“No es el dinero, es la mala gestión”: la oposición deja solo a Moreno en su pulso con Sánchez por la financiación

Daniel Cela

Sevilla —

0

El llamamiento a la “unidad” del presidente de Andalucía no congregó aliados en el Parlamento. La oposición en bloque -desde los andalucistas de izquierdas a la extrema derecha- arrugó el discurso que había traído por la mañana Juan Manuel Moreno, convocando a todas las fuerzas políticas a la “rebelión” contra la llamada financiación “singular” para Cataluña que el Gobierno de Pedro Sánchez negocia con los partidos independentistas.

Moreno usó el debate de política general para congregar al resto de grupos y reforzar su posición frente al Ministerio de Hacienda en materia de financiación: una deuda acumulada de 20.000 millones de euros, 1.500 millones por año. Pero PSOE, Vox, Por Andalucía y Adelante Andalucía le dieron la espalda, acusándole de querer esconder “su mal gobierno y falta de iniciativa política” y de “confundir infrafinanciación con un desastre en la gestión” de la sanidad, la educación, la dependencia y demás competencias de la Junta.

El alegato andalucista de Moreno, percutiendo cada dos por tres conceptos clave -el “agravio”, los “privilegios”, el “maltrato”- le hubiera servido 20 años antes al expresidente socialista Manuel Chaves. Le sirvió, de hecho. Un discurso de manual. El dirigente popular ha heredado el cargo en el Palacio de San Telmo -revalidado en las urnas por mayoría absoluta hace dos años- y con él la misma estrategia, las consignas y el relato de una Andalucía que viene gritando desde 1977 que “no quiere ser más que nadie, pero tampoco menos que nadie”.

Todos los portavoces de los grupos subieron a la tribuna de la Cámara para coincidir con Moreno en que “Andalucía está mal financiada”. También están de acuerdo en que el actual modelo de financiación autonómica, caduco en 2014, debe reformarse. El mismo diagnóstico del presidente, pero otras reglas del juego.

Las izquierdas acusan al líder del PP andaluz de parapetarse tras el debate territorial para esconder su “falta de gestión y de ejecución presupuestaria”. “No es el dinero, es la mala gestión, el mal gobierno”, sintetizó la portavoz de la coalición Por Andalucía, Inmaculada Gómez. “Usted se escuda en la infrafinanciación, pero no tiene un problema de falta de recursos, lo que tiene es un desastre en la gestión de los servicios públicos”, le espetó el líder del PSOE andaluz, Juan Espadas, para concluir: “una cosa es el modelo de financiación y otra su gestión. En lo primero nos tiene al lado, en lo segundo en frente”.

Sin concretar el modelo de financiación

En esa línea discurrió el turno de tarde del debate en el Parlamento andaluz, cuando los cuatro grupos de la oposición respondieron al discurso triunfal que el presidente de la Junta había ofrecido por la mañana. Del Parlamento de 2018, la última legislatura con un gobierno socialista, salió un frente común inédito: PSOE, PP, Podemos e IU firmando una propuesta de mejora del reparto de fondos del Estado, con 4.000 millones extra para Andalucía. La firma de Moreno, entonces líder de la oposición, junto a la de María Jesús Montero, entonces consejera de Hacienda. Quien recibía el mensaje era el Gobierno de Mariano Rajoy.

Del mismo Parlamento, seis años después (los seis del mandato de Moreno), han salido las mismas reivindicaciones financieras, pero dispersas a los cuatro vientos, cada partido apuntando en su dirección, y los grupos de izquierdas negándole al líder del PP el monopolio de la defensa del autonomismo. “Más financiación en Andalucía no significa mejor gestión”, le espetó Espadas al presidente, recuperando una cita de Carmen Crespo, ex consejera y diputada del PP, a Susana Díaz, tras aquel pacto sobre el modelo de financiación que firmaron en 2018.

Fue un debate vivo, enérgico, pero dentro de los cauces del respeto mutuo y el buen parlamentarismo. Hubo ataques, pero todos quedaron vivos para seguir hablando al día siguiente. La confrontación real está en Madrid, aquí se registran los ecos, pero no hay visos de polarización tóxica. Quizá el acuerdo que PSOE y PP firmaron 24 horas antes para reformar el Consejo General del Poder Judicial, tras cinco años de bloqueo, facilitó el diálogo.

Los populares han pasado pantalla y saltado a la siguiente trinchera -la financiación autonómica- con Moreno aspirando a “liderar una reacción sensata, moderada y leal ante los agravios” del Gobierno de Pedro Sánchez a Andalucía. “Si, más de 40 años después, finalmente gana la idea de una España de dos velocidades, los andaluces vamos a perder oportunidades, bienestar y futuro”, dejó dicho por la mañana.

Espadas: financiación sí, gestión no

El jefe de la oposición, el socialista Juan Espadas, entró apresurado en el debate, con muchas cosas que decir, como acostumbra. Pero esta vez, pese a su discurso acelerado, llevaba atornillada una sola idea-fuerza, lo cual le permitió darse a entender e incluso desorientar a Moreno, que tardó en encontrar el registro para replicarle. La idea de Espadas era simple: sí a la financiación, no a la gestión; sí a recibir más fondos, no a usarlos para derivar más recursos a la sanidad privada.

El secretario general del PSOE andaluz empezó por reprocharle al presidente que en todas las horas que llevaba de debate, a esas alturas, no había hecho referencia “ni una sola vez” a los sanitarios en huelga este mismo día, en protesta por “la saturación de la atención primaria, la falta de personal y los incumplimientos de los acuerdos firmados con los sindicatos”. Volvió a hacer defensa cerrada de las políticas del Gobierno de Sánchez, a las que atribuye los buenos datos económicos por los que Moreno sacó pecho por la mañana -salarios, pensiones, empleo, financiación-. “Todo eso va bien, la sanidad, la educación, la dependencia, la vivienda y los jóvenes, que dependen de su Gobierno, van mal”, asestó.

Pero lo más novedoso del discurso de Espadas, que hoy disponía de más tiempo del que tiene en las sesiones ordinarias, fue la de plantar cara al desafío de Moreno en materia de financiación, exigiéndole que “concretara” su propuesta, acotando la postura del PSOE andaluz, y dejando claro que el asunto es bastante más complejo de lo que parece. “Vamos a hablar de singularidades. La insularidad de Baleares es una singularidad, la población de Andalucía es una singularidad…se trata de ponderar singularidades. No son privilegios”, dijo el socialista, afeándole al presidente que no basta con llegar al Consejo de Política Fiscal y pedir 1.500 millones.

“¿Cómo armonizar las singularidades de Andalucía con las de Madrid, de Cataluña y de Galicia? Eso sí que es mojarse, eso sí es un debate de altura. ¿Usted está dispuesto a concretarlo o va de farol? ¿Quiénes bajan y cuántos subimos?”, se preguntó, insistiendo en que la reforma del modelo pasa por un acuerdo “multilateral” entre todas las comunidades.

A cualquier ciudadano ajeno a la lluvia fina de declaraciones diarias, repetidas cada hora, sobre financiación, entre el alegato de Moreno y el de Espadas difícilmente se encuentran siete diferencias notables. Ambos hablan del principio de igualdad interterritorial, pero cada uno dota al concepto “singularidad” -que aparece en el acuerdo suscrito por PSOE y ERC para la investidura de Sánchez- una sobrecarga eléctrica que motiva la susceptibilidad y el enfrentamiento. A los populares les repele, porque están convencidos de que el presidente del Gobierno entregará “lo que haga falta” a los independentistas catalanes por seguir en el poder.

Los socialistas andaluces, subrayó Espadas, rechazan “un concierto económico catalán, el principio de ordinalidad y el dumping fiscal”, que reprochan a Isabel Díaz Ayuso, y defienden que “solo habrá nuevo modelo si ponderamos las singularidades de las comunidades de régimen común garantizando que cualquier ciudadano tiene acceso a los servicios públicos básicos de sanidad, educación y dependencia en igualdad de condiciones en cualquier punto del territorio”.

Vox ve en Moreno un socialista

El portavoz de Vox, Manuel Gavira, entró en el debate “rabiando” por el reciente pacto entre PSOE y PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), porque su leit motiv en los cara a cara con Moreno siempre es el mismo: lo difícil que es distinguir las políticas del PSOE de las del PP en su forma de gobernar Andalucía.

A esto, el presidente le suele replicar con un espejo: “cada vez se parece usted más haciendo oposición a la izquierda”. En lo que sí coinciden es en el balance de datos y el cuestionamiento de las políticas públicas, con especial crítica al deterioro de la atención primaria.

Sobre financiación, Vox también coincidió con el PSOE al exigirle a Moreno “su modelo de financiación”. “No es el mismo que defiende Galicia ni el que pide Isabel Díaz Ayuso en Madrid. ¿Cuál es su modelo?”, preguntó. La pregunta también se la había hecho la ministra María Jesús Montero por la mañana a la bancada del PP, en el Congreso, para remarcar que los barones populares -que hoy gobiernan en 14 de las 17 comunidades- no defienden los mismos criterios de reparto, porque sus necesidades son distintas y en muchos casos antagónicas.

A tanto detalle no llegó Moreno, que se limitó a responder que su modelo pasa por “no recibir menos que los demás”. El presidente censuró a Gavira afeándole que “no entiende de lo que estamos hablando hoy, porque usted no cree en el autogobierno ni en el Estado de las autonomías”.

Por Andalucía: “El SAS está achicharrado”

Inmaculada Nieto, de la coalición Por Andalucía, ha empezado por reprochar al presidente su habilidad por esquivar cualquier responsabilidad derivada de sus responsabilidades políticas. “Hemos pasado del susanismo, que usted denunciaba en la oposición, al sanchismo, que usted denuncia como presidente. Y en medio queda el Palacio de San Telmo protegido de las decisiones que siguen residenciadas en la Junta”, le ha espetado.

Sobre financiación, los partidos de izquierdas han coincidido en que la situación de Andalucía es “injusta” en el actual modelo de reparto de fondos, caduco desde 2014, pero han recordado a Moreno que le ha tocado gobernar en un periodo de “bonanza económica”, y que el Gobierno central le ha reportado más de 6.000 millones de euros extra al año (al margen del modelo de financiación).

Con cargo al sistema de financiación autonómica, Andalucía recibirá 3.529 millones más que en 2023, y de este importe, 900 millones más corresponden a la actualización de las entregas a cuenta para este año y el resto a la liquidación de años anteriores. La diputada de Por Andalucía puso énfasis en el deterioro de la sanidad pública, señalando a la calle, donde se han manifestado este miércoles los sanitarios en la primera huelga del mandato contra el Gobierno de Moreno. “El SAS está achicharrado”, dijo, afeando los conciertos y la derivación de pacientes a la privada.

Moreno, una y otra vez, respondió a todos con el mantra de la financiación. “Hay que hablar de financiación una y otra vez hasta que se solucione”, dijo. El presidente retó a Nieto a invertir íntegramente en la sanidad pública los 1.500 millones de euros de financiación extra este año, si logra arrancarle esa cifra al Gobierno. La veterana dirigente de IU le ha leído la cartilla de las partidas presupuestarias sin ejecutar por su Gobierno el año pasado: 350 millones en dependencia, 339 millones en vivienda, 907 millones en agricultura y pesca, 619 millones en empleo, 647 millones en educación. “El problema no es el dinero, es el mal gobierno y la mala gestión. El problema no es sólo la financiación, el problema es su modelo”, ha sentenciado.

El contraataque de Moreno a todos los grupos de la oposición ha pasado por el peaje del Gobierno central, desviando todos los tiros hacia Pedro Sánchez, aunque los tiros vinieran de Vox o de Adelante Andalucía, partidos poco amigos de los socialistas.

Adelante Andalucía: “El PP quiere un cambio sociológico”

El grupo mixto Adelante Andalucía abrió el turno de réplicas al presidente de la Junta. Su portavoz, José Ignacio García, eligió que toda su intervención girara en torno a una sola idea, a saber, que el PP quiere ir mucho más allá del cambio de ciclo político, que su objetivo es afianzar un “cambio sociológico” en una Andalucía que, hasta hace poco, los expertos solían ubicar en el espacio del centro izquierda.

Para el partido de Teresa Rodríguez nunca estuvo allí, ni ahora ni durante los 37 años que gobernó el PSOE andaluz. Los socialistas no llegaron hasta donde debían y los populares “están inoculando en los andaluces una sola idea: que todo se puede comprar y vender”. “Andalucía está en venta. Ustedes la están poniendo en el escaparate y vendiendo la marca Andalucía al mejor postor”, le ha afeado García a Moreno.

Adelante sostiene que todas las políticas de la Junta conducen a abrir espacio para la empresa privada y la privatización de servicios públicos a los que se les resta conscientemente recursos para generar esa necesidad: seguros sanitarios privados frente al “deterioro de la atención primaria”, institutos privados frente al cierre de colegios públicos, y “turistificación”, convirtiendo la vivienda en un “artículo de mercado” para viajeros con un poder adquisitivo que no tienen los andaluces...

A todo esto, el presidente de la Junta ha respondido negando con la cabeza: “¿Que lo vamos a privatizar todo? Eso no es así, eso es más propio de Netflix”, ha ironizado, recordando a su interlocutor que el modelo económico que defiende la izquierda fue repudiado por los electores hace dos años, cuando el PP obtuvo la primera mayoría absoluta en Andalucía.

García criticó las propuestas “genéricas” del presidente y le pidió propuestas concretas, como la eliminación del teléfono de violencia intrafamiliar y las ayudas públicas a asociaciones beligerantes contra el aborto, y terminó echando en cara a Moreno que hubiese interiorizado la crítica al presidente con la crítica a Andalucía. “Usted no es Andalucía”. “Andalucía no es Juanma Moreno, pero nosotros nos parecemos más a los intereses de Andalucía que ustedes”, replicó el presidente.

El PP, con la sentencia de los ERE en la mano

El portavoz del PP, Toni Martín, usó sus 20 minutos de intervención en un ataque frontal al PSOE andaluz, blandiendo los pesados tomos de la sentencia del caso ERE, que condenó a toda la cúpula de los anteriores gobiernos socialistas de Manuel Chaves y José Antonio Griñán por delitos de prevaricación y malversación. La sentencia del Tribunal Supremo ha sido anulada parcialmente esta semana por el Constitucional en el caso de la exconsejera de Hacienda Magdalena Álvarez, abriendo la puerta la exculpación de más condenados, incluido el expresidente Griñán.

“Lo que nos quieren decir es que lo que se robó está bien robado. Deberían pedir perdón cada mañana sólo por levantarse, por haber pertenecido al PSOE andaluz”, sentenció.