Carolina Marín no se ha tenido que emplear para meterse en la final del Open de Japón de bádminton 2017. La otra semifinalista, la jugadora local Nozomi Okuhara, una de sus bestias negras, de hecho fue la que la eliminó en tres sets en una “derrota muy dura” en el pasado Mundial de Glasgow en agosto, no se ha presentado, por lo que la clasificación de la onubense para su quinta final Open ya es un hecho. La propia Carolina, a través de su cuenta en una red social, ha colgado una foto con su oponente deseando “volver a verte competir lo antes posible”.
La andaluza ya ha disputado este extraño año 2017 cuatro finales, en Alemania (no se presentó por lesión curiosamente), y de forma consecutiva en India, Malasia y Singapur. Todas con derrotas. Su único título ha sido el Campeonato de Europa, en Dinamarca, con esa autoridad que demuestra sobre todo contra jugadoras no asiáticas. Pero se le resiste de momento ese primer título Open, porque tampoco pudo festejar un nuevo Mundial.
Ahora tendrá una nueva oportunidad la onubense, que está muy recuperada, mentalmente, tras la derrota en Glasgow, ante la ganadora del partido entre las chinas Yufei Chen y Bingjiao He.