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Olivares, recreando el Barroco con la mirada puesta en revisar el PGOU

Rotonda de Olivares (Sevilla) dedicada al Barroco

Pilar Benítez

Sevilla —

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En la Plaza de España de Olivares (Sevilla) se alza el Palacio del Conde Duque de Olivares. Durante la primavera, normalmente en el mes de mayo, es el epicentro por unos días de la recreación de los tiempos de Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar, con la celebración del Mercado Barroco, que este año cumple su mayoría de edad y que se consolida como principal reclamo turístico y cultural de la localidad.

El alcalde de Olivares, Isidoro Ramos García (PSOE), puede erigirse en testigo de excepción sobre cómo ha cambiado en los últimos 40 años esta localidad del Aljarafe Norte, situada en la segunda corona metropolitana y a 15 kilómetros de la capital. Lleva doce años de alcalde y, a su vez, es funcionario municipal desde hace 33. Así que, en calidad de una cosa u otra, ha seguido de cerca y en primera persona la evolución del Ayuntamiento y del municipio en estas cuatro décadas.

En su despacho del Palacio del Conde Duque, sede de la casa consistorial, comparte con eldiario.es/andalucia su relato de estos 40 años y nos cuenta que aquel ayuntamiento poco tiene que ver con el actual, y no sólo porque los pasillos del de ahora alberguen una exposición permanente de trajes de la época barroca.

“Desde mi infancia hasta ahora, Olivares ha experimentado un avance exponencial en todo: infraestructuras, comunicaciones, servicios... A partir de la mitad de la década de los años 70 y hasta el año 1985, aproximadamente, en el comienzo del funcionamiento de las instituciones democráticas, Olivares era un pueblo con una mentalidad muy conservadora, anclado en el régimen pre democrático. Y el Ayuntamiento, por su parte, era una institución que se parece muy poco al que existe ahora”.

Crónicas de un pueblo

Ramos comenta que aquellos tiempos fueron los que se veían reflejados en la serie de TVE Crónicas de un Pueblo, que fue emitida entre 1971 y 1974 y que narraba la realidad de los municipios pequeños de la época. “Los ayuntamientos de entonces eran unas instituciones muy muy básicas, que prestaban muy poquitos servicios en relación a los que se ofrecen ahora”, dice.

En sus años en el consistorio, tanto como funcionario como al frente de la Corporación local, el actual alcalde dice haberse propuesto desde el primer momento “hacer un poco de pedagogía sobre los cauces, los caminos por los que se pueden conseguir las cosas”, para “intentar pasar de la mentalidad antigua de que las cosas se consiguen porque sí, a otra que asuma que hay unos procedimientos, unas normas que cumplir y que las cosas llevan su tiempo”. “Esa labor de pedagogía tiene que ser muy continua y lo que hace es generar también confianza por parte de la ciudadanía”, añade.

En Olivares, uno de los elementos que más ha evolucionado en estos 40 años es el tejido asociativo del pueblo, que ha ido creciendo y enriqueciéndose. “Ahora hay asociaciones prácticamente de todo tipo y muy activas. En los últimos años estamos experimentando un importante desarrollo del movimiento asociativo en nuestro pueblo, que además es muy colaborador con el Ayuntamiento, desde donde reconocemos el trabajo que hacen, porque es en beneficio de todo el municipio”.

Asociaciones de todos los ámbitos

Hace cuatro décadas solamente existían en Olivares cuatro entidades, que eran la Iglesia, las hermandades de la Vera Cruz y de la Soledad y la Banda de Música, que ha cumplido recientemente 150 años. En la actualidad, son unas 40 aproximadamente y actúan en todo tipo de ámbitos. Entre ellas, se incluye la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras demencias (AFA), así como asociaciones culturales como el Tercio de Olivares, o Don Gaspar de Guzmán; o también peñas, clubes deportivos, asociaciones de ámbito juvenil, la Asociación de Mujeres Alba de Montijo, así como varias entidades solidarias, entre otras.

Sociedad más participativa y exigente

“Estamos ante una sociedad mucho más participativa y mucho más exigente, como es lógico, a la que se intenta dar respuesta desde el Ayuntamiento en la medida de lo posible”, apunta el regidor, que asegura que muchos de los proyectos que se realizan en el pueblo proceden de escuchar a las asociaciones.

Podría decirse que Olivares es un pueblo conservador desde el punto de vista sociológico, aunque ello no se traduzca directamente en votos (actualmente gobierna el PSOE con mayoría absoluta). “Mucha gente que vota distinto signo político coincide en una mentalidad bastante conservadora”, asegura Ramos, que lleva a gala que su pueblo es “el número uno en solidaridad” porque –explica-- “cuando hay algún problema, o alguna familia que lo necesita, se vuelca todo el mundo”.

En los años 80, Olivares rondaba los 6.500 habitantes y en los últimos años viene manteniendo su población entre los 9.000 y los 10.000. Actualmente hay censados 9.390 habitantes, según los datos del Instituto Andaluz de Estadística y Cartografía, correspondientes a 2018.

En cuestión de infraestructuras y equipamiento público, el municipio ha visto avances significativos. Cuenta ahora, por ejemplo, con un tanatorio o con un pabellón de deportes inaugurado hace unos años que, además, este pasado verano estrenaba una piscina pública municipal muy reclamada por los vecinos durante años. Igualmente, este curso escolar ha abierto sus puertas el nuevo Centro de Educación Infantil y Primaria que sustituye al antiguo Colegio de Los Eucaliptos y que era una reivindicación histórica de la comunidad educativa.

Mucho por hacer en concienciación medioambiental

Asimismo, Olivares ha ampliado de forma considerable su red de parques públicos y zonas verdes. También cuenta con un punto limpio que debería usarse más, reconoce el alcalde, que admite que queda mucho trabajo por hacer en materia de concienciación medioambiental.

Respecto a comunicaciones y transportes, el pueblo no tiene, a diferencia de otros cercanos, acceso directo a la A-49. Desde marzo de 2011, Olivares cuenta con servicio de tren Cercanías a través de la estación compartida con la localidad vecina de Villanueva del Ariscal, una conexión ferroviaria respecto a la que los vecinos reclaman más frecuencia de paso y el abaratamiento de las tarifas.

Esta localidad, cuyos habitantes se dedican principalmente al sector servicios y trabajan mayoritariamente en Sevilla capital y en centros de trabajo de municipios cercanos de la zona, tiene un 23,64% de paro, aunque el desempleo llegó a estar diez puntos por encima del índice actual en los años duros de la crisis. Aún queda actividad agrícola, que antaño fue el sustento del pueblo, pero que ahora ha pasado a un plano secundario.

En relación a lo que la Administración local puede contribuir a la generación de empleo, el alcalde se queja de la excesiva burocracia para impulsar proyectos y de las limitaciones impuestas a las corporaciones locales, que han provocado que no se puedan crear nuevas plazas y que las plantillas vayan envejeciendo.

Más competencias sin recursos

“Sin embargo, los servicios y las competencias que asumimos los ayuntamientos no dejan de crecer y tanto las Cortes Generales como el Parlamento andaluz siguen aprobando nuevas leyes que al final somos los municipios los que tenemos que implementar de cara a la ciudadanía”, argumenta Ramos, que se queja de que “cada vez hay más competencias que asumir que no van acompañadas de recursos”.

Este pueblo, que tiene una gran tradición rociera, presume también de su Semana Santa y de su Muestra de Música Antigua, que acaba de celebrar su 25 edición. La Cabalgata es otra de sus tradiciones y, según dice el alcalde, se le ha dado un impulso en los últimos años, después de que no pudiera celebrarse la de 2013 como consecuencia de la crisis, hecho que provocó un importante malestar entre los vecinos del municipio.

Como retos, el responsable municipal se marca concluir proyectos que están en marcha actualmente, como la remodelación del polideportivo municipal, la ampliación de la Biblioteca, el Centro de Participación Activa de Mayores y terminar las obras de mejora del Teatro Municipal.

Un futuro centro multifuncional

Otro de los grandes proyectos en cartera en este municipio, según cuenta su alcalde, es destinar el edificio del antiguo Colegio Los Eucaliptos a un gran centro multifuncional, donde tengan cabida proyectos asistenciales o servicios públicos, como el Espacio Joven, así como parte del tejido asociativo. El objetivo es aprovechar los 6.000 metros cuadrados que ocupa para dar cabida a proyectos y revitalizar la zona, bastante carente de dotaciones públicas, explica el regidor.

El planeamiento urbanístico de la localidad es otra de las asignaturas pendientes. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Olivares es de 2006 y su texto refundido, de 2008. Dicho documento se redactó y aprobó en una época muy distinta a la actual, justo antes de la crisis del ladrillo, en pleno boom inmobiliario. Por lo tanto, “un reto es revisarlo, adaptándose a la realidad y hacerlo más dinámico para que sea un fiel reflejo de lo que somos y lo que queremos ser. Para tener más industria, más posibilidad de inversiones y mejores comunicaciones”, manifiesta Ramos, que quiere iniciar el trabajo de revisión del PGOU en este mandato.

Un entorno natural singular

En la carretera que va de Olivares hacia Gerena nos encontramos con la Torre de San Antonio, una construcción árabe del siglo XI, donde anidan la carraca y el cernícalo vulgar. El entorno natural de esta localidad del Aljarafe, situada a orillas del río Agrio, posee un valor singular.

Olivares es un pueblo tranquilo, cuyas calles invitan al paseo y en el que los niños siguen yendo a jugar a la Plaza. Puede que las conexiones con Sevilla no sean las óptimas, pero se diría que los olivareños las dan por buenas porque entienden que ello redunda en más tranquilidad para ellos. “A veces es mejor quedarnos como estamos. ¿Tú sabes la locura de tráfico que soportan otros pueblos?”, espeta una vecina.

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