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Temporal
La falta de vegetación por el incendio de Los Guájares agrava el efecto de la lluvia en la zona

El agua ha dejado algunas parcelas agrícolas anegadas

Álvaro López

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Las lluvias caídas en los últimos días en la provincia de Granada han tenido nefastas consecuencias en la zona que sufrió un devastador incendio en septiembre. Desde el viernes, las precipitaciones han provocado una riada que ha generado daños en los núcleos de población de Ízbor y Acebuches, ambas pedanías pertenecientes a Pinos del Valle. Por fortuna, no ha habido que lamentar daños personales ni desalojos, pero las lluvias sí han dejado inutilizado el pozo de agua potable del que se abastecen ambas localidades.

El desbordamiento del río Ízbor ha sido la principal causa que ha provocado daños en esta zona, pero no la única. Como en septiembre hubo un incendio que se inició en Los Guájares, que duró más de una semana y que calcinó alrededor de 5.200 hectáreas de monte, la tierra que hay actualmente se ha quedado muy debilitada y con pocas posibilidades de retener el agua que cae del cielo, explican fuentes municipales y bomberos forestales. Además, como las lluvias que han caído desde el pasado viernes lo han hecho con intensidad, esto ha generado una riada que ha afectado a los vecinos que viven entre Ízbor y Acebuches.

El propio alcalde de la localidad de Pinos del Valle, a la que pertenecen ambos núcleos de población, Francisco Titos (PP), reconocía a este medio, durante una visita a la zona tras las llamas, que el mayor temor que había entre los lugareños era que lloviese con gran intensidad y que las precipitaciones arrastrasen la vegetación quemada y la tierra que no ha sido capaz de sustentarse en este tiempo. Un temor que ha quedado confirmado estos días y que ha dejado sin suministro de agua a unas 200 familias que viven entre Ízbor y Acebuches, lo que ha obligado a las autoridades locales a tomar medidas para encauzar el río desbordado y evitar males mayores.

“Como las sierras están quemadas, no hay matorral que retenga agua. Toda ella es la que ha ido a parar al río y a los barrancos en los que desemboca a través del pozo de agua potable”, explica Francisco Titos, regidor de Pinos del Valle. En un primer término, la riada llegó a alcanzar el polideportivo municipal de Ízbor, pero por fortuna sorteó las viviendas particulares, anegando el agua las zonas más próximas a los barrancos mencionados en los que ha causado daños y destrozos en el entorno.

Sin agua potable

El problema añadido es que la lluvia ha trasladado todos los restos calcinados del incendio hasta el pozo de abastecimiento humano, lo que ha hecho que el agua no sea apta para el consumo, obligando al pueblo a ofrecer este suministro a través de botellas, explica el alcalde de la localidad. Algo que lleva ocurriendo desde el pasado viernes y que puede prolongarse algunos días más porque, pese a que se han mandado muestras del agua a un laboratorio para que analice si está apta para el consumo humano, “hasta el viernes, como pronto, no se obtendrán resultados”, dice el alcalde.

“Nos hemos puesto en contacto con Diputación para pedir ayuda”. En principio, se trabaja para poder utilizar una cuba de la que dispone este organismo provincial, pero que aún no está disponible porque necesita un certificado sanitario para poder operar. “Además, nosotros no tenemos un sitio cubierto donde guardarla y no puede estar al aire libre”, explica Francisco Titos. En todo caso, confían en que el martes de la próxima semana se pueda arreglar esta situación y que la cuba esté disponible para que los vecinos puedan utilizarla para abastecerse de agua.

Técnicos de la Junta de Andalucía se personaron el pasado lunes en los municipios afectados para comprobar de primera mano las necesidades a cubrir. “Se ha tramitado por vía de urgencia la construcción de unas escolleras que permitan encauzar los dos barrancos que han colapsado y no han evitado que el agua entrase en varias parcelas agrícolas de aguacate y cítricos”. Cabe recordar además que el Ejecutivo regional acaba de aprobar un plan de emergencia dotado con 3,52 millones de euros para subsanar las consecuencias derivadas del incendio del pasado septiembre.

La riada también ha afectado a la toma de agua de dos acequias que cubren toda la vega de Ízbor y Acebuches. Como la tierra se ha desplazado por la falta de vegetación, ambas estructuras hídricas se han visto inutilizadas. “Evidentemente, habrá que hacer un dique o algo similar para que el agua pueda volver a entrar en las acequias o, tal y como está deslizando la comunidad de regantes, que las mismas ya no se arreglen porque quizá no merezca la pena por haber colapsado por muchas partes”. La alternativa que se baraja es la posible instalación de gomas de riego.

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