntualizado que su labor es la de ayudar en tareas administrativas y de vigilancia en la Atención Primaria dada la situación de la pandemia de COVID, informa Europa Press.

El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, explicó en su momento que estos profesionales prestarán un apoyo en la gestión de la pandemia “sin atención presencial a pacientes”, de forma que se centrarán en cuestiones relativas a la teleasistencia y llamadas a los nuevos positivos. De momento, solo han tirado de médicos pero no descartan hacer el llamamiento a enfermeros jubilados. Mientras, los sindicatos gallegos no hacen más que señalar el “estrepitoso fracaso” de la Xunta en la organización de la atención primaria.

Hace falta “creatividad”

“Si viendo a los pacientes me equivoco, sin verlos seguro que meto la pata –asegura Quesada–. Está claro que la consulta telefónica sirve para cosas muy concretas, pero solo para eso”. El médico de cabecera considera que el SAS puede hacer más para evitar este déficit de profesionales y no tener que recurrir a trabajadores ya retirados: “Hay que tener creatividad (imaginación con conocimientos), ilusión y empatía para redimensionar y reestructurar la Atención Primaria. Pero eso es otra historia”.

A los argumentos de este médico andaluz habría que sumar las pegas que pone la Organización Médica Colegial (OMC), que recuerda que al ser trabajadores de una edad más avanzada, pueden ser más vulnerables ante un positivo por Covid-19 si se ponen en primera línea. Dado que la variante Ómicron ha demostrado ser tan contagiosa, los profesionales que deciden reincorporarse estando ya jubilados pueden contraer la enfermedad. En algunos casos pueden tener patologías asociadas a su edad y por lo tanto exponer su estado de salud al tratar con pacientes a diario, a pesar de estar vacunados.

Fermín Quesada admite que se reincorporaría para atender pacientes y ayudar en una situación que es muy difícil, “pero no para tapar agujeros y hacerle el trabajo sucio a políticos y gestores”.

(Esta noticia ha sido elaborada con información de Álvaro López, Santiago Manchado, Gonzalo Cortizo, Carmen Bachiller, Laro García, Iker Rioja y Adolf Beltrán)