El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, ha pronunciado un discurso de hora y media en el Parlamento autonómico trufado de anuncios de tinte electoralista, algunos tan vistosos como las ayudas a la contratación indefinida de jóvenes menores de 30 años (dotado de 100 millones de euros), otros 120 millones para “favorecer las oportunidades laborales de los jóvenes” -Andalucía tiene un 47% de paro juvenil-; una tarjeta de transporte que bonificará al 50% los billetes de autobuses metropolitanos y metros para jóvenes (gratis para hijos de familias numerosas) -está en proceso el acuerdo con Renfe para extender esta tarjeta a los trenes de Cercanías- o la gratuidad de la vacuna contra la meningitis B, que ahora le cuesta 300 euros a las familias con hijos lactantes.
En Andalucía falta justo un año para las elecciones autonómicas, que tocan el último fin de semana de noviembre, pero el discurso del presidente andaluz en el debate del estado de la comunidad ha servido este miércoles como plataforma de lanzamiento para Moreno. El dirigente popular se ha cansado de decir que quiere agotar la legislatura, esquivando las presiones de su propio jefe de filas, Pablo Casado, y de su socio de legislatura, Vox, que le empujan para adelantar los comicios a la próxima primavera. Pero su discurso ha terminado como empezó: apelando al Presupuesto de 2022 como “herramienta” de estabilidad para culminar el mandato, unas cuentas que alcanzarán la cifra récord de 43.814 millones de euros, y que necesitan del apoyo de la oposición (que ahora no tiene) para salir adelante.
“La mejor herramienta para mejorar todo lo que la pandemia ha debilitado es el Presupuesto para 2022 (...) y estamos dispuestos a negociar hasta la extenuación con todos los grupos políticos, sin vetos, en beneficio de los andaluces”, dijo Moreno a los cinco minutos de su intervención. Una hora y media después, terminaba así: “Seamos valientes. Nos ha tocado vivir un tiempo excepcional. Cojamos la mano del adversario, dejemos atrás trincheras inútiles, asumamos la responsabilidad de negociar y la generosidad de ceder porque tenemos la oportunidad de que Andalucía sea referente en España de buena política, ejemplar y útil”. Y ha añadido: “Es el Presupuesto de la recuperación y no puede haber excusa alguna ni argumento ideológico para bloquear la recuperación en Andalucía”.
El receptor principal de este mensaje no tiene escaño, pero estaba presente en el Parlamento siguiendo el discurso: se trata del secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, que hace un mes ofreció a Moreno un pacto “inédito e histórico” para que el Gobierno andaluz se apoyase en el principal partido de la oposición para sacar adelante las cuentas del próximo año. Sin embargo, el diálogo apenas ha fructificado desde entonces. Espadas puso como límite a la negociación el día de hoy, afeando a la Junta que no haya respondido a sus propuestas ni facilitado el diálogo. El socialista ha tildado de “cínico” al presidente por apelar al diálogo cuando su número dos, el vicepresidente de la Junta y líder regional de Ciudadanos, Juan Marín, había anunciado el día antes que Espadas “se va a quedar esperando”. “Es una falta de respeto a mi partido”, ha subrayado en los pasillos de la Cámara.
Sanidad, la gran protagonista
El Presupuesto de 2022 ha sido uno de los protagonistas del discurso. El proyecto de ley llega al Consejo de Gobierno y será remitido al Parlamento el 3 de noviembre, y Moreno ha querido recordar cuáles son los plazos de la tramitación -y la fecha tope del debate de totalidad, el próximo 24- para involucrar a los grupos de la oposición en las “políticas de recuperación en Andalucía”.
La otra gran protagonista ha sido, sin duda, la sanidad andaluza. Es el campo de juego de ese diálogo PP-PSOE y es la política pública más debilitada y zarandeada por la pandemia, objeto de las primeras protestas de profesionales y usuarios hace sólo unos días. Las mareas blancas que hirieron de muerte al anterior Gobierno socialista y que ahora amenaza con desestabilizar la Administración de Moreno. La sanidad alcanza el 7,4% del PIB (3.000 millones más que en 2018). El peso que le ha dado al presidente en su intervención revela la preocupación de su gabinete. “Una de las reformas más acuciante es la de nuestro sistema sanitario y nuestro propósito desde el inicio de la legislatura es llevar a cabo una reforma integral de la sanidad pública andaluza”, ha dicho Moreno, consciente de que el gran “reto” es mejorar la Atención Primaria.
El descontento de profesionales y usuarios en los centros de salud, por las listas de espera, la falta de recursos y personal, la dificultad de ser atendido por un médico de cabecera, como antes de la pandemia, o la congestión de pruebas y diagnósticos pendientes de hacer que ha dejado la Covid-19 es el talón de Aquiles del sistema y, por extensión, del balance de gestión del Gobierno de PP y Cs. Moreno no ha parcheado el debate sanitario con medidas concretas, ha admitido que es necesario una “reforma integral”, y ha recordado que los males estructurales del sistema vienen heredados de la etapa socialista.
“No estamos aquí para recuperar las deficiencias de la Atención Primaria de la etapa anterior con centros de salud masificados o consultas que apenas llegaban a cinco minutos por paciente”, ha recordado. El presidente sí ha hecho tres anuncios importantes: a partir del 1 de diciembre la Junta incluirá en el calendario vacunal la vacuna contra la meningitis B, conocida como Bexsero, que ahora le cuesta a las familias 300 euros por hijo; Andalucía también empezará esta semana a dispensar la segunda dosis de la vacuna Janssen, no esperará al 15 de noviembre, como ha pedido el Ministerio de Sanidad.
Y quizá lo que más peso tenga en el Presupuesto, la Junta va a “consolidar” los 12.000 puestos de trabajo dentro del SAS, esos sanitarios de refuerzo que fueron contratados durante la pandemia con fondos del Estado, y que el Ejecutivo andaluz ya ha anunciado que renovará otros seis meses. Moreno ha asegurado este miércoles que será un gasto estructural. De los 20.000 sanitarios de refuerzo, 8.000 irán a la calle el próximo 1 de noviembre, una línea roja que ha marcado el PSOE para negociar el Presupuesto de 2022. El presidente andaluz no se ha referido a esos 8.000 profesionales que serán cesados en cuestión de días, pero Espadas sí ha hecho referencia a ellos cuando le han vuelto a preguntar si aún es posible el pacto presupuestario.
Moreno apenas se ha detenido en las políticas educativas, de las que no ha avanzado ninguna propuesta relevante. Sí ha hecho mención explícita a la lucha contra la violencia machista, un tema con el que roza con sus socios de Vox, que niegan la existencia de esta lacra social. Sobre la ley de Dependencia, ha prometido que “el gran objetivo es reducir a cero las listas de espera”, y una ayuda económica de 22 millones de euros a todas las residencias, “para que puedan soportar los gastos extras que han tenido por el Covid”. También ha mencionado “un nuevo ingreso social para la Infancia y la Inclusión”, que viene a sustituir la renta mínima andaluza, que es incompatible con el ingreso mínimo vital del Gobierno central.
El presidente ha defendido la reforma fiscal pactada por PP, Ciudadanos y Vox, que beneficiará a cuatro millones de contribuyentes -andaluces con nómina, autónomos y pensionistas-, pero con más fuerza a las rentas más altas, según le reprocha la oposición. “Bajamos impuestos porque es bueno para los andaluces. Mientras yo sea presidente, los andaluces no volverán a sufrir un infierno fiscal”, ha recalcado. También ha defendido las políticas de vivienda de alquiler, la eliminación de trabas administrativas para iniciar proyectos en Andalucía y una línea de ayudas de 150 millones de euros al sector industrial hasta 2023.
Moreno ha terminado con un alegato contra el Gobierno de Pedro Sánchez, a quien acusa de “castigar” a Andalucía retirándole fondos o priorizando de forma bilateral su negociación con Cataluña. El presidente andaluz ha recalcado la necesidad de reformar el modelo de financiación autonómica, motivo de sus alianzas con el presidente valenciano y murciano, y ha recordado que lo que destina el Estado a Andalucía por esta vía es equivalente a todo el gasto sanitario de la Junta. “La sanidad es la financiación autonómica”, ha terminado por decir, apelando al PSOE de Espadas para que interceda para que Andalucía reciba lo justo para sostener sus políticas públicas. “¿De verdad se van a quedar callados ante esta injusticia palpable”, ha concluido Moreno.