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28F: reivindicar lo común

Ocurrió en la gala de los Goya de hace unas semanas. Subió a recoger un Goya un actor andaluz, Salva Reina. Un actor malagueño de El Perchel, barrio de Andrés Rodríguez, primer concejal comunista muerto a tiros en su calle del Carmen en el 36, cerca de la calle donde también mataron a Caparrós en el 77. Muy emocionado reivindicó que nadie es ilegal y el derecho a la vivienda. Si me preguntan qué sentido tiene el 28F les diría que escuchen la defensa de la fraternidad y la reivindicación de una vida digna para todas y todos que hizo un actor andaluz en el día más importante de su carrera. Defendió Andalucía sin golpes de pecho ni envolverse en la bandera haciéndose eco del sentir profundo de las capas populares a las que pertenece.
El pasado miércoles, a dos días del 28F, la consejera de hacienda del gobierno de Moreno Bonilla, junto al resto de consejeras autonómicas del PP, reventaba la reunión del Consejo de Política Fiscal dando portazo a una quita de deuda de 83 mil millones. Moreno Bonilla, el que sale tanto en los telediarios de Canal Sur agarrado a la bandera andaluza, rechazaba a una quita de deuda de casi 19.000 millones para la comunidad autónoma con las listas de espera sanitarias más largas del país. Olé.
La derecha no tiene un proyecto para Andalucía pero sí tiene un plan para hacer negocio con nuestra tierra. El plan no es nada original, desde el siglo XIX andan con lo mismo: extractivismo y rentismo
Aceptar esa quita para tener más recursos con los que fortalecer los maltrechos servicios públicos no está en los planes de Moreno Bonilla porque va en contra de la entrega paulatina, pero sin pausa, de nuestros derechos al negocio de unos pocos. Así está sucediendo en Andalucía con la entrada masiva de fondos de inversión y especuladores que se están haciendo con todo. O dicho de otra manera más científica y bien explicada por David Harvey: la acumulación por desposesión. La derecha no tiene un proyecto para Andalucía pero sí tiene un plan para hacer negocio con nuestra tierra. El plan no es nada original, desde el siglo XIX andan con lo mismo: extractivismo y rentismo.
Podemos decir que en Andalucía se gobierna para que los fondos de inversión extraigan cuantos beneficios puedan a costa de la seguridad y bienestar de la gente y a costa del medio natural y del tejido productivo. Así se evidencia en el desvío de fondos públicos que deberían ir a la sanidad pública hacia clínicas privadas; en la infrafinanciación de las universidades públicas mientras promueven las privadas sin, ni siquiera, los informes y estándares de calidad preceptivos (meras expendedurías de títulos para quien pueda pagarlos); o en la dificultad de encontrar plaza pública en la formación profesional mientras se han disparado los centros privados de FP impulsados por fondos de inversión de capital riesgo, a cuya cabeza se encuentra el fondo norteamericano KKR (el cual también está detrás de una universidad privada que ha aprobado la Junta a pesar de tener tres informes en contra).
Del mismo modo, el gobierno andaluz no aplica la ley de vivienda ni promueve la vivienda social y protegida para no trastocar la cuenta de beneficios de los especuladores que controlan el mercado inmobiliario. El derecho a la vivienda está restringido a lo que dicte la oferta, es decir, a lo que determinen los fondos que dominan el mercado.
Esta lógica del salvaje oeste y del sálvese quien pueda es la que imponen en el campo andaluz. Por todas partes están proliferando proyectos de fotovoltaicas patrocinados por fondos de inversión que reciben la consideración del gobierno andaluz de bien de interés público y con ello se permiten expropiaciones forzosas de tierras fértiles. La agricultura y ganadería socialmente necesarias están en peligro de extinción por la amenaza de fondos de inversión que se hacen con las tierras para poner placas o para poner cultivos intensivos que esquilman la tierra. Estos especuladores ya se llevan cuatro de cada diez euros de los beneficios que da el campo. Esta uberización del campo remite al modelo extractivista al que se condenó a Andalucía y que generó emigración en el pasado como hoy se genera despoblamiento del mundo rural. La falta de originalidad de la derecha andaluza le lleva también a dar un renovado impulso a la minería.
Andalucía padece un capitalismo depredador en el que los fondos de inversión desecan nuestros campos, se hacen con el parque de viviendas y con nuestro tejido productivo
En este contexto es bueno recordar la Asamblea de Córdoba de 1919 en la que se acordó el Manifiesto andalucista de Córdoba. En aquella asamblea, en los años de las luchas campesinas del trienio bolchevique andaluz, Blas Infante y quienes allí se congregaron dijeron dos cosas de plena actualidad:
“Hay que romper con el centralismo depredador”. Y así es, hoy sigue habiendo unos poderes económicos que someten a Andalucía a un rol de periferia con una economía dependiente. Andalucía padece un capitalismo depredador en el que los fondos de inversión desecan nuestros campos, se hacen con el parque de viviendas y con nuestro tejido productivo. Un capitalismo que exprime el bienestar y la calidad de vida de la gente. Por eso seguimos encabezando las tasas de precariedad de toda la UE, un tercio de los niños andaluces están en riesgo de exclusión social y diez de los quince municipios más pobres de España son andaluces. Hoy como entonces hay que romper esa relación de dependencia económica para ver progresar a Andalucía.
Y también en aquella asamblea de Córdoba dijeron “Aún las regiones que más aman la solidaridad, como sucede a Andalucía, van dándose cuenta de que los verdaderos separatistas son ellos: los que esparcen recelos”. Las derechas reaccionarias de hoy quieren enfrentar a los pueblos de nuestro país, son quienes de verdad azuzan la división para romper la convivencia. Los verdaderos separatistas son ellos.
Es la derecha del Partido Popular la que hoy rompe España generando más desigualdad cuando promueve el dumping fiscal entre comunidades autónomas o cuando otorga privilegios fiscales a las grandes fortunas mientras cierra plantas de hospital
Es la derecha del Partido Popular la que hoy rompe España generando más desigualdad cuando promueve el dumping fiscal entre comunidades autónomas o cuando otorga privilegios fiscales a las grandes fortunas mientras cierra plantas de hospital. Son los gobiernos del Partido Popular los que ponen el patrimonio de todas y todos al servicio del enriquecimiento de unos pocos mientras sacan el espantajo del independentismo catalán. Que no intenten engañar a nadie porque sus mentiras son más viejas que el hilo negro. Ya lo dijeron también en aquella asamblea de Córdoba: “cuando os inviten a luchar entre regiones hermanas, luchad por la libertad de Andalucía”.
Este 28F es de reivindicación de todas las luchas por el territorio que atraviesan Andalucía, es decir, esas luchas por aquello que nos da seguridad en tiempos de incertidumbre: nuestros servicios públicos, nuestro derecho a un techo, y nuestro derecho a trabajar y recibir los frutos de la tierra.
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