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El candidato de Vox a la Junta: un juez prevaricador “para regenerar la vida política en Andalucía”

Hace apenas tres meses, en el barrio obrero de San Julián donde vive en Sevilla, el vecino Francisco Serrano ejercía de portavoz. Argumentaba su preocupación por la creación de un centro de Cruz Roja para inmigrantes. “Está en juego nuestra salud, la de nuestros hijos, la seguridad y el orden público. Esto puede ser el fin de nuestro barrio”. El proyecto quedó paralizado. Francisco Serrano, el juez condenado por alterar el turno de custodia de un menor para que asistiese a una procesión de la Semana Santa de Sevilla, el juez que se burló de las violaciones en grupo tras una denuncia pública de Inés Arrimadas, se sentará en el Parlamento de Andalucía en virtud del apoyo a Vox en las elecciones del domingo.

El que fuera titular del Juzgado de Familia número 7 de Sevilla hasta su inhabilitación en octubre de 2011, readmitido por el Tribunal Constitucional pero cuyo reingreso en carrera judicial fue rechazado hace algo más de un año, ejerce ahora de abogado. Se autodefine como letrado “en lucha por la igualdad total y defensa de los más débiles”. Cabeza de lista por Sevilla, dice que “los inmigrantes tienen que saber que te integras en nuestra cultura o te largas”, una reflexión más que similar a la expuesta por el líder del PP, Pablo Casado, en plena campaña electoral andaluza: “O los inmigrantes respetan las costumbres occidentales o se han equivocado de país”.

La lista por Sevilla del partido de extrema derecha que ha encabezado en estos comicios ha sido destacadamente apoyada en el distrito de Los Remedios de la capital hispalense, donde se ha colocado como segunda fuerza más votada, por detrás del PP, con el 24,66% de los votos (3.645 votos por los 5.508 de los populares). En otro distrito como el Sur, donde se sitúan algunas de las zonas más desfavorecidas de la ciudad como las Tres Mil Viviendas, Vox ha sacado más votos (4.830) que Adelante Andalucía (4.815). En Nervión, por ejemplo, ha sido tercera fuerza, por delante de PSOE y Podemos-IU.

Serrano quiere muchas cosas. Quiere “transformar el estado autonómico en un estado de derecho unitario” o el “cierre de mezquitas fundamentalistas y expulsión de imanes que propaguen la yihad”. En ese sentido, ha escrito en Twitter que “la catedral de Córdoba es católica”, desoyendo un informe técnico de expertos presentado recientemente que expone lo contrario. También dice “ ¡¡¡Gibraltar Español!!!” cuando su partido lleva la performance de la bandera hasta el mismo peñón. “Nosotros ya nos mojamos a nado entrando en Gibraltar”, ha presumido.

Algunas otros de sus tuits dicen más cosas. Por ejemplo: “Desde luego lo que no hay son mujeres liberales que se proclamen putas, brujas y bolleras.Eso está reservado para piojosas d ultraizquierda” (9 mayo 2016) o “Femilistas radicales claman contra lo masculino por ser lesivo a las mujeres. Hablan de lo que no saben pues no han conocido varón ni el amor” (23 septiembre 2015).

Caza, toros y la memoria “histérica”

El candidato de Vox también quiere la derogación de la ley de memoria histórica, el cambio de la ley de violencia de género, el control de la inmigración ilegal, la bajada de impuestos y “la supresión de los tres impuestos que sangran a las familias andaluzas: el impuesto sobre el patrimonio, el de sucesiones y donaciones y las plusvalías municipales”.

El PACMA se ha quedado a 4.157 votos de entrar en el Parlamento y quitarle un diputado a Vox. Sus puntos de vista no podrían ser más opuestos. Defensor de la caza y de los toros, Serrano ha asegurado en la campaña proteger la caza como actividad económica necesaria y tradicional del mundo rural y promover una licencia única nacional.

Serrano carga siempre que puede contra lo que él llama “hembrismo, feminismo radical” o incluso “yihadismo de género”. Considera que el efecto de la ley de violencia de género no respeta la presunción de inocencia de los hombres y defiende con vehemencia que el Síndrome de Alienación Parental (SAP) existe a pesar de que la OMS y los psicólogos lo niegan. Para él, su partido representa a “la España de la decencia” y uno de los problemas del país es la memoria “histérica”.

El diputado electo, en plena resaca electoral y con un mensaje menos radicalizado del que muestran sus antecedentes, ha definido a Vox como “el partido verdadero del cambio” o el partido “de los indignados”, y ha asegurado sobre los pactos poselectorales que, “si depende de nosotros, que todo el mundo sepa que contribuiremos a acabar con el régimen de corrupción y clientelismo durante 36 años que representa el PSOE-A”. Se ha mostrado convencido de que, si la campaña electoral hubiera durado dos semanas más, la formación habría obtenido mayoría absoluta.

Según ha explicado, VOX es un partido “transversal” que ha recibido muchos votos de la abstención, pero también de la derecha y de la izquierda. “Somos el partido de los indignados, el partido de todos y 400.000 andaluces que nos han dado su voto tienen derecho a que no se les insulte”, ha apuntado Serrano.