Suspendido de empleo un enfermero del 061 de Málaga delegado de prevención que denunció falta de medidas de protección ante el COVID-19
La Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) ha abierto un expediente disciplinario a un enfermero del 061 en Málaga que se quejó de la falta de medidas de protección ante el coronavirus. El trabajador, miembro del comité de empresa del Servicio Provincial de Málaga del 061 y delegado de prevención, considera que la propuesta de sanción por hasta cinco faltas (tres muy graves y dos graves) contiene “cierto tufo represivo y de venganza” ya que las acusaciones se formulan “tras la aparición en prensa de las nefastas condiciones en sala de coordinación de 061 de Málaga” y haberse denunciado ante la Inspección de Trabajo, como se hizo eco este periódico hace unos días.
Según la comunicación de apertura del expediente por parte del director gerente de EPES, los hechos se remontan al pasado 20 de marzo cuando el trabajador acudió a la Sede Provincial, ubicada en el Parque Tecnológico de Andalucía, y recriminó a las delegadas de prevención de la empresa Ilunion, concesionaria del 061 en Andalucía, que no se estaban tomando las medidas de prevención adecuadas. Al tener el expedientado condición de empleado público, procede “su suspensión inmediata en el ejercicio de sus cargos” desde la fecha de la resolución (24 de marzo), así como el traslado del tanto de culpa al juez.
Fuentes de EPES señalan en todo caso a este periódico que el expediente “está en estos momentos en curso” y la empresa pública está “analizando las alegaciones realizadas por parte del profesional”. Las mismas fuentes quieren “aclarar no obstante que lamentamos que se haya producido esta situación y que en ningun caso es representativa de la magnífica actuación que están llevando a cabo el conjunto de los profesionales del 061 en estas difíciles circunstancias”.
El relato de lo acontecido según la empresa pública recoge que el enfemero accedió aquel 20 de marzo a la Sala de Coordinación “sin autorización ni causa justificada”, “desatendió el Servicio en su Base Asistencial, en el Hospital Clínico de Málaga” y “perturbó la prestación del servicio a las asistencias de urgencias y emergencias en el Centro de Coordinación”. Según las alegaciones presentadas por el expedientado, “en ningun momento” abandonó su puesto de trabajo, pidió “permiso para acudir a Sala de Coordinacion” a su superior inmediato, médico coordinador, “explicándole los motivos” que le llevaban a ello y “él me autoriza”.
Asimismo, EPES considera que el trabajador “incumplió las normas previstas de seguridad e higiene que prohibía el acceso de personal no autorizado a la Sala de Coordinación, debido a la situación epidemiológica por el virus Covid-19, incumplimiento este de especial gravedad dado que, en su condición de delegado de prevención, debía conocer y respetar la norma de seguridad e higiene”. Según el trabajador no tenía conocimiento de dicha norma, de la cual se avisó a los trabajadores ya “por la tarde”, añadiendo que, cuando llegó a la sala, encontró “la puerta abierta” y no vio “ningún cartel”.
“Alteró” el trabajo de compañeros
Según el relato de la empresa pública, “el acceso a la Sala de Coordinación en el curso de un turno de trabajo en un equipo asistencial, alterando su normalidad, supone un comportamiento imprudente que puede implicar daños o riesgos para terceros”. Para el enfermero, “en ningun momento” alteró “la normalidad de sala”, “solamente” realizó “una pregunta a una compañera” que, al indicarle “que estaba con una llamada”, se disculpó y se fue“.
Añade la empresa para justificar otra de las faltas que el trabajador “resiste las normas sobre el acceso a la Sala de Coordinación, aun cuando se le indica por la delegada de prevención de la empresa Ilunion”. Insiste el enfermero en que “desconocía esa nueva norma, estaba autorizado a entrar en sala por el médico coordinador” y, cuando le informa la compañera de la subcontrata, a pesar de su respuesta ('estoy como delegado de prevencion viendo la situacion de sala'), salió del lugar “inmediatamente”.
Según la empresa EPES, el trabajador “increpó a la delegada de prevención de la empresa Ilunion, públicamente dentro de la Sala, y con conocimiento de todos los asistentes, de manera desconsiderada, e impidiendo su actividad profesional”. El enfermero señala a ese respecto que, por motivo de medidas de prevencion, no se acercó totalmente a su puesto y le realizó una consulta “con la distancia de proteccion adecuada”. “Aún así, al decirme en conversacion posterior con la compañera que le no le habia gustado mi tono, me disculpo nuevamente, estando presente su responsable”, indica en sus alegaciones.
Por último, la empresa señala en su resolución que el trabajador “llamó por teléfono a la directora del Servicio Provincial y le recriminó que estuviera haciendo teletrabajo, pese a conocer, como delegado de prevención, las normas de
aplicación a los profesionales con factores de riesgo“. Según explica el trabajador, ”en ningun momento“ llamó a la Directora para increparla ”sino para darle opciones de mejora en Sala de Coordinación“.
Una “represalia”, según CGT
El ahora expedientado es trabajador de EPES 061 en Málaga, con la categoría profesional de enfermero, miembro del Comité de Empresa por CGT, Delegado de Prevención y miembro de la Sección Sindical de CGT. La organización de trabajadores se reitera en las alegaciones presentadas por el compañero y asegura que “son inciertos los hechos que se le imputan” en “acusaciones infundadas derivadas con total certeza de una represalia por haberse hecho público en los medios de comunicación la situación aberrante en la sala de coordinación en plena crisis del covid19 y darse a conocer la denuncia de CGT ante la Inspección de Trabajo”.
Según CGT, el trabajador “no ha cometido falta laboral alguna” se trata de una “actuación empresarial contra el compañero deriva de la actividad sindical
que viene realizando como miembro del comité de empresa, como Delegado de
Prevención y miembro de la Sección Sindical de CGT en la empresa, circunstancia de
sobra conocida por esa Dirección“, e insiste en ”la irregular acumulación de las supuestas faltas“. Tanto el trabajador como la organización piden que se de por sobreseído y archivado el expediente disciplinario instruido por EPES. Asimismo, la la sección sindical de EPES 061 de CGT Málaga lamenta la ”represión sindical durante la crisis en vez de velar por sus profesionales“
Por último, el trabajador ha pedido que sea recusada la persona designada por EPES como instructor del expediente abierto por su “manifiesta animadversión” hacia
él, apuntando que, tres dias después de los hechos, “en el transcurso de la reunión de
Prevención y Salud de Andalucía y en presencia de técnicos y delegados de prevención, durante una conversación telefónica paralela a la reunión que se mantenía profirió calificativos despectivos hacia su persona tales
como aquí esta el impresentable al que había ya que expedientar', así como opiniones despectivas respecto a las opiniones de los demás delegados calificándolas como tonterías“.
El sindicato UGT-A, consultado por este periódico, tiene conocimiento del asunto y, según el secretario de Salud, Servicios Sociosanitarios y Dependencia, Antonio Macías, “lo que debe hacer la empresa es mirar más bien la situación en la que se encuentra el personal, de estrés, y no aplicar tan fácilmente los reglamentos, que miren más por los trabajadores proporcionándoles medios de protección y más pesonal, y dejen las sanciones para otros tiempos. Son tiempos de arrimar el hombro, de comprender la situación y no de hacerse los gallitos sancionando a los trabajadores y sus representantes”.
En parecidos términos se expresan fuentes del CSIF Andalucía en Málaga, quienes apuntan que la suspensión, aunque no pueden confirmarlo, “parece ser que ha sido por represalias”. Entienden, en cualquier caso , que “con carácter general desde CSIF entendemos que, en estos momentos más que nunca, es imprescindible la labor que realizan los delegados sindicales, de información y asesoramiento a los y las trabajadoras, y que la situación del personal de la sanidad es muy complicada y que, seguramente sin la labor de los delegados, estarían aún más desprotegidos”.
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