Spiriman quiere entrar en la campaña electoral pidiendo el voto nulo el 10-N
Jesús Candel (Granada, 1976) entra en la campaña de las próximas elecciones generales pidiendo el voto nulo masivo y lo anuncia en la noche del lunes en vídeo, en sus redes sociales, como es su costumbre. Después de haber amagado con que presentaría su propia candidatura, pocas semanas después de haber sido condenado en los tribunales por un delito de injurias por llamar “hija de puta” a Díaz en sus famosos vídeos difundidos en redes sociales, Candel, alias Spiriman, vuelve a pedir foco mediático. El médico de urgencias que hace ya tres años dejó la bata de galeno para enfundarse una boina negra y un “¡yeah!” como grito de guerra; el que fue un auténtico dolor de cabeza en la última etapa de la ex presidenta de Andalucía, regresa al terreno donde ha forjado su fama: la política.
Aunque siempre defendió su lucha contra la fusión hospitalaria, primero de Granada y luego de buena parte de Andalucía como una batalla apolítica contra los gobernantes, Spiriman ha decidido borrarle la primera letra al término. Lo anunciaba hace unas horas: “Hasta el 10 de noviembre tengo la oportunidad y la obligación de intentar conseguir los fines por los que llevo luchando día a día de forma muy activa junto a miles y como nadie lo ha hecho nunca en este país, por una sanidad pública digna y contra la corrupción política, sanitaria y judicial. Para eso he decidido rectificar en algunas de mis decisiones anteriores y tras mucho meditar y reflexionar sobre el tema, os pediré todo el apoyo”.
De nuevo en otoño y de cara a las próximas elecciones generales del 10 de noviembre, Jesús Candel Spiriman quiere entrar en la campaña electoral aunque no desde un partido, como se rumoreaba. No encabezando una lista, sino haciendo un llamamiento a la ciudadanía. Candel ha reconocido que se equivocaba cuando decía que nunca participaría de la política y que las verdades absolutas no las posee ni el barquero. Así entra en campaña un médico de urgencias que ha pasado los últimos meses alimentando su proyecto vital con el respaldo de varias decenas de miles de seguidores que han continuado a su lado en su perfil en redes sociales, donde empezó todo.
Un plan faraónico
Este lunes anunció un plan faraónico. El médico confirma que ha puesto en marcha una “Plataforma Político Social Constituyente” con la que pretende crear una nueva Constitución contra el actual sistema. Además, llama a la población al voto nulo o a la abstención para acabar con la “partidocracia” y obligar, según explica, a que “el poder emane del pueblo”. Un castillo de naipes con el que apela directamente a sus seguidores: “Ahora es el momento en que os toca a todos los españoles si vais a seguir viviendo en un país que se va a la mierda”.
Haciendo gala de un deporte desconocido llamado 'spiribol' y con indumentaria de superhéroe de barrio, Jesús Candel se presentó por primera vez ante el mundo como un médico comprometido. Era el año 2016. Nada tiene que ver el tono que utilizaba en aquel primer vídeo que subió a su página de Facebook con el que emplea hoy. En ese momento se presentaba como un facultativo con cierta presencia en cámara que llegaba al público porque decía las cosas de manera llana. Eso sí, entonces, sin insultos.
Lo que defendía, y lo que acabó siendo su gran victoria, era que la Junta de Andalucía de Susana Díaz acabase con la fusión hospitalaria con la que pretendía desmembrar, según él, la sanidad pública de Granada. Hacer un gran centro hospitalario municipal que tuviese los hospitales repartidos por zonas del cuerpo y de la ciudad. El único fin que se perseguía, a su modo de ver, era recortar dinero y personal en una ya de por sí deficiente cartera sanitaria. Con ese objetivo realizó varios vídeos y empezó a convocar a centenares de usuarios de Facebook. Y cuando la llama se extendió, Spiriman sorprendió a todos e hizo pública su fuerza en una manifestación multitudinaria por Granada el 16 de octubre de aquel 2016.
Una estrella mediática
A aquella primera movilización le siguieron tantas que se convirtió casi en un ritual. Raro era el mes en que no había alguna marcha por Granada en la que buena parte de sus ciudadanos reclamaran al Gobierno andaluz que acabase con la fusión. El movimiento bautizado como “dos hospitales completos” acabó por catapultar a la fama a Spiriman, que pasó de médico a azote de la política en apenas unos días. Su tono en redes sociales se agrió –con insultos directos a los gestores de la Consejería de Salud–.
En cada manifestación, acto o movilización, Spiriman era abordado por personas que querían conocerle y llenarle el pecho de piropos y alguna que otra foto. Su éxito era indudable aunque, llegado un punto, empezara a cargar contra casi todos. Perdió las formas insultando en sus vídeos a políticos, periodistas y personas anónimas. Su actitud se iba oscureciendo mientras su presión surtía efecto y la plataforma 'Granada por su Salud' lograba derribar cargos en la Consejería de Salud que al tiempo acabarían obligando al gobierno andaluz a frenar la fusión hospitalaria.
Lejos de acabar ahí su empresa, Jesús Candel continuó su “lucha civil”, como él la defendía, llevando su poder de convocatoria a una plataforma que luchase contra la corrupción en materia sanitaria. Así creó 'Justicia por la sanidad' mientras alguno de los que habían conformado su núcleo más cercano se separaban de él por no compartir el tono despectivo de muchas de sus apariciones públicas. La fama y el poder que había logrado venciendo a la Junta de Andalucía, dio alas a Spiriman, que llegó a ofender el honor de algunos políticos que acabaron por demandarle.
Condenado y apartado del Colegio de Médicos
La lista de denuncias contra el médico no dejaron de crecer desde que su movimiento logró la “desfusión”. Sin un objetivo concreto, Candel radicalizó su discurso utilizando calificativos como “hija de puta”, en referencia a Susana Díaz, “maricones”, “cabrones” o frases dirigidas a comunicadores como “que me la agarren con la mano”. Todas esas expresiones le valieron condenas de 2.500 euros para indemnizar a la propia Díaz, 30.000 euros a una doctora a la que llamó “lameculos” o a ser procesado por el juez que archivó una de las denuncias presentadas por 'Justicia por la Sanidad' por amenazarle. No sólo eso, también ha sido suspendido varias veces por el Colegio de Médicos por hechos similares, la última el pasado mes de junio. Candel ha recurrido estas suspensiones judicialmente, y aún no han sido ejecutadas.
La crudeza de sus amenazas e insultos, unida a las demandas que iba perdiendo, le han granjeado el rechazo de algunos que un día estuvieron de su lado. Perdió seguidores y poder en su púlpito en redes sociales y la polémica no ha dejado de estar ligada a su nombre cada vez que ha aparecido en prensa. Por si fuera poco, este verano se ha conocido que una de las activistas que le acompañó en su lucha contra el Gobierno de Susana Díaz, Antonia Herrero, exalcaldesa del PSOE, ha sido fichada por el gobierno andaluz del Partido Popular precisamente para convertirse en un alto cargo dentro de la Consejería de Salud.
Pero todo eso no parece haber frenado su afán por seguir compartiendo sus vídeos, que cuentan por miles las visitas. Aunque su tono ha ido cambiando, disminuyendo los insultos, Candel no ha dejado de decir lo que ha creído oportuno. Llegó a ser entrevistado por Andreu Buenafuente, aupado por José Antonio Abellán y aplaudido por los partidos políticos que querían derrocar a Susana Díaz. Spiriman se creyó su poder y sus seguidores con él. Así fue realizando colectas para llevar a cabo denuncias contra la corrupción y pagar las demandas interpuestas contra su persona.
Y así, arropado por quienes lo consideran un hombre contra el sistema, que mantiene convocada una manifestación para el próximo 20 de octubre, decide entrar en campaña. Lo hará, según dicen quienes le conocen, enarbolando el pensamiento del político, también granadino, Antonio García-Trevijano en el que el poder emana en realidad de la gente. Pero, a pesar de haber amagado con una posible candidatura en estas últimas semanas, Candel finalmente ha entrado en las elecciones sin partido, sin listas pero con un reclamo: el voto nulo.
