Una eurociudad en busca de fondos
Un ciudadano de Vila Real do Santo Antonio (Portugal) podrá acudir en breve a un centro de salud de Ayamonte (Huelva). Solo necesitará una tarjeta que está a punto de expedirse en el marco de la creación de la primera eurociudad del sur de la Península Ibérica. Es solo una de las ventajas de una iniciativa puesta en marcha en enero y que supone un impulso para aminorar la crisis económica desde el ámbito local, el más endeudado porcentualmente de todo el espectro administrativo. Conscientes de ello, los dirigentes de la localidad lusa de Castro Marim se han apresurado a pedir la adhesión a la iniciativa y este jueves, precisamente cuando se celebra el Día de Europa, formalizarán su entrada.
La incorporación a la eurociudad de Castro Marim conlleva una mayor homogeneidad territorial en la zona, con un ámbito de alcance de los últimos 30 kilómetros del río Guadiana. Donde hay fondos europeos, allí se lanzan los consistorios, incapaces hasta ahora de dotar de soluciones inmediatas al deterioro económico y social.
El Gobierno luso instauró a finales de 2011 un peaje en la autovía que une la provincia de Huelva con el Algarve. La propia Junta de Andalucía pone trabas a la tarjeta común sanitaria, celosa de sus competencias. Ayamonte, Vila Real y Castro Marim, sin embargo, están dispuestas a derribar todas las fronteras en una búsqueda decidida de beneficios económicos. Por una parte, procuran el ahorro al compartir servicios, instalaciones e infraestructuras. Por otra, hacen acopio de requisitos para acceder a fondos europeos que hoy en día son tesoros por la dificultad de alcanzarlos. El marco normativo de la Unión Europea (UE) favorece la creación de estas figuras de cooperación para concretar acciones de las eurorregiones, mucho más extendidas y conocidas hasta la fecha.
La forma jurídica es una Agrupación Europea de Cooperación Territorial, una figura reciente, de 2006, que desarrolla y multiplica las posibilidades de cooperación transfronteriza y que ya ha sido transpuesta a los ordenamientos jurídicos nacionales.
En cualquier caso, Ayamonte y Vila Real, situadas a un lado y otro de un río Guadiana fronterizo, se consideran hermanas desde hace siglos. Próxima a la legendaria ciudad ayamontina (a 12,6 kilómetros) se situó la que se considera metódica y ordenada arquitectura pombalina de Vila Real. Los lazos de Castro Marim con Ayamonte está también fuera de toda duda.
La oficialidad responde a un interés estratégico. “Además de los lazos históricos y familiares, existe una colaboración estrecha en el marco de proyectos europeos. Con la Eurociudad formalizamos esta colaboración”, opina el alcalde de Ayamonte, Antonio Rodríguez Castillo. Su colega en la Cámara Municipal de Vila Real Do Santo Antonio, Luis Filipe Soromenho Gomes, se expresa en la misma línea: “Los pueblos queremos traspasar barreras administrativas y fomentar políticas de desarrollo local comunes”.
Mientras continúan los debates en torno a la supresión de las diputaciones o se buscan fórmulas para prescindir de entidades locales menores, el Ayuntamiento de la localidad onubense se busca la vida a través de un resquicio administrativo. Consciente de ello, las localidades española y portuguesa han agilizado el proceso de constitución. En apenas tres meses hay eurociudad junto a la desembocadura del Guadiana para 40.000 habitantes. Y en abril se han dado los primeros pasos ejecutivos
El referente es otra eurociudad hispanolusa, en el norte de Portugal y el sur de Galicia. La constituyen el municipio portugués de Chaves y el orensano de Verín y aglutina a unos 70.000 ciudadanos desde 2007, aunque ya en los 90 se dieron pasos en esta dirección. En los últimos meses se han producido varios contactos entre representantes de ambas eurociudades.
En medio, en la misma franja oeste de la península, se proyecta la Badajoz-Elvas, mucho antes que la que forman Ayamonte y Vila Real desde enero. Existe incluso una Asociación para el Desarrollo de la Eurociudad Elvas-Badajoz, pero las dudas la mantienen bloqueada a pesar de que beneficiaría a 170.000 personas, según sus impulsores.
España participa de otra eurociudad, pero con un concepto distinto. San Sebastián y Bayona se unieron bajo esta categoría en 1993 para dar cobertura a 42 entidades locales, entre francesas y españolas, y 620.000 habitantes. Es la eurociudad vasca, un contexto genérico de colaboración.
En Ayamonte, no obstante, se observan actuaciones concretas desde el primer momento. La eurociudad de la comarca del Bajo Guadiana, la primera de la eurorregión Andalucía-Algarve-Alentejo, desarrolla ya acciones de promoción de inversiones y oportunidades comerciales y turísticas, refuerza la cohesión social, promueve los valores del patrimonio natural y cultural y consolida el tejido empresarial común, entre otros trabajos. Además, se potencian actividades que desde hace décadas comparten estas localidades, lúdicas y deportivas. Este abril han sido protagonistas la movilidad, la educación y la salud.
La primera mesa debate de la eurociudad Ayamonte-Vila Real de Santo Antonio ha girado en torno al potencial turístico de la zona. El territorio resultante de la alianza ofrece 10.649 plazas hoteleras, que la situarían en primer lugar en la provincia de Huelva y en el cuarto lugar del Algarve, una de los retiros turísticos más importantes de Europa. Eso sin contar los nuevos cálculos que supone el ingreso de Castro Marim. Otras infraestructuras destacadas de esta eurociudad son seis campos de golf y tres puertos deportivos que suman más de 900 atraques. Un proyecto europeo de turismo activo en el Guadiana acarreará este año una inversión de 700.000 euros.
El comercio es otro sector importante para la deseada generación de empleo y de facturación. Ayamonte y Vila Real impulsan un centro comercial abierto común, además de un plan de dinamización y la colaboración entre asociaciones empresariales.
En el apartado económico, ambas poblaciones han caminado de la mano desde hace tiempo, principalmente en el sector pesquero y bajo la organización de industrias salazoneras y conserveras de transformación del pescado. La eurociudad le confiere un espaldarazo, según sus promotores, que han sufrido en los últimos lustros las políticas internacionales en los caladeros.
El Centro de Exposiciones y Congresos de Ayamonte (CECA) es el elegido para la sede principal de la Eurociudad Ayamonte-Vila Real do Santo Antonio, aunque la localidad portuguesa contará con otra subsede en el municipio lusitano. Castro Marim solicitará la suya. El CECA es una infraestructura con un presupuesto de casi 11 millones de euros cofinanciado al 33 por ciento por el Consistorio onubense, la Consejería de Comercio, Turismo y Deportes de la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial de Huelva.
El alcalde de Ayamonte lo resume así: “Es la máxima expresión de ciudadanía europea”. “Un vecino de Vila Real o uno de Ayamonte tendrán en breve los mismos derechos en salud y en servicios de la Cámara o del Ayuntamiento ayamontino”, explica Rodríguez Castillo.