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La dehesa, el mantra y la posverdad
Desde la Fundación Savia, comprometida con los valores rurales, venimos defendiendo con ahínco y sin desfallecer algo que todo el sector conoce y que es una irrefutable realidad: “La Dehesa se está muriendo por falta de rentabilidad”; y para poder salvarla proponemos dos vías o caminos, que si la situación no fuese tan grave y crítica, como lo es, podríamos decir que son unas perogrulladas:
- Por un lado, proponemos poner en valor y proteger diferenciadamente a los auténticos y genuinos productos de la Dehesa, estableciendo un Marco Único (Ley Nacional de la Dehesa), para evitar cualquier tipo de confusión, fraude y competencia desleal que termine siendo la base de la Marca Dehesa.
- Por otro lado, proponemos colocar a la Dehesa dentro de la Política Agraria Comunitaria (PAC)PAC en el lugar apropiado y que en justicia le corresponde, que es su consideración como sistema agrario (agroganadero) con árboles diseminados dedicados a la producción de frutos para el ganado (bellotas). Esta simple y clara definición científica, que consta en el nomenclátor básico de la Sociedad Española para el Estudio de los Pastos (SEEP, 2001) tendría que ser respetada por las administraciones españolas, y serviría para que los ganaderos que trabajan, mantienen y conservan día a día la Dehesa, recibieran en justicia desde la PAC, el Apoyo a la Renta que les pertenece, al igual que la reciben todos los agricultores españoles y europeos para que nuestros campos se mantengan vivos, productivos y no sean abandonados, y que es un objetivo que cobra una especial relevancia en las zonas o comarcas más pobres, desfavorecidas y despobladas, que es donde se encuentra la Dehesa. Sin embargo, este planteamiento tan simple, sencillo y fácil de ver por cualquier profesional o ciudadano europeo responsable no se está produciendo con los ganaderos de la Dehesa, pues están recibiendo de la Administración española un Apoyo a la Renta (Pagos Directos de la PAC) totalmente injusta e injustificada (150-200 euros/hectárea menos que lo que gastan en mantenerla) y, sobre todo, es insuficiente a todas luces para poder conservarla y legarla a las próximas y futuras generaciones.
Con respecto al “mantra”, cuidadosamente acuñado, que consiste en decir “La dehesa es un sistema forestal”, repetido una y mil veces por todos aquellos interesados en confundir, tanto a Bruselas como a los ciudadanos en general, manejado hasta la saciedad, es el responsable de que actualmente se confunda administrativamente a la Dehesa (sistema agrario) con el bosque, el monte mediterráneo, los pastos forestales o cualquier otro tipo de tierras abandonadas. Desgraciadamente para España no están debidamente protegidas por la Política Agraria Común (PAC), ya que la Unión Europea (UE) no tiene Política Forestal Común, y por tanto los Sistemas Forestales quedan discriminados o fuera de un auténtico Apoyo a la Renta (Pagos Directos) que son el pilar fundamental de la PAC, y los que mantienen afortunadamente en activo a todos los productores agrarios europeos.
En este contexto de confusión y tergiversación de los conceptos forestales, se genera el relato actual de la POSVERDAD (Dehesa Virtual), sustentado en medias verdades como el anterior “mantra” unido a otros similares como: “Bruselas no entiende lo que es la Dehesa”, o también a declaraciones como “Instan a Europa a que incluyan a los pastos de la Dehesa en las Ayudas a la PAC”, o sobre el Coeficiente de Admisibilidad de Pastos (CAP): “El Gobierno dice que es culpa de las CCAA, y las CCAA que el Gobierno marcó mal las directrices”. Todo este desbarajuste, que solo sirve para perjudicar a la Dehesa, mezclado en un cóctel, y bien agitado por aquellos interesados (sin saber muy bien por qué) en que la Dehesa siga siendo considerada como Sistema Forestal en Bruselas (y no como un sistema agroganadero con árboles frutales diseminados), son los que están creando y encontrando el medio administrativo necesario para establecer un relato ficticio que es el principal responsable de que la Dehesa se esté muriendo. Porque los ganaderos conservadores de las mismas no pueden costear todas las actividades agrarias que diariamente tienen que hacer sobre pastos, árboles y ganado para conservarla, por lo que tienen que terminar abandonándolas, invadidas por el matorral (monte) y finalmente siendo pasto de las llamas.
¿Tan difícil de entender es esto?... Pues parece ser que, según el relato de la posverdad, la Dehesa tiene que seguir dentro de los Sistemas Forestales, sin justificar para nada qué ventajas aporta esta situación o los beneficios que les aporta a los ganaderos-conservadores de las misma, que son los que sufren diariamente esta incomprensible injusticia.
Una vez más nos ofrecemos a la Administración para ayudar, modestamente, a hacer propuestas sobre este tema con nuestro equipo de expertos de la Dehesa.
Desde la Fundación Savia, comprometida con los valores rurales, venimos defendiendo con ahínco y sin desfallecer algo que todo el sector conoce y que es una irrefutable realidad: “La Dehesa se está muriendo por falta de rentabilidad”; y para poder salvarla proponemos dos vías o caminos, que si la situación no fuese tan grave y crítica, como lo es, podríamos decir que son unas perogrulladas:
- Por un lado, proponemos poner en valor y proteger diferenciadamente a los auténticos y genuinos productos de la Dehesa, estableciendo un Marco Único (Ley Nacional de la Dehesa), para evitar cualquier tipo de confusión, fraude y competencia desleal que termine siendo la base de la Marca Dehesa.
- Por otro lado, proponemos colocar a la Dehesa dentro de la Política Agraria Comunitaria (PAC)PAC en el lugar apropiado y que en justicia le corresponde, que es su consideración como sistema agrario (agroganadero) con árboles diseminados dedicados a la producción de frutos para el ganado (bellotas). Esta simple y clara definición científica, que consta en el nomenclátor básico de la Sociedad Española para el Estudio de los Pastos (SEEP, 2001) tendría que ser respetada por las administraciones españolas, y serviría para que los ganaderos que trabajan, mantienen y conservan día a día la Dehesa, recibieran en justicia desde la PAC, el Apoyo a la Renta que les pertenece, al igual que la reciben todos los agricultores españoles y europeos para que nuestros campos se mantengan vivos, productivos y no sean abandonados, y que es un objetivo que cobra una especial relevancia en las zonas o comarcas más pobres, desfavorecidas y despobladas, que es donde se encuentra la Dehesa. Sin embargo, este planteamiento tan simple, sencillo y fácil de ver por cualquier profesional o ciudadano europeo responsable no se está produciendo con los ganaderos de la Dehesa, pues están recibiendo de la Administración española un Apoyo a la Renta (Pagos Directos de la PAC) totalmente injusta e injustificada (150-200 euros/hectárea menos que lo que gastan en mantenerla) y, sobre todo, es insuficiente a todas luces para poder conservarla y legarla a las próximas y futuras generaciones.