Las redes sociales se han convertido en parte del día a día del mundo civilizado. Están presentes en todos los rincones, incluso en literatura, con lo que su impacto también debe ser analizado desde el punto de vista de Twitter, Facebook o Instagram. Pero sobre todo, bajo una premisa, que “estamos tan inmersos en las redes sociales que no valoramos su impacto”.
Quien lo afirma es el escritor Emilio Lara, que esta semana dirige el curso ‘La novela histórica: razones de un éxito literario’, que se imparte en la sede de Baeza (Jaén) de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA).
El motivo del curso no es baladí: España es uno de los países con más presencia de autores de esta narrativa, y ello no sólo por la potencia del mercado literario hispanohablante, sino porque el particular devenir de la nación desde la Transición ha propiciado el auge de una novelística histórica que han corroborado diferentes premios literarios y editoriales especializadas en dicho género.
De esta forma, el curso se plantea de una manera transversal, pues no sólo intervienen escritores de talla nacional e internacional, sino también profesores universitarios, periodistas y editores, lo cual permite analizar el fenómeno de la novela histórica desde varios puntos de vista para ayudar a entender las claves de esta exitosa literatura. Asimismo, se prioriza el análisis de la mujer en la novela histórica, pues no en balde, el público femenino es mayoritario en este tipo de narrativa según los datos estadísticos.
En ese ámbito, Lara no obvia la importancia que las redes sociales tienen en la actualidad en todos los rincones, y reconoce que “tienen aspectos positivos, porque permiten interaccionar y democratizan el mensaje, pero hay que saber discernir el grano de la paja y sacarles el lado más útil”.
Y es que, ya sea en papel, en libro digital o en el formato que se antoje a cada lector, “la novela histórica es como una historia ambientada en el pasado, y, a fin de cuentas, todas hablan del presente, a través del pasado, de modo que se repiten una serie de constantes a lo largo de la historia, y una de ellas son las pasiones humanas”.
“Una novela histórica es como viajar en el tiempo, pero con un billete de vuelta, es una forma de divertirse, entretenerse y evadirse aprendiendo”, explica el director del curso, que añade que en un país en el que “nunca se ha leído demasiado, ahora los jóvenes leen de otra manera y no es fundamentalmente novela histórica, porque viven en la inmediatez, en un continuo presente, en las cosas más rápidas y no tienen todavía la quietud o el interés por dedicarle tiempo a una novela histórica”.
El curso analiza el porqué del éxito de este tipo de novelas desde hace más de 30 años, “por qué despierta tanto interés en la gente; por qué la narrativa histórica copa las mesas de forma ininterrumpida de todas las librerías y por qué es el género literario más vendido, por encima de la novela negra”, y Lara eleva su mensaje al descubrimiento de la imprenta, sosteniendo que “es fundamental porque populariza la palabra escrita, empieza a democratizarse y muchísima más gente tiene acceso a la difusión por escrito que es lo que cambia la mentalidad”.
Ahora, “estamos en los albores de una nueva etapa tecnológica y una escritura virtual que ya veremos en lo que desemboca”, y todo ello ante una audiencia formada no solo por estudiantes o egresados universitarios de Humanidades y Ciencias Sociales, sino profesionales de diferentes ramas relacionadas con el mundo del periodismo y la literatura y, fundamentalmente, lectores de novela histórica de cualquier rango de edad.
Sobre este blog
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