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Diputados de Ciudadanos en esta legislatura piden el voto para el PP a cuatro días de la campaña para las andaluzas

Ciudadanos tiene un rival más que el resto de sus competidores en las elecciones andaluzas del 19 de junio: el propio Ciudadanos. Tras la cascada de dimisiones de parlamentarios y cuadros intermedios del partido, tres de los 21 diputados del grupo parlamentario naranja en esta legislatura han defendido públicamente este lunes al candidato del PP, el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, frente al aspirante de su propia formación, el vicepresidente Juan Marín.

Se trata del hasta hace poco diputado de Ciudadanos por Málaga Javier Pareja, y sus compañeros por la circunscripción de Granada, María del Mar Sánchez y Raúl Fernández, que este lunes han pedido el voto para Moreno y difundido el lema de campaña de los populares. “Pronto hay elecciones en Andalucía, nos jugamos el futuro. Hay que elegir bien. Si algo funciona hay que mantenerlo y Juanma Moreno ha sido un gran revulsivo. Ha conseguido sacar a Andalucía de la precaria situación que nos dejaron los socialistas. Juanma Presidente”, dejaba escrito Fernández en su cuenta de Twitter, con una imagen de Moreno.

Mar Sánchez eligió la fotografía del presidente andaluz con el resto de cabezas de cartel de su partido, tomada en su provincia la semana pasada, ante la Alhambra. “Hombres y mujeres que ya han demostrado su gran capacidad y entrega en la Junta de Andalucía. Son cabezas de lista del PP y el equipo de Moreno. Ante el panorama electoral, sin duda, es la mejor apuesta para nuestra tierra el 19J”, y añadía el lema de campaña de los populares “Juanma Presidente”. Pareja lo anunciaba así: “Desde el convencimiento de que hago lo mejor por Andalucía, apoyo a Juan Manuel Moreno para que siga siendo el presidente del cambio histórico de nuestra tierra para la próxima legislatura. Juanma Presidente”.

Las muestras de apoyo de los diputados de Ciudadanos al candidato del PP se hacen públicas el mismo día en que se ha publicado el barómetro del Centro de Estudios Andaluces (Centra), subvencionado por la Consejería de Presidencia, que arroja una mayoría holgada de los populares, rozando el 40% del escrutinio en intención de voto, y en una horquilla de 46 a 47 diputados. Este sondeo, y otros que han publicado varios medios de comunicación el mismo lunes, retratan que la mayor transferencia de votos hacia el PP proviene de Ciudadanos, partido que cuenta con 21 escaños y que podría quedarse con uno o ninguno.

La formación naranja ha sido parte del Gobierno de coalición de Moreno estos tres años y medio y concluye la legislatura dentro del Ejecutivo, al contrario que en otras comunidades -Murcia, Madrid y Castilla y León- donde la misma coalición se ha saldado con los naranjas expulsados del gabinete por el PP. La convivencia ha sido fructífera entre dos formaciones que han sabido entenderse hasta el final, mientras sus direcciones nacionales pugnaban a cara de perro por el mismo espacio político y electoral.

Sin embargo, Ciudadanos no ha sobrevivido a la profunda crisis interna que ha enfrentado a unas corrientes con otras, y que se saldó en una cascada de dimisiones nada más disolverse el Parlamento y convocar Moreno elecciones anticipadas. Dirigentes que estuvieron en primera línea, como el ex portavoz parlamentario Sergio Romero -aún en la Diputación Permanente-, su adjunto, Fran Carrillo, que disputó y perdió las primarias contra Marín, la senadora Mar Hormigo, o estos tres parlamentarios con los que la dirección no contaba, que dejaron el partido y en menos de una semana piden ya el voto para el PP.

Esa fractura interna se hace patente en las candidaturas provinciales de Ciudadanos, donde la gran mayoría de los diputados de esta legislatura no repetirá. Marín es número uno por Sevilla y le sigue la ex presidenta del Parlamento, Marta Bosquet, que ha renunciado a encabezar la lista por su provincia -Almería-, donde tiene pocas posibilidades de salir elegida. La consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, ha sido la voz más crítica dentro del Ejecutivo y del partido contra Marín, sin embargo, la dirección nacional la ha mantenido en la candidatura, colocándola al frente de la lista por Cádiz, donde tiene más opciones de salir que en su provincia (Huelva).

Marín no ha contado en las listas con su consejero de Economía, Rogelio Velasco, que entró como independiente y fue designado por el eurodiputado de Ciudadanos y miembro de la ejecutiva nacional, Luis Garicano, y tampoco por el actual consejero de Educación, Alejandro Cardenete, que fue su número dos en Turismo y ocupa el puesto del fallecido Javier Imbroda desde hace unas semanas.

Las expectativas de Ciudadanos en estas elecciones pasan por alcanzar, al menos, cinco diputados para seguir teniendo grupo parlamentario propio. Marín habla de una encuesta interna que le otorga hasta seis parlamentarios, y esperan lograr representación en las tres provincias más pobladas: Sevilla, Málaga y Cádiz. Ningún sondeo publicado avala ese pronóstico.

Es la dirección nacional de Ciudadanos quien está pilotando la campaña de Marín en Andalucía, con una presencia significativa de sus líderes, como Inés Arrimadas, Edmundo Bal o Begoña Villacís. La semana pasada, la presidenta del partido anunció en Sevilla, durante un acto compartido con Marín, una proposición no de ley para reformar el capítulo II de la Constitución y eliminar la distinción entre “nacionalidades y regiones”. Arrimadas negó que las llamadas comunidades históricas fueran nacionalidades, como los partidos pactaron durante la Transición hace 40 años. La dirigente naranja apeló a nacionalistas catalanes y vascos, pero olvidó que esa categoría también está reconocida en la Carta Magna y en el Estatuto de Autonomía a Andalucía, que logró un autogobierno de primer nivel, defendido por dos millones de andaluces en las calles en 1977 y por un referéndum el 28 de febrero de 1980.