Cristóbal Cano (UPA Andalucía): “Está en peligro el modelo de agricultura que fija la población al territorio”

Cristóbal Cano Martín tiene 41 años. Como él mismo recuerda es hijo y nieto de agricultores, es olivarero de Alcalá la Real (Jaén), cultivo que está diversificando con la plantación de almendros y pistachos. Y además, es licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Jaén.

Desde hace casi un año, abril de 2021, se encuentra en Andalucía al frente de una de las tres Organizaciones Profesionales Agrarias (OPAs) reconocidas en la comunidad: La Unión de Pequeños Agricultores (UPA), una organización creada en 1982 en el seno de la Unión General de Trabajadores (UGT), como organización de profesionales autónomos del campo, hasta entonces integrados en la Federación de Trabajadores de la Tierra (FTT).

Cano, técnico de UPA desde 2006 y concejal de Agricultura hasta 2020 en su localidad, es responsable de la Sectorial del Olivar y del Aceite de UPA Federal, además de secretario general de UPA Jaén desde 2016.

Estos días todas las miradas han girado al mundo rural, a sus protestas y a sus necesidades. Ante la pregunta sobre la situación actual del campo andaluz no duda en asegurar que es “crítica”. Cano recuerda que las movilizaciones del sector comenzaron en Jaén en 2019 por una situación distinta, con matices, a la actual. Y que se vieron paralizadas por la pandemia. “Entonces había un problema de bajos precios en el caso del aceite de oliva que no cubrían los costes de producción; ahora desde hace unos meses los precios son aceptables”, sin embargo, ha aumentado el coste de producirlo.

Está demostrado que el libre mercado no funciona y para eso demandamos que se modificase la Ley de la Cadena Alimentaria"

“No hay duda de que el escenario desde 2019 hasta hoy ha cambiado en lo que se refiere a los insumos (materias primas, energía…) que necesitamos para nuestra necesidad productiva. El gasoil agrícola, la energía eléctrica, o los fertilizantes y fitosanitarios han tenido una subida absolutamente inasumible para seguir produciendo en unas mínimas condiciones de rentabilidad”. “La ecuación no sale, si nos suben los costes de producción, y no podemos trasladar al precio de nuestros productos este incremento, la situación que tenemos encima de la mesa es crítica”.

“Una situación más grave –asegura- la vive la ganadería, con el aumento de los costes del alimento de los animales por su precio en una situación de sequía, la inestabilidad ocasionada por el conflicto bélico, y ahora el conflicto de los transportes”.

Junto al aumento de los costes de producción, Cristóbal Cano, recuerda reivindicaciones históricas. “La número uno ha sido el tener un mecanismo de intervención o regulación de los mercados porque está demostrado que el libre mercado no funciona y para eso demandamos que se modificase la Ley de la Cadena Alimentaria”.

En este sentido, añade, “hemos conseguido una modificación histórica. Lo que toca es que se aplique de una forma decidida y que veamos los agricultores resultados tangibles de esa legislación que nos protege”. Una ley “que está a la vanguardia de Europa en cuanto a protección del primer eslabón de la cadena alimentaria y que, según ha señalado incluso el comisario europeo de agricultura, va a servir de ejemplo para futuras normativas en todos los países de la UE y para la propia legislación europea”.

“Lo que queremos es que esa modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria, que calificamos de un hito histórico, tenga su efecto y veamos resultados tangibles de una legislación que es de obligado cumplimiento”.

"Hace falta una intervención de los mercados"

¿Y qué tiene que ocurrir para que se aplique de forma efectiva esa ley? Según Cano es necesario que se desarrolle ·un Observatorio de Costes de Producción que esté vivo y que vaya actualizándose con las variaciones en los costes de producción“ y sobre todo, cree necesaria ”la implicación de todas las administraciones que tienen competencia para que esa legislación se cumpla“, tanto del Gobierno central como de las comunidades autónomas.

Como solución a los problemas actuales del campo andaluz cree que necesario “una intervención de los mercados”. “En la energía, que se recorte el beneficio que se llevan las grandes industrias del mercado energético, lo que tendría como consecuencia directa que bajasen los precios de esos insumos”.

Además, “hemos planteado una línea de ayudas directas a agricultores y ganaderos” con fondos del segundo pilar de la PAC, de los fondos de Desarrollo Rural“. Se refiere con ello al dinero que no se ha gastado de los fondos FEADER (Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo RURAL), que en la PAC 2014-20 tenían como principal objetivo fomentar la competitividad agrícola, asegurar la gestión sostenible de los recursos naturales y la acción frente al clima y alcanzar un desarrollo territorial equilibrado de las economías y comunidades rurales, incluidos la creación y el mantenimiento del empleo.

“Fondos reales” que, según Cano, “las Comunidades Autónomas no han ejecutado, como aquí en Andalucía, donde hay mucho presupuesto sin ejecutar de esos fondos”. Una medida de la que ya están pendientes que autorice la Comisión Europea. Cano lo que reclama es que ese trasvase de dinero se transforme en ayudas directas.

“Esperamos que en los próximos días tengamos esa posibilidad y que, en ese caso a través del Gobierno Central, las CCAA habiliten una serie de ayudas directas a los sectores con dificultad, que puedan compensar a corto plazo, y tener liquidez los agricultores y ganaderos para compensar el aumento de los costes de producción”.

"La agricultura no va a desaparecer porque es necesaria, sirve para abastecer a la sociedad y alimentarla, pero lo que sí está en peligro es el modelo de agricultura que tenemos, que fija la población al territorio"

UPA, explica Cristóbal Cano, defiende un modelo de agricultura a nivel profesional basada en pequeñas y medianas explotaciones que fijan población al territorio. Un modelo de agricultura que la riqueza que genera se queda en las comarcas, y que es la más sostenible desde el punto de vista social, económico y ambiental, explica. Además de ser “la que más éxito tiene no solo para la propia agricultura sino para un uso más eficiente de los recursos”.

Para este agricultor, lo que está claro es que “la agricultura no va a desaparecer porque es necesaria, sirve para abastecer a la sociedad y alimentarla, pero lo que sí está en peligro es el modelo de agricultura que tenemos, que fija la población al territorio”.

"Nosotros vimos una manifestación histórica del medio rural y con participación de todo el espectro de gente que vivimos y que amamos el campo. Allí había gente de todas las clases y actividades del medio rural"

Cristóbal Cano estuvo el pasado 20 de marzo, al igual que muchos otros miembros de organizaciones agrarias andaluzas, en la manifestación en defensa del mundo rural que llenó la Castellana de Madrid con 150.000 personas según la Delegación del Gobierno; más de 500.000 según los organizadores.

Rechaza la visión que se ha dado de los participantes en la misma en algunos medios de comunicación. “Nosotros vimos una manifestación histórica del medio rural y con participación de todo el espectro de gente que vivimos y que amamos el campo. Creo que caer en estereotipos del perfil de participantes que allí hubo es un grave error. Allí había gente de todas las clases y actividades del medio rural”.

Asimismo, insiste en que “quedarse con una foto de tres personas a caballo como conclusión de los asistentes es un error, allí no había un perfil homogéneo de participantes, fue una manifestación muy concurrida, mayoritariamente de gente del medio rural y sin ningún tipo de estereotipo. Quien catalogue de alguna forma a los participantes de la manifestación creo que se equivoca”.

En cuanto a las reivindicaciones de la convocatoria, casi una veintena, considera normal que “al concurrir diferentes entidades que convocaban la manifestación, cada uno iba con sus pretensiones legítimas, y no creo que haya nada que choque. Al final, todos lo que reivindicábamos es que el campo tenga futuro, y poder seguir viviendo en nuestro medio rural.”