Los retrasos y la falta de presupuesto ponen en duda la conexión de Granada con el Corredor Mediterráneo
Granada no quiere dejar pasar el tren del Corredor Mediterráneo. La provincia presiona al Ministerio de Transportes para que busque una solución que permita que haya un trazado granadino que lo una con la vía que pasará por la península entre Cataluña y Algeciras. Lo hace sobre todo estos días tras el anuncio de la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, de que Almería y Francia estarían conectadas para 2026 sin mencionar el resto del trazado y después de que el Gobierno central no haya incluido ninguna partida en los presupuestos generales del estado de 2022 para planificar cómo se integrará esta línea ferroviaria en Granada y de qué modo conectará con la red europea que pretende llegar hasta Noruega. Esto, unido a los retrasos que acumulan las obras del Corredor en Almería, pone en peligro la infraestructura; su plazo de ejecución expira en 2030.
La llamada Red TransEuropea de Transportes, que es el gran eje sobre el que se está construyendo el Corredor Mediterráneo, nace en 2004. En aquella fecha, la Unión Europea decide planificar un mapa ferroviario continental para tener una red eficiente para el transporte mercancías y personas. Siete años más tarde, ya en 2011, España queda incluida dentro del proyecto con dos trazados que se conocen como Corredor Ferroviario Central y Corredor Mediterráneo. Este último es el que afecta directamente a Granada porque la provincia está incluida dentro de este trazado, pero no se sabe con qué trazado se integraría, ya que la infraestructura lleva tiempo sufriendo problemas en su desarrollo.
Para que Granada quede integrada en el Corredor Mediterráneo ha de unirse por Almería o por Lorca, pero ninguna parece ser una opción a corto plazo. La primera de las alternativas es la más viable porque el trazado que conecta con Lorca fue desmantelado en 1984. Como ya existe una línea ferroviaria que conecta Granada con Almería, esta posibilidad parece la más factible, salvo por el problema de que el itinerario necesita ser remodelado para permitir la doble vía de ancho internacional que haga posible el transporte de mercancías y de personas. De hecho, en 2009 se planteó la renovación del trazado pero la crisis económica lo guardó en el cajón del olvido. Hasta que casi una década después, la presión social y política de las provincias de Granada y Almería arrancó una alternativa en 2017 al Ministerio de Fomento.
Proyectos incumplidos
Como Granada llevaba entonces dos años sin trenes y Almería podía quedarse sin ellos si se hacían las obras entre ambas capitales, Fomento propuso una remodelación más modesta de la línea que no implicase la interrupción del servicio. Con un desembolso de 365 millones de euros, el Gobierno pretendía renovar el trazado para que Granada quedase conectada al futuro Corredor Mediterráneo mediante la adopción de la infraestructura ferroviaria que ya existe con el objetivo de que el proyecto estuviese acabado en 2023, un plazo que nunca se cumpliría por los cambios políticos en la Moncloa que frenaron muchas inversiones. Sin embargo, el tiempo ha seguido corriendo desde entonces y el horizonte de 2030 está cada vez más cerca.
En este contexto, el Corredor Mediterráneo a su paso por Granada ha vivido otro hito que le añade más complejidad al asunto. Hace tan solo dos meses, el Ministerio de Transportes recuperaba la línea entre Andalucía y Murcia cerrada hace 35 años a través de un estudio informativo. Este trazado es la alternativa a la remodelación del itinerario ferroviario entre Granada y Almería para conectar con el Corredor. También es una reivindicación histórica de las comarcas por las que pasaba entre el norte de las provincias de Granada y Almería, así como de la Región de Murcia. El problema es que no estaría en funcionamiento hasta dentro de 15 años, según los pronósticos más optimistas, y se incumpliría el plazo que da la Unión Europea para que el Corredor Mediterráneo esté completo.
Por todo ello, la urgencia es que la provincia de Granada se conecte cuanto antes a la infraestructura del Corredor que ya está en obras. Esto solo podría ser posible a través de la línea ferroviaria que ya existe con Almería. Para hacer presión, el Ayuntamiento de Granada, a través de su alcalde, Francisco Cuenca, así como la Diputación, se han reunido con Transportes para pedir que se invierta en la remodelación de esa red granadina-almeriense. Exigen que se acabe con las “malas conexiones ferroviarias” que padece Granada y que se presupueste el proyecto para adaptar la línea al estándar que exige la Unión Europea para el Corredor Mediterráneo que implica el transporte de personas y de mercancías. “No vamos a permitir seguir estando así”. De hecho, junto con los alcaldes de Guadix y Almería ha firmado un manifiesto “en defensa de algo que es de justicia para nuestra tierra, como formar parte del eje ferroviario de desarrollo futuro fundamental de toda Europa”.
Aunque Cuenca asegura haber conseguido el compromiso de Transportes de que habrá un estudio de funcionalidad con la ordenación de la red ferroviaria a su paso por Granada y que ese documento verá la luz a comienzos de 2022, en el PP no son tan optimistas. El secretario general de los populares granadinos, Jorge Saavedra, cree que el Ministerio de Transportes juega al despiste con ese estudio y que la única realidad es que “Granada se queda fuera del Corredor Mediterráneo”. Se basa en las declaraciones que hizo la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, cuando anunció que en “2025 o 2026” la conexión entre Almería y Francia estaría lista, pero no detallaba qué pasaría con el resto de la infraestructura en la que debe estar incluido el tramo granadino. Según Saavedra, “Granada no entrará dentro del Corredor hasta dentro de una década”. La consejera de Fomento de la Junta de Andalucía, Marifrán Carazo, lamenta que “Granada se queda absolutamente descolgada en ese plazo temporal” cuando, además, es un proyecto “vital” para el conjunto de Andalucía.
Alternativa por Lorca
“En el caso concreto de Granada, pese a estar incluido en el proyecto base el tramo Murcia-Almería-Granada falta la planificación concreta de desarrollo de obras (a pie de vía) en territorio granadino, fundamental dado que las obras ya se están llevando a cabo en la región de Murcia y en tramos almerienses. Se va tarde y lo que se está reclamando al Gobierno es que incluya partidas para que esos proyectos de obras conecten con los que se están ejecutando”, dice Antonio Francisco Martínez, portavoz de la Asociación Amigos del Ferrocarril Comarca de Baza.
Además, como su organización es una de las que más ha presionado por la recuperación del tren entre Guadix y Lorca cree que “tan bueno es el Corredor Mediterráneo para reabrir esta línea férrea como la reapertura de la línea es buena para el Corredor dándole alternativas y mejorándolo en su tramo por el interior. Este verano en Murcia, colectivos empresariales Murcia-Almería-Granada señalaron que, mucho mejor que el Corredor Central, la línea Guadix-Baza-Almanzora-Lorca es la idónea y más rentable para el transporte de mercancías desde Algeciras hasta toda la ribera mediterránea: es ilógico y perjudicial económicamente que las mercancías deban ir desde Algeciras a Madrid y luego bajar hasta Valencia o Murcia”.
Por otra parte, Granada por el Tren ya ha manifestado en más de una ocasión que se está dando un trato “desigual” a la provincia en cuanto a la planificación ferroviaria. Consideran que se está invirtiendo mucho más en el Corredor Ferroviario Central, que pasa por Madrid, y que se está produciendo una “discriminación”. Piden que el Gobierno apueste “con igualdad de oportunidades” por las conexiones de mercancías y de personas en las comarcas del sudeste, de la misma forma que lo hace con las del interior peninsular.
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