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Banksy en Málaga: la obra del héroe romántico también tiene precio

Banksy, the Art of Protest | La Térmica

Néstor Cenizo

De las aparentes contradicciones de exponer arte urbano en un museo ya se ha escrito mucho. También del estatus de estrella global del arte de Banksy, un tipo con facilidad para crear imágenes brillantes que exploran y señalan con crudeza los pliegues de la sociedad global. Banksy también ha hecho de su misteriosa identidad un reclamo en sí mismo. Si agitamos estos ingredientes nos sale un héroe romántico, al estilo de un justiciero enmascarado que apunta con sorna al poder. Pero no hay que engañarse: Banksy es eso, pero también un artista de estudio que vende sus obras a quien quiera comprarlas, de modo que acaban expuestas entre las cuatro paredes de un museo.

Viene todo esto a cuento de la exposición Banksy, the art of protest, que puede verse en La Térmica de Málaga hasta el 15 de septiembre, y que se presenta como “una exposición no autorizada de trabajos procedente de colecciones privadas”. Es decir, de coleccionistas que compraron un trabajo de Banksy, y que lo ceden previo pago a unos organizadores (en este caso, Sold Out) para que comisarien una exposición para cuya visita hay que pagar un precio.

Puede uno remontarse a la imagen del Che transmutada en camiseta para razonar que el capitalismo también ama a sus monstruos, quizá más que a nada. La protesta iconoclasta se vende y con ella se adquiere también un sello de pureza. Alexander Nachkebiya, comisario de la muestra, razona que no hay contradicción alguna en cobrar por ver el arte urbano de Banksy: “Es justo y legal cobrar por esto. Totalmente. Porque cualquiera de las obras que hay aquí no son gratis. Banksy las pintó y las vendió”, aclara. Hay una diferencia evidente entre esto y cortar un mural de Banksy para ganar dinero con él, dice: “Sería un timo si hubiéramos cogido un trozo de pared, pero nosotros no cogemos arte de la calle, accesible y gratuito. No somos ese tipo de gente”.

El comisario admite que el arte urbano tiene su espacio natural en la calle, pero también una vida corta. Y matiza: obras como Throwing flowers tienen un significado en el muro de Cisjordania, pero otras, como Girl with balloon quizá no tanto. Girl with ballon es la obra de Banksy triturada en una subasta en Sotheby's.

¿Qué se puede ver en La Térmica? Básicamente, serigrafías numeradas de algunas de las obras más conocidas y reproducidas del artista de Bristol y algunos originales, como Smiley copper. En las dos salas que el centro ha puesto a su disposición están las serigrafías de murales como Girl with balloon, Carritos, Código de barras, La Voz de su amo, Throwing flowers, Aplauso, Pulp Fiction o Napalm, que sólo se hizo para estudio. También varias de sus imágenes dedicadas a las ratas, un animal simbólico en la obra de Banksy. “Si eres un tipo sucio, insignificante y sientes que nadie te quiere, entonces las ratas son el modelo a seguir”.

Además de 45 piezas de coleccionistas, La Térmica ha dispuesto una sala interactiva, un vídeo sobre su instalación Dismaland y un espacio que reproduce el estudio del artista.

En cualquier caso, está claro que la muestra no está autorizada, y así se resalta en el título, pero no que a Banksy le moleste. Dice Nachkebiya que nunca ha conseguido contactar con él, porque no responde a los correos. De todas formas, no le importa: “El hecho de que no apoye las exposiciones no significa que la gente no tenga derecho a verlas. Esa es nuestra misión”.

“Cuando trabajas con un artista que no sabes quién es no podemos preguntarle, así que hablamos con gente que trabaja con él o que está a su alrededor”, explica Nachkebiya. “Su trabajo no es plano, así que queremos plantear cosas. ¿Quiere decir esto o lo otro?”.

Una exposición con entrada por primera vez en La Térmica

La Térmica espera que la muestra sea un gran hito y un gran “atractivo turístico” durante el verano que le convierta en “referente internacional”, según dijo Francisco Salado, presidente de la Diputación de Málaga, la entidad que sufraga el espacio.

Para aspirar a este nuevo estatus, La Térmica ha roto con una línea sostenida durante seis años. Todas sus exposiciones han sido gratuitas para el público, y esto ha contribuido en buena medida a acercar la obra de artistas como KordaSandro Miller o Nadia Lee Cohen. Hasta ahora. Por primera vez, una exposición de La Térmica tendrá un precio de entrada, a nueve euros la general.

Salomón Castiel, director de La Térmica, explicó que esta era la única forma de traer a Málaga esta exposición, “que podría haber ido a cualquier lugar del mundo”, y admitió que a partir de ahora el centro público podría replantearse su política de gratuidad: “Abre un camino a exposiciones que el centro no tiene recursos para producir”. En las expectativas influye que Banksy. Genius or vandal, también comisariada por Sold Out, la hayan visitado 600.000 personas en Moscú, San Petersburgo y Madrid.

¿Quién es Banksy?

Sobre la identidad de Banksy se especula cada cierto tiempo. El rumor más extendido es que se trata de Robert del Naja, y esta muestra no se resiste a acompañar algunas de las piezas de Banksy con la música de Teardrop, el hipnótico lamento incluido en el Mezzanine de la banda de Bristol. Pero dice Nachkebiya que prefiere no saber quién es, porque entonces Banksy perdería parte de su gracia.

También perdería parte de su esencia romántica, que le blinda frente a los interrogantes que suscita su obra, su forma de entender el arte y su relación con el mercado. Aunque algo ha dicho: There's nothing more dangerous than someone who wants to make the world a better place (“No hay nada más peligroso que alguien que quiere hacer del mundo un lugar mejor”). Saber quién es Banksy quizá lo hiciera menos rentable, porque pocas cosas deglute mejor el capitalismo que un héroe romántico.

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