Expulsados o no expulsados. Militantes o no militantes. Ciudadanos deshoja la margarita en Granada para ver si logra echar a Luis Salvador y José Antonio Huertas por haber apoyado al PSOE para la alcaldía granadina e integrar su equipo de Gobierno. La última noticia al respecto la ha dado el presidente andaluz de Cs, Juan Marín, anunciando que la expulsión de Salvador y Huertas ya es efectiva y que la dirección nacional de los naranjas informó a ambos este jueves. Pero la realidad parece ser distinta. Los dos siguen perteneciendo a Ciudadanos porque pretenden presentar nuevos escritos para seguir en la formación, según confirman fuentes del entorno de Salvador.
Juan Marín sostiene que tanto el exalcalde como Huertas están “obligados a devolver sus actas” porque se presentaron a las elecciones de 2019 por un partido al que ya representan. Según el coordinador andaluz de los naranjas, cuando las entreguen, Ciudadanos nombrará a sus sucesores. Algo que no va a pasar por varios motivos. El primero es que ni Luis Salvador ni José Antonio Huertas van a entregar los documentos que les acreditan como ediles de Cs en el Ayuntamiento de Granada y segundo porque los dos van a recurrir su expulsión una vez más. Además, aunque Ciudadanos acabara echándoles, nadie les puede quitar sus actas, por lo que pueden pasar al grupo de no adscritos, como están actualmente dos ex de Cs y uno del PP.
No va a ser la primera vez que aleguen contra su expulsión, porque ya hicieron cuando el partido anunció públicamente que se les abría un expediente para echarlos y lo volverán a hacer ahora que Marín anuncia una supuesta destitución definitiva. Fuentes próximas a Luis Salvador explican a eldiario.es Andalucía que ahora se abre un nuevo proceso en el que debe entrar en juego el Comité de Garantías. “Tienen 15 días para presentar sus alegaciones y lo más normal es que agoten ese periodo de tiempo”. Sin embargo, Marín sostiene que el único que ha recurrido dentro de plazo es Huertas y que el lunes nombrarán un nuevo coordinador para sustituir Salvador.
Sin embargo, ambos políticos no están por la labor de poner fácil su marcha del partido al que han representado desde hace más de un lustro. El que menos el exalcalde que se siente abandonado y traicionado por la dirección regional y nacional de los naranjas y que no piensa dar su brazo a torcer recordando que él fue una figura esencial para la expansión del partido por Andalucía y el resto de España hace casi diez años de la mano de Albert Rivera. Además, hasta hace poco más de un mes su cercanía con Juan Marín era estrecha después de algún encontronazo previo por la disputa del liderazgo andaluz de Ciudadanos. Salvador tenía en Marín a su principal apoyo entre los barones que quedan en Cs hasta que el vodevil del Ayuntamiento de Granada ha arrasado con todo.
Dos meses de ruptura
Después de que a principios de junio se marchara en bloque el Partido Popular y dos concejales naranjas del equipo de Gobierno del que era alcalde Luis Salvador, el regidor aguantó un mes antes de dimitir el 1 de julio tras haber cerrado un pacto entre bambalinas con el PSOE para darle la alcaldía a los socialistas. Aquel movimiento se produjo después de que Salvador viese cómo tanto desde Madrid como desde Sevilla no se le consultaba la hoja de ruta y se le insistía para que volviese a formar un gobierno local con los mismos ediles que habían tratado de forzar su renuncia. Herido en su orgullo e insistiendo que él no había provocado esta situación, decidió hacer caso omiso a su propio partido y pactar con el PSOE para que Francisco Cuenca volviese a ser el alcalde dos años después.
Un gesto que rompió los pocos puentes que quedaban en pie entre la dirección granadina de Ciudadanos con la regional y la nacional. Aunque hubo presiones hasta el último momento para que Salvador y Huertas cambiasen el sentido de su voto y no le dieran el mandato del Ayuntamiento de Granada al socialista Cuenca, aduciendo que está imputado por presunta contratación ilegal en unos cursos de formación de la Junta de Andalucía hace una década, ambos políticos se mantuvieron firmes a su compromiso con el PSOE y acabaron dando su apoyo abiertamente. Utilizando el discurso de dotar de “estabilidad” al gobierno que saliera de ese acuerdo, los dos han tratado también de huir de las acusaciones de transfuguismo que llegan desde todos los frentes, incluido el que es aún su partido.
“Nosotros no somos tránsfugas porque no nos hemos ido de Ciudadanos, ni nos han echado antes de entrar en el gobierno municipal”, aclara Luis Salvador a este medio. Por eso, por más que Juan Marín diga que el PSOE ha de aplicar el pacto antitransfuguismo y romper su acuerdo con Salvador y Huertas, no hay la más mínima posibilidad en estos momentos de que eso pueda ocurrir.
Como tampoco la hay de que el grupo municipal de Ciudadanos desaparezca antes del próximo pleno ordinario de septiembre. Para que eso ocurra de forma oficial, la formación ha de informar al Consistorio y este debe dar cuenta de la disolución en esa sesión, después de que se haya incluido en el punto del día. Como agosto es un mes inhábil y el pleno ordinario de julio ya se ha celebrado, Luis Salvador y José Antonio Huertas van a seguir representando a Cs en el Ayuntamiento de Granada y recurrirán su expulsión una vez más. Según explican fuentes próximas al exalcalde, si esa vía falla se reservan la posibilidad de ir al Juzgado de Instrucción número 1 de Granada para seguir peleando su permanencia en Ciudadanos.