Carmen Lizárraga, diputada de Podemos en el Parlamento de Andalucía, ha anunciado este lunes su dimisión en el seno del Consejo Ciudadano Municipal (CCM) de Granada donde la formación está inmersa desde hace meses en tensiones que amenazan con hacer estallar el equipo encabezado por Alberto Matarán. Las razones que ella ha dado para su salida se fundamentan en que se hace incompatible esta tarea con su labor en el área de Economía y Hacienda del Consejo Ciudadano Andaluz (CCA), pero en paralelo reconoce “la necesidad de renovación” en el CCM.
“El tiempo ha cambiado con nuevas direcciones políticas en el ámbito estatal y autonómico. Ese tiempo debe permitir una reorganización que integre las diferente sensibilidades de Podemos y desdibuje las marcadas diferencias que existieron en los procesos electorales internos”, explica Carmen Lizárraga.
Ella misma fue protagonista de esas tensiones cuando decidió liderar una candidatura alternativa a Teresa Rodríguez en las primarias que el partido vivió a nivel autonómico hace casi seis meses. Finalmente, Teresa Rodríguez se revalidó como líder del partido en Andalucía, mientras que en el CCM de Granada tienen su propia lucha interna, marcada también por propuestas que han descolocado a parte del equipo, como la reciente de proponer a Jesús Candel, el motor de la marea blanca en Granada, que integre las futuras listas para las elecciones municipales.
En esta línea, Carmen Lizárraga subraya que “cuidar Podemos debe ser cuidarnos, como obligación ética y política de todas las personas que lo dirigimos y lo integramos, y tener en cuenta que las necesidades de los granadinos están por encima de quienes coyunturalmente ocupamos cargos orgánicos o institucionales”.
En paralelo, reconoce los enfrentamiento que han dañado a su formación. “Podemos debe crecer y hacerse más fuerte para devolverlo a la gente, superando los enfrentamientos, y hacerlo con mirada larga. Esto no significa que no se haya hecho nada, o que no se pueda hacer nada. Todo lo contrario, hay que hacer más, mucho más, y para eso hay que crecer y seguir siendo una herramienta para defenderse de las injusticias de la crisis y los abusos de los poderosos, desde las instituciones y sin abandonar las calles”, asevera.
En un escrito hecho público para explicar su decisión, la diputada también apunta: “Espereo que mi dimisión se entienda como un gesto de honestidad y coherencia, y sirva como primer paso a una apertura de puertas a la inteligencia colectiva que necesitamos para crecer. Sirva como una llamada a toda esa gente que está, para que siga adelante; a quienes se fueron, para que vuelvan; y a quienes nos miran desde fuera, para que recuperen la confianza”.