Santiago Rodríguez, alcalde del PSOE en Jaén: “Se puede ser de izquierdas, cazador y taurino, pues claro que sí”
Santiago Rodríguez es de Jaén, tiene olivos en el campo, es cazador y le gustan los toros. Con esos mimbres se le podría colocar sin más el cartel de señorito si se aplica el trazo grueso con el que se despachan los estereotipos, pero es que resulta que es progresista y alcalde por el PSOE desde 2007 en Chiclana de Segura, un pequeño municipio que no llega a mil habitantes en el que esta amalgama no supone una contradicción. Antes al contrario, es de lo más normal, como ocurre en tantas otras zonas rurales andaluzas que, perplejas, ven cómo sus reivindicaciones ante los muchos problemas que se les acumulan se liquidan poniendo etiquetas facilonas.
“Todo esto es muy simplista”, resume Rodríguez, que insiste en que lo que se venden como paradojas es algo que se vive con naturalidad en un mundo rural que en realidad son muchos mundos. E insiste en que “en el campo hay mucha gente de izquierdas”, frente a esa fotografía de un grupo a caballo en la protesta del pasado domingo en Madrid ante la que hubo quien le colocó a los manifestantes el sello de señoritos y ultraderecha.
“Se puede ser de izquierdas, cazador y taurino, pues claro que sí”, insiste un Rodríguez que, eso sí, admite que las formaciones progresistas tienen “un cierto complejo con estos temas”. “Hay que quitarse eso de la cabeza porque lo estamos gestionando mal, la derecha se ha apropiado de la caza y los toros como si fuera su patrimonio”, y encima desde el ámbito rural de los partidos de izquierda se entiende que se ha abandonado este terreno sin plantear batalla.
“La ultraderecha está llevando a la gente a manifestarse por cosas que no han ocurrido, aquí nadie va a eliminar la caza o los toros y no ha habido nada encima de la mesa sobre eso”, empezando porque la Ley de Protección Animal “excluye la actividad taurina y la caza casi ni la roza”. “Protestar por el precio del gasoil o por la PAC me parece normal, pero aquí se están mezclando churras con merinas, esto es un río revuelto en el que la ganancia es para el populismo”, lamenta.
Los problemas se juntan en el campo
Reconoce que el campo tiene sus problemas, y no pocos: la inflación disparada, el aumento de los costes de producción, los precios de los productos por los suelos, la sequía, la inquietud ante la PAC… “Se ha juntado todo y la gente está nerviosa”, apunta Santiago Rodríguez, que a pesar de todo reitera que “el campo tiene futuro” y considera que en ello están trabajando todas las administraciones.
Esto no evita una cierta desafección de un medio rural que en ocasiones se siente incomprendido por la clase política, y ahí la ultraderecha está sabiendo sacar partido porque sobre todo “está conectando con la gente joven”. “Hay un caldo de cultivo que empecé a notar en las monterías hace dos años” y en el que se mezcla todo, una situación ante la que los partidos de izquierda “no hemos sabido diferenciar y prever las consecuencias. Esto es una asignatura pendiente que tenemos ahí y no puede ser, hay que cambiar el chip”, proclama, porque luego se dan protestas como la de Madrid “en la que había gente que no sabía ni a lo que iba”.
Vivir del campo y de la caza
A Chiclana de Segura se tarda en llegar más de una si se va desde Jaén. Enclavada en la comarca del Condado y dentro de lo que es el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el pueblo vive básicamente del aceite, la caza y poco a poco del turismo, “también cinegético, porque viene mucha gente de fuera”. La caza en estos entornos es una tradición que se transmite de padres a hijos –“yo empecé con 18 años con una escopeta de un cañón que por poco me reventaba la cara”– y también un negocio “que deja su dinero” con multitud de ramificaciones: piensos, rehalas, armería, licencias, cuero, veterinarios, taxidermistas, guardas, guías, restaurantes, hoteles…
Aquí caza buena parte de la población, “y la mayoría de las tarjetas que se dan son para gente progresista”. Hay una veintena de cotos, entre ellos uno municipal de más de 14.000 hectáreas (“de los más grandes de Andalucía que son públicos”) en el que se hacen monterías sociales. Y sí, en su tiempo hubo grandes latifundios, pero poco a poco se fueron cayendo y hoy en el pueblo “todo el mundo tiene sus olivas y su explotación”, aunque también los hay con contratos de arrendamiento.
Así que tienen tierras, son cazadores y hay afición a los toros. “¿Por eso somos señoritos? Aquí lo que hay es gente humilde y muy trabajadora”, subraya Santiago Rodríguez a la vez que denuncia la simplificación que en ocasiones se hace del entorno rural. “No se le tiene la consideración que merece, el mundo urbano no puede avanzar sin el mundo rural como ya vimos en la pandemia”, reivindica.
La cuestión de los toros
“Yo estoy muy orgulloso de practicar la caza, porque disfruto y ayudo a que haya un equilibrio en el campo, contribuyo a conservar la naturaleza y la economía”, apostilla. Hoy tiene cinco escopetas y dos rifles, “con una mira telescópica que compré a 20 plazos”. Y con sus entradas ya para ver a José Tomás en junio en Jaén, reivindica que “los toros son cultura”, aunque admite que cada vez hay menos afición y que se está llegando a un punto en que “no son rentables”. Eso sí, defiende que “la gente tiene derecho a que no le guste” ni una cosa ni otra.
“En Chiclana de Segura vivió casi toda su vida Jorge Manrique”, apunta con orgullo, el mismo que muestra al contar que tienen el club náutico de interior más grande de Andalucía (al amparo del embalse de Guadalmena) y que desde el pueblo se ven paisajes de cuatro provincias: la propia Jaén, Ciudad Real, Albacete y Granada, “Sierra Nevada la vemos estupendamente”. Ese mismo orgullo es el que reclama a las fuerzas de izquierda para reivindicar lo rural con todo lo que conlleva y hacerlo ya, antes de que sea más tarde: “Cuando empezó a haber problemas con todo esto teníamos que haber sido más claros con la sociedad y no hablar con tanto tecnicismo, no hemos sabido hacerlo y este incendio tiene ya las dimensiones que tiene…”.
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