“Estamos hasta los cojones de los recortes en sanidad y educación, recortemos el pesimismo”

“Sevilla es el territorio del amor y nosotros venimos aquí a darlo a raudales”. Así se presentaba Santi Balmes, vocalista de Love Of Lesbian, al saltar al escenario principal del Territorios cerca ya de la una de la madrugada. Y lo dieron. Amor y espectáculo. Uno de los guitarristas se dejó incluso llevar en volandas de brazo en brazo a lo largo de una veintena de filas de entregados espectadores. Los catalanes desgranaron un ramillete de canciones ya conocidas como Algunas plantas, Mia o Toros en la Wii, quizá una de las más conocidas de la banda catalana tras ser utilizada como banda sonora en el anuncio de una famosa cerveza. El video llegó a alcanzar el millón de reproducciones en youtube en solo una semana. “Estamos hasta los cojones de los recortes en sanidad y en educación”, gritaba el vocalista. “Utilizemos el poder de la tijera -nombre de su nuevo show- para recortar sí... pero recortemos el pesimismo y la apatía.

Si por algo se caracteriza el festival Territorios es por su eclecticismo y por contar con bandas y estilos para todos los gustos: desde el indie hasta el rock, soul, funky, rap o música electrónica. Y eso fue lo que vimos este viernes en Sevilla.

Loquillo fue sin duda otro de los platos fuertes del festival. El viejo rockero congregó a espectadores de todas las edades que coreaban sus canciones e incluso solapaba en ocasiones la propia voz de José María Sanz Beltrán. Él y su banda dieron un concierto de bandera, con temas jóvenes y una ristra de clásicos como El Rompeolas, Cuando fuimos los mejores, La mataré o El cadillac solitario, tema con el que cerraron su actuación. A esa hora, la rapera Mala Rodríguez ya sonaba en el escenario contiguo y, para disgusto de algunos, tocó con el Shotta antes de que Loquillo concluyera su actuación.

La Mala dió un concierto sobrio, tirando de su último disco al principio (La Rata, Hazme eso) y dejando los temas míticos para el final (Por la noche, Dame un minuto y tambalea) mientras el público bailaba bajo el escenario.

Tras la Mala, le llegó el turno a Morodo, muy bien acompañado de la banda Okumé Lions, en este nuevo formato en el que el madrileño compagina reggae y dancehall. Burning song, Yo me pregunto o La yerba del rey tuvieron un tono diferente, una cadencia especial en Territorios por su clara diferenciación de las instrumentales habituales. Un gran acierto por parte de Morodo, que congregó una gran multitud en el escenario Cruzcampo. Para finalizar, temas laureados como Qué vas a hacer, Divina ciencia o Binghi no cry, y el último bombazo: tiene preparado nuevo disco para Julio.

Entre Love Of Lesbian y Morodo, en el Escenario Cadena Ser, el catalan Manel reivindicaba que se bailara. Una buena forma de hacer que el público tan ecléctico descargara las tensiones. “Estamos buscando que viajeis al lugar más bizarro de vuestro cerebro. Bailar raro”. Y eso hicimos, porque es lo que tiene Territorios que gusta tanto, el festival permite descubrir directos de bandas consagradas que sorprenden y disfrutar de artistas que dificilmente pueden salir de las pequeñas salas.

“Sevilla es el territorio del amor y nosotros venimos aquí a darlo a raudales”. Así se presentaba Santi Balmes, vocalista de Love Of Lesbian, al saltar al escenario principal del Territorios cerca ya de la una de la madrugada. Y lo dieron. Amor y espectáculo. Uno de los guitarristas se dejó incluso llevar en volandas de brazo en brazo a lo largo de una veintena de filas de entregados espectadores. Los catalanes desgranaron un ramillete de canciones ya conocidas como Algunas plantas, Mia o Toros en la Wii, quizá una de las más conocidas de la banda catalana tras ser utilizada como banda sonora en el anuncio de una famosa cerveza. El video llegó a alcanzar el millón de reproducciones en youtube en solo una semana. “Estamos hasta los cojones de los recortes en sanidad y en educación”, gritaba el vocalista. “Utilizemos el poder de la tijera -nombre de su nuevo show- para recortar sí... pero recortemos el pesimismo y la apatía.