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EXPO 92: así era el futuro

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“Vencimos muchos tópicos, difuminamos muchos prejuicios”. Emilio Cassinello, comisario de la Expo 92, rompía así el hielo en una mesa de reflexión que, con el 25º aniversario de la Exposición Universal de Sevilla sobre la mesa, invitaba a debatir sobre el futuro junto a tres directivas y una científica: Lucrecia Hevia, directora de eldiario.es Andalucía; Isla Ramos Chaves, directora ejecutiva de Lenovo; María Jesús Almazor Marsal, directora en el Territorio Sur de Telefónica; yAna Belén Hungría, investigadora de la Universidad de Cádiz especializada en combustibles del futuro.

Y es que la Expo 92 fue un laboratorio del futuro, en el que se empleó una gran cantidad de tecnología puntera, que hoy en día es moneda de común de nuestros hogares y calles, desde la micronización a las pantallas táctiles, pasando por la televisión de alta definición. María Jesús Almazor, directiva Telefónica, ofrecía un dato que invita a la reflexión: “en la Expo se hacían 10.000 llamadas al día. En una sola hora de Semana Santa, más de 40.000. Se hizo un despliegue único, del que se conserva parte de la fibra óptica que se instaló”

¿Han terminado esas tecnologías están a nuestro servicio o somos, en ocasiones, reos de ellas? Según Isla Ramos Chaves, directiva de Lenovo, lo importante es “regular su uso, pero el problema es que no nos da tiempo generar las normas de uso. El reto está más en nosotros mismos que en el entorno”. Para María Jesús Almazor, de Telefónica, cree que la regulación no debe ser solo a nivel personal o familiar, sino que debe proceder de las administraciones públicas. Y pone un ejemplo: los coches sin conductor, que en caso de accidente, deban elegir entre la vida de siete peatones o el conductor. “Eso no lo debe decidir el que diseña el coche”, sentencia.

¿Qué papel cumple la investigación científica, con sus propios tempos e intereses, en el vertiginoso mundo de las tecnologías? Según Ana Belén Hungría, “las universidades tienen unas líneas prioritarias de investigación, financiadas con fondos públicos. Las administraciones tienen unas líneas prioritarias, que tienen que ver con, por ejemplo, fomentar energías limpias”. En ese sentido, Ramos Chaves, de Lenovo, se declara decepcionada con la lentitud a la que han evolucionado en los últimos 25 años la medicina y la educación. “No han evolucionado al mismo ritmo (que las tecnologías). La educación no nos prepara para el mercado laboral. Ese vacío lo cubrimos como podemos: con escuelas de negocios, postgrados, prácticas…”.

Por su parte Almazor, Telefónica, ha subrayado que “nadie imaginaba este cambio tan rápido. Pensar lo que nos puede traer la tecnología va a ser muy complicado”, poniendo de ejemplo el big data y el internet de las cosas. Si internet, ha asegurado, nos cambió la vida conectándonos a otras personas, aún no sabemos “cómo cambiará la vida cuando los objetos estén conectados”.

¿Nos llevarán las innovaciones tecnológicas y científicas a un futuro mejor? Ana Belén Hungría duda que el modelo vaya a cambiar en apenas cinco años. “Si la administración pública lo potencia, puede que tengamos (un parque automovilístico) con un 20% de coches eléctrico. El modelo debe ser que seamos más autosuficientes a nivel local”.

Espacio para el feminismo

Rodeado Cassinello de tres directivas de empresa (eldiario.es, Lenovo y Telefónica) y una científica puntera, la pregunta era obligada: ¿Se imaginaba un futuro así 25 años después de la Expo? Cassinnello ha asegurado que siempre se rodeó de mujeres, que el enfoque de género es fundamental y que, en los procesos de negociación de la paz, la presencia de la mujer es fundamental.

Isla Ramos cree que “se ha avanzado mucho, pero sigue siendo una asignatura pendiente. Hay que dar más visibilidad a mujeres en posiciones que habitualmente han sido ocupadas por hombres”. En este sentido, la investigadora Ana Belén Hungría cree que “queda mucho por hacer. En la universidad, a medida que vas subiendo (de escalafón), hay menos profesoras titulares, catedráticas, directoras de departamentos, rectoras. Creo que hay dos rectoras”. En este sentido su galardón “For Women in Science” cumple el cometido de que las niñas vean “que mujeres normales pueden tener una carrera científica”.

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