El Defensor Andaluz de la Infancia pide ayudas para huérfanos por violencia de género: “Nadie se acuerda de ellos”
Un total de 88 niños y niñas huérfanos por violencia de género en Andalucía desde el año 2003. “El drama de ser el hijo o la hija del asesino de su madre”, ha recordado en rueda de prensa el Defensor de la Infancia y Adolescencia de Andalucía, Jesús Maeztu, quien reclama un mayor acompañamiento psicológico, especializado y específico, para los niños y niñas huérfanos por la violencia de género y sus familias, así como un sistema de ayudas económicas públicas para las víctimas menores de edad cuando pierden a sus progenitoras por violencia machista y mejoras en la información disponible sobre la situación en la que quedan.
Mientras el Observatorio Andaluz de Violencia de Género prevé potenciar su actividad ante el repunte de casos en los últimos meses, la Defensoría considera que que estos menores de edad “necesitan una atención propia, especializada y adaptada a sus características y necesidades específicas”. “El acompañamiento psicológico debe ser prolongado en el tiempo”, ha recalcado, porque solamente se ofrece durante dos días tras el funeral de la mujer asesinada, denuncia Maeztu.
“La sociedad y los poderes públicos no pudieron proteger a sus madres, pero sí deben ayudar a estos niños y niñas a superar el trauma, reparar el daño y garantizarles un futuro digno”, ha enfatizado Jesús Maeztu tras entregar al presidente del Parlamento andaluz, Jesús Aguirre, el Informe Anual de Infancia y Adolescencia 2022, que incluye como capítulo relevante un estudio singular sobre la infancia huérfana por la violencia de género. “Ser testigo del asesinato de tu madre pro parte de tu padre y que se les siga llamando a juicio” es otra cuestión a tener en cuenta para aumentar “el cuidado” a esos menores.
Desde 2003 -año en el que se incluyó a los menores en las estadísticas- y hasta la elaboración de dicho informe, el número de niños y niñas que se han quedado huérfanos por violencia de género se elevó a 388, 75 de ellos en Andalucía, según datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, el Observatorio estatal de violencia sobre la mujer, y las memorias anuales de la Fiscalía General del Estado. Otros 12 menores (6 de ellos en agosto) se han quedado huérfanos desde febrero en Andalucía, por lo que se trataría de 87 niños y niñas huérfanos por violencia de género en la comunidad autónoma en estas dos décadas.
Sin ayudas públicas en Andalucía
El informe 'Infancia huérfana de la violencia de género: La víctima más invisible del drama' identifica varios “retos a mejorar” por las administraciones públicas para garantizar recursos y protección a estas víctimas como serían, entre otros, una ampliación del acompañamiento superior a las 48 horas tras el entierro de la mujer. También se piden medidas para evitar la victimización de estos menores en los procesos judiciales -por ejemplo, en cuanto al otorgamiento de la guarda y custodia a las familias, o ante la futura excarcelación o permisos de su progenitor-, medidas de protección sobre sus derechos patrimoniales, y la necesidad de una acreditación de la condición de víctima para poder acceder a recursos y servicios más allá de la protección judicial.
En cuanto a la importancia de las ayudas económicas, el Defensor ha destacado la nueva regulación de la pensión de orfandad, con una incidencia baja de este tipo de beneficiarios hasta ahora, y ha señalado diversas ayudas autonómicas para huérfanos por violencia de género menores de edad en otras comunidades autónomas como Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia e Islas Baleares. “En Andalucía no hay ayudas públicas económicas para huérfanos por violencia de género”, ha comentado, y “hace falta avanzar”, ha insistido.
Maeztu también ha demandado una mejora en el sistema de recopilación e información de datos estadísticos, y potenciar acciones de investigación, campañas de sensibilización social e información. En resumen, el Defensor cree que el foco se pone solo en la mujer pero los niños pueden ser utilizados para seguir dañando a las madres. Los recursos no dan protección propia, atención especializada, pero nadie se acuerda de ellos, recordando que en 2012 el Defensor de la Infancia ya alertó de estas circunstancias.
Casi 2.000 expedientes nuevos
En cuanto al estado de la infancia andaluza, el Defensor ha señalado que fueron 4.965 actuaciones por parte de este comisionado, de las cuales 2.389 se refieren a quejas y 2.576 a consultas. En asuntos de infancia, adolescencia y juventud se tramitaron un total de 1.806 expedientes de queja nuevos, de los cuales 1.787 fueron instados por la ciudadanía y 19 se iniciaron de oficio promovidos por la Institución. Junto con estas actuaciones se realizaron otras 583 más, procedentes de quejas iniciadas en años anteriores.
Acerca de otras materias del Informe, el Defensor ha destacado el derecho a la salud, caso de la atención especializada de pediatría, especialmente preocupante en entornos rurales, y las quejas sobre la salud mental, “una asignatura pendiente que no permite más demora”.
En coincidencia con el inicio del curso escolar, Maeztu se ha centrado en la persistencia de carencias en la bioclimatización de muchos centros educativos de Andalucía; la reiteración de quejas sobre la asignación de recursos y medios profesionales para el alumnado de necesidades especiales; y su preocupación por las conductas violentas en las aulas.
Por último el Defensor de la Infancia ha resaltado otros problemas como el acceso a la vivienda; los cortes de luz; la protección del medio ambiente; los estereotipos sobre los menores migrantes; y el incremento de las notificaciones sobre malos tratos a menores de edad. Maeztu ha avanzado que las situaciones de riesgo en la infancia serán objeto de la próxima jornada de coordinación de las Defensorías del estado y autonómicas, organizadas en noviembre por la Sindic de Greuges, y cuyos talleres preparatorios se celebran a partir de la semana que viene en Sevilla.
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