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Las exigencias de Vox no frenan el pacto PP-Cs en Andalucía pese a necesitar su apoyo explícito para formar gobierno

Juan Marín (Cs) y Juan Manuel Moreno (PP)

Javier Ramajo

¿Hasta dónde llevará Vox sus exigencias al acuerdo entre PP y Cs en Andalucía para apoyar la investidura del popular Juan Manuel Moreno? Los mensajes que han ido lanzando en las últimas horas ambas formaciones de cara al futuro Gobierno andaluz no se han movido de sus argumentarios pese al incendio provocado por Vox el día anterior con la violencia de género. Mientras la nueva presidenta del Parlamento anunciaba que el 9 de enero iniciará la ronda de contactos con los grupos para la investidura, el PSOE confirmaba que la presidenta de la Junta en funciones, Susana Díaz, se presentará a la reelección porque “no hay nadie con más legitimidad” para hacerlo.

Tanto PP como Ciudadanos, que llevan semanas difundiendo su acuerdo programático con sus 90 medidas, han insistido en que son los actores principales políticos del “cambio” en la comunidad autónoma y que el guion está escrito. Pero a ese guion, de una forma muy concreta, le tiene que dar validez el partido de extrema derecha: todos a una con su docena diputados, como sería lo previsible, o solamente con el apoyo de al menos cuatro, el PP gobernaría por primera vez en su historia en Andalucía ya que conseguiría los 51 apoyos necesarios.

Así alcanzaría la mayoría simple que le exige el Estatuto de Autonomía de Andalucía en su artículo 118 sobre la elección del presidente de la Junta, que señala que, si no se consigue transcurrido el plazo de dos meses a partir de la primera votación, “el Parlamento quedará automáticamente disuelto y el presidente de la Junta en funciones convocará nuevas elecciones”. La opción primera que recoge el Estatuto, la de la mayoría absoluta (55 diputados), se obtendría con al menos el apoyo de ocho de los doce diputados de Vox, que se sumarían a los 47 de PP y Cs, aunque lo normal sería que se sumara la docena y alcanzasen directamente 59. En resumen, el “acuerdo del cambio” que pregonan populares y naranjas necesita el apoyo explícito de Vox o la abstención del PSOE.

¿Repetición de elecciones?

Ni PP ni Cs quieren oír hablar de nuevas elecciones en Andalucía dada su apuesta por el cambio y los avances de las negociaciones que este jueves han tenido continuidad. “Ningún grupo del bloque del cambio va a truncar lo que pidieron los andaluces”, manifestó la secretaria general del PP-A, incluyendo en ese bloque aunque sin nombrarlo al partido de extrema derecha, que había mantenido días atrás que no será obstáculo para ese cambio, si bien ha convertido su batalla contra las leyes de igualdad en la primera exigencia de su negociación con PP y Ciudadanos, que este jueves han continuado sin que hayan trascendido novedades. “Son reuniones técnicas”, han dicho fuentes de Cs, que no se mueven del mantra de que ellos solo negocian con el PP.

Pero Vox no quiere dejar pasar la oportunidad que le han brindado las urnas y ha querido aumentar la presión sobre ambos partidos, exigiendo participar en la negociación. “Si Cs y PP quieren los votos de Vox, tendrán que sentarse con Vox para escuchar el programa electoral que representan nuestros 12 diputados”, advirtió este jueves Santiago Abascal. “Vox no va a firmar ningún acuerdo con PP y Cs sobre la estructura de gobierno ni sobre el futuro gobierno de Andalucía. A partir de ahí que cada uno haga lo que tenga que hacer”, mantuvo el líder andaluz de Cs, Juan Marín, portavoz del pacto en las últimas horas, que se ha mostrado firme en diversos medios de comunicación ante los comentarios lanzados por Vox. Al igual que José Manuel Villegas, quien ha confiado en que el PP no se avenga a negociar con Vox ninguna reforma de su acuerdo.

La repetición de elecciones no es, en cualquier caso, un escenario descartable. Tanto a Vox como a PSOE les podría convenir la celebración de nuevos comicios. Por un lado, por el mayor conocimiento entre la población adquirido por los de Abascal en las últimas semanas y, por otro, por una previsible mayor movilización de las izquierdas a ojos de un PSOE que no quiere abandonar la Junta tras 36 años. “No sabemos si Vox está haciendo un papelón o quieren llevar hasta el final esas exigencias al acuerdo PP-Cs como pudo hacer Podemos en su momento con las generales”, comentan fuentes socialistas.

Ronda de contactos la semana próxima

En todo caso, la legislatura, como inciden PP y Cs, ya ha echado a andar. De hecho, la nueva presidenta del Parlamento de Andalucía, la diputada de Cs Marta Bosquet, anunciaba esta mismo jueves que entre el 8 y el 10 de enero iniciará la ronda de contactos con los cinco grupos, de mayor a menor representación, para la proposición de candidatos. La Mesa se reunirá de nuevo el día 11, una vez culminada la ronda de investidura con los distintos partidos.

La fecha tope para proponer al primer candidato, dada constitución del Parlamento el pasado 27 de diciembre, se cumple el próximo 16 de enero, fecha a partir de la cual se convocará el debate de investidura.

Bosquet, que convocó de forma inesperada una rueda de prensa para informar de la primera reunión de la Mesa de la Cámara, señaló que ésta ha acordado por unanimidad admitir a trámite los escritos presentados por Adelante Andalucía y PSOE-A que reclaman que la confluencia de IU y Podemos cuente con representación, esgrimiendo el del Reglamento como hicieron el día de la constitución del Parlamento.

La presidenta del Parlamento ha dicho que dará traslado de los escritos de ambos grupos para que cada cual presente la iniciativa que corresponda, al igual que ocurrió en la anterior legislatura, es decir, para aprobar una propuesta de modificación de reglamento por lectura única con el fin de “darle la máxima celeridad” y que Adelante Andalucía cuente con un representante en la Mesa.

En este punto, el portavoz parlamentario de Adelante Andalucía, Antonio Maíllo, ha querido dejar claro que van a reclamar su presencia con plenos derechos, esto es, con voz y voto. En un audio difundido por la formación, Maíllo ha indicado que la decisión de la Mesa de la Cámara de este jueves supone “aplazar el derecho que asiste a Adelante Andalucía para ser miembro de la Mesa tal y como establece el Reglamento del Parlamento, que dice muy claramente que todos los grupos tienen que estar en la Mesa”.

Maíllo ha lamentado que la decisión de la Mesa de aplazar este asunto “y hacer una suerte de envío de propuestas a cada grupo se está incumpliendo ese Reglamento y se incumple el derecho fundamental de participación política en condiciones de igualdad”. Maíllo ha insistido en que van a pedir tener “voz y voto” y que así lo defenderán “donde haga falta”.

La “legitimidad” de Díaz

La Mesa también ha aprobado la distribución de espacios entre los diferentes grupos políticos para la nueva legislatura, de forma que PSOE-A, PP-A y Adelante Andalucía mantienen su actual ubicación perdiendo espacios de acuerdo con el menor respaldo obtenido en las urnas el pasado 2 de diciembre, mientras que Ciudadanos los gana y Vox se estrena con dependencias ubicadas en la planta baja y en la entreplanta alta del antiguo Hospital de las Cinco Llagas, que no era su ubicación preferida, según las dos propuestas presentadas por Bosquet.

Tras la rueda de prensa de Bosquet, la secretaria provincial del PSOE de Sevilla y secretaria primera de la Mesa del Parlamento, Verónica Pérez, ha defendido que no hay nadie con “más legitimidad” que Susana Díaz para optar al proceso de investidura. El PSOE-A, como ha confirmado, propondrá a Díaz como candidata a la investidura porque “no hay nadie con más legitimidad, porque es la que tiene más votos”. “Claro que se presentará a la investidura porque es la que tiene más respaldo de los andaluces y más escaños en el Parlamento andaluz”, ha enfatizado.

“Si hay alguien que debería optar a esa investidura tiene nombres y apellidos, Susana Díaz”, ha recalcado la dirigente socialista, quien ha confiado en que la presidenta en funciones se pueda someter a esa proceso de investidura ante el Pleno porque el PSOE-A es el partido que ganó las elecciones, con más de un millón de votos.

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