La composición de la Mesa del Parlamento de Andalucía, el órgano de gobierno de la institución, es tan importante que sirva como ejemplo que durante meses le valió a los socialistas, gracias a su alianza con C's, para impedir que fueran debatidas proposiciones de ley del PP-A, Podemos e IU pese no contar con mayoría absoluta.
Una vez que el Tribunal Constitucional (TC) ha fallado a favor del PP-A en su recurso contra el reparto de sus siete integrantes, este miércoles se han reunido los cinco grupos en esta deslegitimada Mesa de la Cámara, pero no han sido capaces de decidir cómo se cumplirá esta sentencia conocida el pasado lunes. La próxima semana hay pleno y no deberían llegar a su celebración sin haber resuelto la cuestión, según coincide la mayoría de los diputados.
En función del reparto que decidió el PSOE-A, dado que su diputado Luis Pizarro, por ser el de mayor edad, tuvo la última palabra en junio de 2015 en la constitución de la misma, está compuesta por tres socialistas (que tienen la presidencia, una vicepresidencia y una secretaría) y un diputado de cada una de las otras cuatro formaciones. De este modo, el PP-A tiene una vicepresidencia, igual que Podemos, mientras que C's e IU se reparten las otras dos secretarías.
Este reparto se decidió en función de las votaciones en dicha sesión salvo en el caso de la secretaría que se dio a IU, en concreto a José Antonio Castro, porque le correspondía a la diputada Patricia del Pozo (PP-A) por número de votos, pero Luis Pizarro interpretó que debía ser para la coalición de izquierdas con el fin de que todos los grupos estuvieran representados en la misma, como dice el reglamento. La sentencia da la razón a Patricia del Pozo, por lo que IU debería ceder su puesto, pero entonces, no se cumpliría el reglamento y José Antonio Castro podría ser entonces el que recurriera la decisión, una paradoja en la que no entra el fallo del alto tribunal.
En este contexto, el PSOE-A intenta no perder el control de la Mesa de la Cámara, dado que con sus tres representantes y el de C's, sus socios para los temas clave, suman mayoría absoluta frente a los otros tres. Por eso, para los socialistas lo más fácil es que se le quite a IU el suyo y pase a los populares, porque el reparto seguiría siendo de 4 a 3.
Para el PSOE-A es impensable que cedan uno de sus tres puestos a los populares porque tendrían dos cada uno cuando ellos fueron los más votados (47 frente a 33 diputados). Una diferencia de 14 diputados entre el PSOE-A y el PP-A, por cierto, bastante menor que cualquiera de las que separan a los populares de Podemos (18), C's (24) e IU (28) y sin embargo no dudaron los socialistas en determinar que tuviera el mismo número de representantes en la Mesa de la Cámara.
Sin embargo, IU ha propuesto que eleve el número de integrantes a ocho para el PP-A pase de uno a dos y el resto se queden como están. De este modo, el equilibrio de fuerzas sería de 4 (PSOE-A y C's por un lado) a 4 (el resto de la oposición). En dos ocasiones se ha incrementado el número de miembros pero con sendas vocalías sin derecho a voto, lo que no quiere IU, para no ser un mero espectador, como ha explicado el propio José Antonio Castro. Teniendo en cuenta que los diputados de este órgano ganan más, no tiene por qué suponer un incremento de los costes porque se repartiría el mismo presupuesto entre ocho. Sin embargo, si se decide ampliar el número de integrantes con derecho a voto, se plantea situación de que deban ser dos miembros más, o sea, hasta nueve, y no ocho, para evitar los empates.
Con este panorama, el presidente de C's, Juan Marín, tras abundar en que esto pone en evidencia una vez más la “urgente” reforma que necesita el reglamento, ha abogado por que cada grupo tenga un representante y el voto sea ponderado en función de la representación en el pleno. Esto permitiría, de paso, reducir los costes.
Mientras, el PP-A ha insistido en que no espere “ni un minuto más” para darle a Patricia del Pozo su derecho. En opinión de la portavoz parlamentaria del PP-A, Carmen Crespo, lo socialistas cometieron una “cacicada” que no le ha permitido el TC. Cree que Susana Díaz, “como máxima responsable del PSOE-A tiene que pedir perdón por estos 19 meses de injusticia con el millón de votantes del PP-A”.
Ha calificado el asunto de “muy grave” porque “se han estado vulnerando los derechos fundamentales en el Parlamento de Andalucía y alguien tendrá que asumir responsabilidades”. Y ha rechazado el argumento del PSOE-A de que se hizo para no perjudicar a IU. “Esto no benefició a IU sino que se puso en marcha para que Susana Díaz tuviera una mayoría falsa en la Mesa de la Cámara”, ha aseverado. Los populares no lo dicen abiertamente, pero no ocultan que les gustaría que el PSOE-A se quedara con un asiento menos porque entonces, el equilibrio sí sería de 3 a 4 (dos del PSOE-A y uno de C's, por un lado, y los otros cuatro del resto de la oposición, por otro).
El PSOE-A le echa la culpa al PP-A
El PSOE-A, por su parte, ha culpado incluso a los populares de que se plantee esta situación por su recurso. Su diputado Mario Jiménez ha subrayado que, “en la medida de lo posible” tienen que negociar para “garantizar la máxima pluralidad y representatividad, un principio que la iniciativa del PP-A ha invalidado”. No rechaza de plano que se incremente el número de miembros como dice IU. “Hay que hablarlo”, ha comentado. Pero de nuevo, ha cargado contra el PP-A por haber “roto lo que significa el fuero que entre todos nos hemos dado en el Parlamento de Andalucía con un reglamento que ha sido aprobado y ratificado siempre por amplísima mayoría”.
“Queremos que se cumpla el reglamento y estén representados todos los grupos. Se ha visto la incapacidad del PSOE-A para gestionar la pluralidad política del arco parlamentario”, ha dicho de su lado la diputada de Podemos Libertad Benítez, evitando ser más explícita. En todo caso, desde Podemos no quieren que se incrementen el número de miembros, por ejemplo con otra secretaría, y para no perjudicar a sus socios de confluencia, preferirían que se le quitara un miembro a los socialistas.
El caso es que a Podemos tanto desde el PP-A como desde IU le reprochan que en su día rechazara negociar “sillones” y garantizarse “un reparto más justo” en la Mesa de la Cámara. Lo cierto es que en su día, los de Teresa Rodríguez no supieron valora lo vital que era controlar este órgano, como luego pudieron comprobarlo.