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Los 'Chanclas’, 35 años de agrorrock: “El campo tiene problemas porque la gente no sabe de dónde sale una hamburguesa”

Pepe Begines, de No me pises que llevo chanclas.

Alejandro Luque

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Desde la localidad sevillana de Los Palacios, No me Pises que llevo Chanclas irrumpió en el panorama musical español hace 35 años para aportar un soplo de aire fresco y grandes dosis de humor surrealista. Había nacido el agropop, una combinación de sonidos coreables y bailables y de esa guasa netamente andaluza que todavía llena grandes auditorios. Para celebrar esa efeméride, la banda capitaneada por el cantante Pepe Begines afronta una larga gira de más de 40 conciertos, que culminará en el mes de noviembre –día 22– con una gran cita en el Cartuja Center de Sevilla.  

“Hemos pasado del agropop al agrorrock, porque con el tiempo hemos ido pasando cada vez más a un contexto más rockero”, comenta Begines. “En cuanto al público, en realidad sentimos que se ha ido añadiendo con el tiempo, pero no hemos perdido a nadie por el camino. Ahora vienen incluso los abuelos con los nietos, lo que demuestra que las ganas de Chanclas, de buena música y de pasarlo bien no se han perdido”.

De hecho, el artista cree que estos tiempos, “tan convulsos, con guerras, con pandemias, favorecen que la gente tenga más ganas de desinhibirse que nunca”. Y es por eso que todo el repertorio de esta gira parece diseñado para cantar a coro, bailar y reír de principio a fin, ya sea con clásicos como Y tú, ¿de quién eres? o Las calles de Chicago, pasando por Cansión mora de Hill Street. Incluso un tema como El amoto ha revivido recientemente en una nueva versión para conmemorar que fue número 1 hace un cuarto de siglo. “Hicimos un remake y un videoclip, que no tuvo en su momento. Pero en una época tan audiovisual como esta, lo que no tiene imagen no existe”, agrega.

Cantar a los rascacielos

Pero donde de veras se sienten a gusto los sevillanos, y creen que muestran su cara mejor, es en el directo. “Se trata de una hora y media de canciones que son parte de la vida de le gente. Es más, nos cuesta quitar canciones para meter otras, pero lo importante es que todo el repertorio tiene una curva rítmica y sentimental muy alta. No hay canciones desconocidas, y si metemos alguna nueva, nos encargamos de darlas a conocer antes”.

Begines hace estas declaraciones apenas unas semanas después de haber recibido el Tomate de Plata, un reconocimiento a su compromiso con el mundo del campo, tan revuelto en los últimos tiempos. “Nosotros siempre hemos cantado a nuestro entorno, a los tomates, a las sandías, a las uvas… No le puedo cantar a los rascacielos, porque no los he tenido alrededor, ni a los neones ni a los cueros”.

Pero su apoyo va un paso más allá de la simple vecindad. “Reivindicamos y nos solidarizamos completamente con el sufrimiento del campo español. Creemos que agricultores y ganaderos los tienen bien puestos, porque sembrar algo arriesgándote a que una granizada lo arruine tiene algo de héroe. Y que un tío te pague el kilo de tomates a 10 céntimos para venderlo a dos euros… Es una gente que trabaja duro y merece ganar su pan y su sueldo”.

No a las manipulaciones genéticas

Una de las claves del problema reside, en opinión de Begines, “en que vivimos en un mundo urbanita que carece del mínimo conocimiento del campo, no sabe nada del ganado. La gente no sabe de dónde viene una hamburguesa, no saben que se ha criado un ternero, no saben del trigo con que se hace el pan”.

Su vena “protestante”, como dicen parafraseando al rockero Silvio, se ha manifestado también en composiciones como El tomate cantante, “donde hablamos de que hay que pasar de transgénicos, de que no queremos manipulaciones genéticas. En Los Palacios usamos la técnica del abejorro, se liberan abejorros en tiempo de floración y aumentan el tamaño y el sabor de los tomates, sin necesidad de productos raros”.

Aquel tema fue el sencillo de un disco “que degolló la pandemia. El primer concierto lo teníamos el 13 de marzo de 2020, que si no recuerdo mal fue justo cuando entramos en reclusión”. Sin embargo, cuatro años después vuelven a girar en plena forma, tanto por su cuenta como en la gira Toreros en Chanclas, compartiendo cartel con el grupo Los Toreros Muertos.

Risa frente a crispación

Y ya puestos, no dudan en opinar incluso de política, pero desde la decepción, “porque sentimos que los políticos hoy practican el odio. Yo no odio a nadie, pero me parece que se está soliviantando a la gente, enfrentando a los independentistas de los no independentistas, a los del Sur con los del Norte y a los del Este con los del Oeste. Creemos que hay mucha capacidad para hablar con la palabra y la acción, y no jugar a la descalificación. Pero todos juegan a lo mismo”.

Frente a la crispación, defienden la risa. “Es el remedio infalible para todo. Si no te defiendes con ella, al final acabas odiando. Y cuando estés empezando a odiar, mejor salte de ti. En nuestro caso, la risa viene de aquello que hacía Chaplin, en primer plano está el drama, pero en el plano general la comedia. No falla”.

Cuando se les pregunta si han creado escuela, dicen no saber “si el estilo se practica tal cual, pero el espíritu sí lo ha heredado mucha gente. Nos escriben muchos chavales diciéndonos que somos sus referentes, sus iconos… Nos hemos criado naturalmente, como las hierbas del campo. El pueblo nos cogió en volandas y nos sigue teniendo ahí arriba”.

Ahora tocar ver el rostro de esos fans que desde hace 35 años los respaldan, y no ocultan sus ganas de llegar a ese encuentro. “Tenemos gasolina para rato, pero no sabemos cuántos años nos pueden quedar. Aquí seguimos, en todo caso, fuertes. Parecemos el vinagre de la cooperativa”.   

    

    

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