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La ola morada envuelve el festival Interestelar Sevilla

Niños Mutantes, Josele Santiago, Sidecars y Full, entre los diez nuevos grupos que se suman a Interestelar 2018

Miriam Lorenzo

Que el movimiento iniciado en España el 8 de marzo ha venido para quedarse es algo que ya pocos parecen dudar. La ola de iniciativas feministas y en pro de la igualdad de género sigue in crescendo e inunda ya cualquier acto público de envergadura. El último ejemplo lo tenemos en los festivales de música.

Por primera vez, en un evento de música en Sevilla, voluntarias del colectivo de mujeres Amazonas “patrullarán” el antiguo Monasterio de la Cartuja los próximos 18 y 19 de mayo durante la celebración del festival Interestelar. Su misión es doble: la visibilización y la neutralización de comportamientos de acoso y abuso sexual. Su distintivo, un lazo morado anudado a uno de sus brazos. “En un momento en el que la movilización femenina es latente en todo el panorama nacional, la incorporación de este punto de información es algo que destacamos especialmente”, aseguran los organizadores.

Lo cierto es que este tipo de servicios voluntarios no son nuevos, especialmente en ambientes festivos como ferias, conciertos y fiestas donde prolifera el alcohol y las aglomeraciones. En Sevilla el colectivo feminista Amazonas lo puso en marcha durante la pasada feria de abril y en otras provincias andaluzas como Cádiz se han podido ver patrullas de voluntarias con brazaletes morados durante los carnavales o las ferias de El Puerto y Jerez. En el caso del festival Interestelar, se da la circunstancia de que la mayor parte del público es femenino.

Si no hay contratiempos que lo impidan, las puertas del festival se abrirán el próximo viernes a las cinco de la tarde. Los organizadores quieren superar en esas fechas los 15.000 abonos vendidos para las dos jornadas de conciertos. “En taquilla ya son pocos los que compran, la mayoría lo hace antes”, asegura Antonio Romero, director del festival. El pasado 5 de octubre, cuando se abrió la venta de entradas, se vendieron 3.000 abonos en las primeras horas a un precio que no superaba los 20 euros. El viernes, su precio se habrá multiplicado por tres. “En este sector hay dos tipos de clientes: el que tiene muy claro que irá al evento y que compra pronto, a ciegas pero a mejor precio porque confía en que le gustará; y quien espera a ver el cartel porque económicamente se lo puede permitir y compra sobre seguro en las últimas semanas”. Un cartel que, en esta edición, está pensado para gustar a todos: jóvenes, mayores, amantes del rap, indie o rock. “Queríamos diferentes estilos para que todos tengan alguna excusa para venir al festival”, admite el director quien cifra en nueve millones de euros el impacto económico del evento en la ciudad de Sevilla.

Todo a una carta

Durante 48 horas, por los tres escenarios habilitados en las praderas del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo pasarán bandas como los granadinos Lori Meyers, que este 2018 cumplen veinte años en la música y que llegan a Sevilla con nuevo disco bajo el brazo, En la espiral; o sus paisanos Niños Mutantes, que también pasean nuevo disco, Diez y Medio. Junto a ellos los barceloneses Dorian, Elefantes, Carlos Sadness o La Casa Azul; el madrileño Coque Malla o los sevillanos SFDK y Kiko Veneno, que juegan con ventaja porque lo hacen en casa. En total, medio centenar de bandas y artistas para dos intensas jornadas de conciertos. “Es un trabajo de un año entero que se resume en cuarenta y ocho horas de producción y organización directamente con el público”, comenta Antonio Romero, al frente de un ejército de 400 personas que se bate el cobre ese fin de semana. “No se para, siempre hay alguien trabajando: limpieza después de la jornada de conciertos, montaje de escenarios, equipos, intendencia... tiene que salir todo bien”.

Antonio Romero, con más de una década en la organización de festivales y eventos de música en directo, sabe que se examina en cada edición: “Inviertes mucho dinero en un proyecto que depende de vender. No es un negocio continuo durante el año en el que puedas cambiar estrategias, te lo juegas todo a una carta”. Una carta que no siempre es ganadora. Más de un tercio de los festivales de música que nacen en España, mueren sin ver una segunda edición e incluso los más asentados, como el malogrado Alrumbo (Chiclana, Cádiz), pueden acabar suspendiendo el festival a pocas horas de celebrarse.

El director del Interestelar habla de la burbuja de los festivales y la asimila a la vivida en el sector inmobiliario. “Igual que entonces cuando cualquiera se metía a hacer promociones de vivienda, ahora hay quien se mete en la música porque creen que es fácil. Pero hay festivales que desaparecen todos los años y en este sector es muy fácil perder mucho dinero. Se trata de dar algo atractivo, tener capacidad profesional, equipo, recursos para poder hacerlo y también hay un porcentaje de suerte”.

Para ambientar el medio centenar de conciertos Interestelar contará con una zona de restauración con diferentes tipos de cocina y barras para la consumición de bebidas. Este año la organización ha decidido además añadir un punto de animación para niños donde habrá actividades infantiles desde las cuatro hasta las ocho de la tarde, tanto viernes como sábado. El acceso al festival es gratuito para los menores de diez años siempre que vayan acompañados de un adulto.

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