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20 años de actividad solidaria en Motril Acoge

Junta Directiva de Motril Acoge

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En la vida de las asociaciones, como en la de las personas, sucederá, como dice el tango, que “veinte años no es nada”; a condición, claro, de que se hayan vivido activamente. Y esto es lo que nos ha ocurrido en Motril Acoge: que, sin parar y sin darnos cuenta, nos hemos hecho mayores. Conservamos el espíritu inquieto, la rebelión ante las situaciones y las estructuras injustas y ante la legislación absurda que afecta al colectivo migrante. Parece que fue ayer cuando los primeros compañeros, al constatar que ese colectivo sufría las peores circunstancias, decidieron incorporarse al movimiento social Acoge y crear la asociación de Motril (Granada).

En este tiempo, podríamos contabilizar muchas acciones de protesta y reivindicación, muchas historias de acogida, muchas horas de trabajo solidario... pero, por nuestra situación geográfica, recordamos sobre todo la experiencia amarga de los naufragios y, por contra, la alegría de quienes han conseguido llegar y contactar con familiares y amigos. Son personas que nos brindan a las de este lado del Mediterráneo tal ejemplo de tesón, resiliencia y ganas de vivir que parece inconcebible que, en vez de aprovechar ese caudal de energía, nuestra acomodada sociedad se dedique a ponerles trabas. Unas trabas cuya denuncia ha sido y es el argumento inmediato de nuestro trabajo.

Denunciamos las tremendas condiciones en que algunos de ellxs tienen que realizar el trayecto desde su punto de origen hasta nuestra frontera; una vez en ésta, el cruce de la línea fronteriza no está exento de peligros, ni de ilegalidades; y ya dentro del territorio europeo, todas las circunstancias denunciables que queramos imaginar (explotación, trata, infravivienda...), todo ello fruto de una marginación programada.

No nos falta el trabajo, por desgracia, pero tampoco decae nuestro ánimo. Ese ánimo que se nutre de cada agradecimiento sincero de las miles de personas que en estos 20 años han cruzado la puerta de Motril Acoge y de las pequeñas victorias legales que, de vez en cuando, se consiguen. En este momento, para una asociación compuesta íntegramente por personas voluntarias, nos parece una victoria también celebrar este aniversario defendiendo la plena ciudadanía de todxs, sin distinción de lugar de origen, color de piel o de cualquier otra circunstancia, donde no tengan cabida los discursos de odio. Y ahí seguiremos: persiguiendo hacer efectiva la Declaración Universal de los Derechos Humanos y promoviendo el respeto y el orgullo por la diversidad cultural.

“No nos falta el trabajo, por desgracia, pero tampoco decae nuestro ánimo. Ese ánimo que se nutre de cada agradecimiento sincero de las miles de personas que en estos 20 años han cruzado la puerta de Motril Acoge”.

Llegados a este punto, es imprescindible reconocer la labor de más de cien personas voluntarias que en estos años, en diferentes periodos, han dedicado parte de su tiempo y de su dinero a llevar a cabo las actividades de acogida y sensibilización de la sociedad motrileña. No diremos nombres para no hacer una lista interminable, pero sí que son la razón de que Motril Acoge, sin más apoyo económico que el de sus socias-voluntarias, haya podido mantenerse viva. Las que han hecho posible que la asociación desarrolle unas actividades u otras, adaptándose al momento concreto.

Así, por ejemplo, aparte de las actividades básicas (manifiestos, denuncias y asesoramiento), se desarrollaron programas de conferencias y debates en centros educativos, o programas de intervención cultural, como los Ciclos de Cine de Inmigración. En algún momento, incluso, hubo que replantearse los principios directivos e incluir actividades asistenciales como resultado de la llamada “crisis del ladrillo”, que afectó a millones de personas, muchas de ellas migrantes.

Hemos de destacar que, desde el primer momento, Motril Acoge se planteó trabajar en red con otras asociaciones y entidades, entendiendo que es la forma lógica de conseguir nuestros objetivos. A nivel institucional, se promovió la constitución y el funcionamiento de la Mesa por la Inmigración del Ayuntamiento de Motril y la colaboración con las concejalías de Asuntos Sociales y de Educación y con el Área de la Mujer, entre otras acciones, para distintas actividades. Hemos llevado a cabo campañas en Institutos de Enseñanza Secundaria de Motril y de la Costa, en el CEP y en la Escuela de Adultos. Formamos parte activa de la Plataforma por la Paz y colaboramos con asociaciones, sindicatos y partidos locales en actividades de defensa de los derechos sociales. Destacar también las relaciones en redes autonómicas y nacionales (APDHA, HOAC...) y, sobre todo, con la Federación Andalucía Acoge, de la que formamos parte y con quien compartimos la visión del modelo de ciudadanía inclusiva, basada en la interculturalidad y la justicia social.

En la vida de las asociaciones, como en la de las personas, sucederá, como dice el tango, que “veinte años no es nada”; a condición, claro, de que se hayan vivido activamente. Y esto es lo que nos ha ocurrido en Motril Acoge: que, sin parar y sin darnos cuenta, nos hemos hecho mayores. Conservamos el espíritu inquieto, la rebelión ante las situaciones y las estructuras injustas y ante la legislación absurda que afecta al colectivo migrante. Parece que fue ayer cuando los primeros compañeros, al constatar que ese colectivo sufría las peores circunstancias, decidieron incorporarse al movimiento social Acoge y crear la asociación de Motril (Granada).

En este tiempo, podríamos contabilizar muchas acciones de protesta y reivindicación, muchas historias de acogida, muchas horas de trabajo solidario... pero, por nuestra situación geográfica, recordamos sobre todo la experiencia amarga de los naufragios y, por contra, la alegría de quienes han conseguido llegar y contactar con familiares y amigos. Son personas que nos brindan a las de este lado del Mediterráneo tal ejemplo de tesón, resiliencia y ganas de vivir que parece inconcebible que, en vez de aprovechar ese caudal de energía, nuestra acomodada sociedad se dedique a ponerles trabas. Unas trabas cuya denuncia ha sido y es el argumento inmediato de nuestro trabajo.