Andalucía y la buena perspectiva de un nuevo gobierno progresista de coalición

La elección de Francina Armengol como presidenta del Congreso, lograda con una mayoría absoluta de 178 votos, frente a los 139 de la candidata del Partido Popular, Cuca Gamarra, y los 33 obtenidos por Vox, suponen un éxito extraordinario para el bloque progresista y una derrota sin paliativos para la derecha pero especialmente para el PP, cuya candidata ha conseguido 39 votos menos que la candidata presentada por el PSOE.

En la elección de la Mesa del Congreso hay que resaltar dos buenas noticias importantes: la elección de Esther Gil de Reboleño, diputada de Sumar por la provincia de Cádiz, que se convierte en nueva vicepresidenta de la Mesa del Congreso, con lo que Sumar Andalucía tiene una importante relevancia institucional en la Cámara, y la ausencia de Vox en la Mesa.

Con este resultado, de acuerdo con el artículo 99.1. de la Constitución Española, el rey debe proponer, sin ninguna duda, a Pedro Sánchez como candidato a la Presidencia del Gobierno porque el bloque progresista ha demostrado sobradamente que tiene el apoyo de la mayoría de la Cámara, mientras que el candidato del PP está muy lejos de poder conseguirla. Para que el rey proponga un candidato que razonablemente pueda obtener la confianza del Congreso, este artículo establece dos requisitos: la previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria (si fuera mecánicamente obligado presentar a quién hubiera obtenido la mayoría de los votos en las elecciones, este requisito sería innecesario) y que lo haga a través de, en esta caso, la presidenta del Congreso, por lo que la Constitución le otorga una función indispensable en el proceso a Francina Armengol.

La ahora más probable investidura de Pedro Sánchez podrá dar lugar a la formación de un nuevo gobierno progresista de coalición entre el PSOE y Sumar, que consolidará los avances de la anterior legislatura

La ahora más probable investidura de Pedro Sánchez podrá dar lugar a la formación de un nuevo gobierno progresista de coalición entre el PSOE y Sumar, que consolidará los avances de la anterior legislatura y que estará en condiciones de conseguir dar respuesta a los grandes retos que tenemos planteados:

a) Facilitar la vida de la ciudadanía, con un gobierno para la gente, que atenúe los efectos de la inflación para las clases populares y medias, establezca estándares de calidad para la sanidad y la educación, facilite de forma efectiva el acceso a la vivienda, sobre todo para los jóvenes y logre que el Ingreso Mínimo Vital les llegue a todas las personas que lo necesitan.

b) Afronte con decisión la transición ecológica priorizando la lucha y mitigación contra la emergencia climática.

c) Establezca como prioridad la creación de empleo, salarios dignos y evitar que el despido improcedente tenga la compensación suficientemente como para que el empresario se cuestione seriamente la decisión de extinguir sin justa causa.

d) La lucha efectiva contra la violencia de género.

Todas estas prioridades tienen una especial relevancia para Andalucía porque somos la tierra donde hay más paro y pobreza; donde los efectos del cambio climático, en forma de una sequía estructural, olas de calor o pérdida de la biodiversidad, están poniendo en riesgo la salud de las andaluzas y andaluces así como los principales sectores económicos, desde la agricultura y el turismo, hasta nuestro patrimonio cultural e incluso los sectores ligados a la innovación y la violencia de género, que resulta insoportable, sobre todo con el incremento que estamos viendo en estos momentos.

En definitiva, estamos hablando de que el gobierno de coalición es de vital importancia para el presente y el futuro de Andalucía para que avancemos en igualdad. Y para ello, Andalucía tiene que tener el protagonismo que nos merecemos en el conjunto del Estado. Un Estado plurinacional, en el que el pluralismo sea el aliado de cohesión territorial. 

Necesitamos una nueva financiación autonómica que haga frente a la desigualdad entre territorios y entre personas, que ayude y financie adecuadamente los servicios sociales y que haga efectiva la solidaridad entre los territorios

Por ello, desde Iniciativa del Pueblo Andaluz defendemos que esta legislatura debe ser la legislatura del avance hacia el Estado federal, porque es el modelo que profundiza en la democracia para fundir pluralidad e igualdad. La solución a las tensiones territoriales solo puede venir del avance hacia un modelo federal que dé satisfacción a los diversos sentimientos nacionales, establezca autogobiernos efectivos con capacidad de activar las potencialidades de cada territorio y construya una institucionalidad central que tenga capacidad de redistribuir los recursos mediante la participación en sus decisiones estratégicas de las Comunidades Autónomas. Además, el principio federal debe ser lo que oriente y de coherencia a la posición de España en la Unión Europea.

Particular importancia tiene la reforma del sistema de financiación autonómica y local en esta legislatura, junto con la reforma del sistema fiscal. El nuevo sistema de financiación autonómica lleva años de retraso, ya que el que sigue en vigor ha caducado desde 2014, a pesar de que el sistema de financiación autonómica es el mecanismo más poderoso de transferencias de renta entre territorios y es determinante para el desarrollo del Estado del bienestar.

Necesitamos una nueva financiación autonómica que haga frente a la desigualdad entre territorios y entre personas, que ayude y financie adecuadamente los servicios sociales y que haga efectiva la solidaridad entre los territorios más ricos y los de menor renta, basado en el principio de financiación por habitante ajustado y no discriminación en la distribución de los fondos de convergencia, en línea con el acuerdo del parlamento de Andalucía de 9 de marzo de 2018 sobre el Informe del grupo de trabajo relativo a financiación autonómica.

Para avanzar alcanzar estos objetivos, debemos actuar en todos los espacios de la acción política, tanto las instituciones democráticas como en la calle, las plazas, las asociaciones, los medios de comunicación y las redes sociales.

Sumar Andalucía, que cuenta con una importante representación en el Congreso, representa la garantía de la cooperación de toda la izquierda andaluza, desde sus bases, a través de procesos democráticos y participativos, y por ello un instrumento indispensable para que la activación y la movilización de la ciudadanía andaluza, para que podamos pasar a la ofensiva en la defensa de las clases populares y medias andaluzas.

La elección de Francina Armengol como presidenta del Congreso, lograda con una mayoría absoluta de 178 votos, frente a los 139 de la candidata del Partido Popular, Cuca Gamarra, y los 33 obtenidos por Vox, suponen un éxito extraordinario para el bloque progresista y una derrota sin paliativos para la derecha pero especialmente para el PP, cuya candidata ha conseguido 39 votos menos que la candidata presentada por el PSOE.

En la elección de la Mesa del Congreso hay que resaltar dos buenas noticias importantes: la elección de Esther Gil de Reboleño, diputada de Sumar por la provincia de Cádiz, que se convierte en nueva vicepresidenta de la Mesa del Congreso, con lo que Sumar Andalucía tiene una importante relevancia institucional en la Cámara, y la ausencia de Vox en la Mesa.