“Uno no muere por retrasar la prueba de cáncer de colon, pero corre más riesgo”

Eloísa Bayo (Sevilla, 1956) debe de ser la única Medalla de Andalucía que trabaja en un sótano sin ventanas, en un despacho minúsculo de 7x4 metros cuadrados, situado al final de un pasillo del subsuelo del Hospital Macarena de Sevilla. Hay un búnker así en la mayoría de los hospitales, recubiertos de muro de hormigón para evitar que el personal esté expuesto a las radiaciones de la maquinaria pesada contra el cáncer. Desde allí abajo, Bayo dirige el Plan integral de Oncología de Andalucía desde 2013.

Afuera está diluviando. Dos tipos de tormentas, la que empapa los tejados de la ciudad y la que se ha desatado a pocos metros de allí, en el Parlamento andaluz –contiguo al hospital- donde los grupos discuten en ese momento una proposición no de ley del PP que insta a la Junta a acelerar la implantación del cribado de cáncer de colon en los 1.600 centros de salud de la región. En realidad, el calendario está diseñado y su puesta en marcha es inminente –este mismo mes llegará a 600 centros- pero el tema se ha enredado en la bronca política entre Gobierno y oposición.

El PP se anticipó a reclamar en el Parlamento la implantación total del cribado de cáncer de colon y puso en marcha una campaña de presión en redes sociales. Luego la consejera de Salud, Marina Álvarez, anunció el programa, aunque la presentación quedó deslucida porque es la tercera vez que la Junta anuncia este proyecto –la primera en 2010, la segunda en 2014- sin que la ejecución haya pasado de 25 centros de salud. Desde que se presentó el plan por primera vez, hace ocho años, el número de muertes en Andalucía por cáncer colorrectal se ha disparado un 15% (343 casos más por año). La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) asegura que la prueba reduce la tasa de mortalidad un 90% y, sobre estos datos, concluye que de haberse implantado en 2010 habría muerto menos gente de cáncer de colon.

El bunker del hospital Macarena no ha impedido que toda esta radiación política llegue al despacho de Eloísa Bayo.

¿En qué consiste la prueba de cribado de cáncer de colon?

El cribado de cáncer es un test de heces para determinar si hay sangre oculta. Se aplica a una población de personas entre 50 y 69 años porque el incremento de riesgo de este cáncer comienza a partir de los 50. El principal factor de riesgo es el envejecimiento. 

¿Esta prueba es fundamental para reducir la mortalidad de este cáncer?

Se hace para eso, es el objetivo primordial. Existen estudios rigurosos que demuestran que este cribado reduce la mortalidad por cáncer entre un 15 y un 33%. Depende de la población diana a la que se aplique será más o menos eficaz. En Andalucía irá dirigida a dos millones de personas.

Los datos que maneja la AECC son más rotundos, aseguran que esta prueba reduce el riesgo de mortalidad hasta un 90%.

Eso no es cierto. El 90% es la supervivencia del cáncer de colon en estadio uno, la de menor riesgo. Pero existen tres niveles más. En la fase dos, el cribado de cáncer garantiza una supervivencia del 75%; en el estadio tres, desciende al 45%; y en la fase cuatro, entre el 5 y el 10%. La AECC dice: diagnosticamos a todo el mundo en el estadio uno y así reduzco la mortalidad del cáncer al 90%, pero esto no es exacto.

¿Hablar del 90% de supervivencia es una exageración? Porque dos consejeras de Salud, en 2010 y en 2014, usaron esos datos.

Lo de los porcentajes es complicado. Nosotros ahora mismo ya tenemos una tasa de supervivencia en cáncer colorrectal superior al 55% (se cura en unos cinco años). Eso significa que ya estamos diagnosticando a mucha gente en estadio precoz. Pero no puedes decir que con la prueba vas a reducir la mortalidad en un 90%, porque es desenfocar la situación. El cribado es muy importante, pero la supervivencia no puede achacarse sólo a esto. Hay personas en fase tres que hoy día se curan. No se puede decir: Andalucía va retrasada con el cribado y por eso se está muriendo la gente a chorros, porque no es cierto. Nuestra supervivencia es casi la misma que en el resto de España, y nuestra mortalidad también. Sé que la AECC tiene su propio observatorio, pero nosotros usamos los datos del Instituto Nacional de Estadística. Los últimos publicados son de 2016: 2.530 muertes por cáncer colorrectal en Andalucía [el mismo dato que aporta la AECC].

¿Usted le diría a los andaluces: “Si no se hacen el cribado de cáncer de colon, tienen más riesgo de morir”?

Sí. Uno no se va a morir por retrasar la prueba, pero corre más riesgo.

La primera vez que la Junta anunció la implantación del cribado de cáncer fue en 2010. En estos ocho años la mortalidad aumentó un 15%. ¿Si se hubiera ejecutado entonces, la cifra de fallecidos sería hoy significativamente inferior?

Es posible. Pero eso es muy difícil de concluir de esa manera, porque influyen otras cosas. No se puede hacer una cuenta de la vieja. Con cribado y sin cribado la gente se muere. Las comunidades con la prueba implementada desde 2010 no tienen una mortalidad significativamente diferente a la nuestra.

¿De qué manera reduce la mortalidad esta prueba?

Por dos mecanismos: primero porque localiza y extirpa lesiones premalignas, como pólipos, donde se originan el 80% de los cánceres. Un pólipo tarda diez años en evolucionar hacia un cáncer, margen suficiente para detectarlo y extirparlo. El otro mecanismo es el diagnóstico precoz de los cánceres que ya se han desarrollado.

La edad no es el único factor de riesgo, ¿no?

Es el factor no modificable, pero sí, hay otros: la dieta (se recomiendan frutas y verduras y eliminar grasas, carnes rojas y alcohol para prevenir el cáncer de colon); la obesidad, el sedentarismo y el tabaco. Eliminando todo eso podríamos prevenir esta enfermedad hasta en un 40%. Luego está la predisposición genética: entre un 5 y un 15% de la población tiene más riesgo genético de desarrollar cáncer de colon. 

“Se necesitarán 24.000 colonoscopias al año”

Hablamos de medicina preventiva y ya tienen localizada a la población de riesgo. Si actúan con antelación, ¿no aumentará el porcentaje de supervivencia?

En teoría, sí. Pero los estudios a nivel mundial nos dicen que si cribas a la población diana, vas a reducir la mortalidad, en el mejor de los casos, un 33%. Primero porque no toda la población en riesgo va a participar en la prueba. Nosotros invitamos a todos, pero la tasa de participación suele estar en torno al 40%.

Entonces, ¿la implantación no llevará la prueba a toda la población de riesgo?

Una cosa es la cobertura y otra la participación. Nosotros debemos garantizar la cobertura total de los dos millones de personas en riesgo, y eso pasa por invitar a todos a que se hagan la prueba, enviándoles cartas personalizadas. Ese es el plan de implantación que vamos a impulsar de aquí a dos años. Pero enviar cartas a todos no implica que todos quieran hacerse la prueba. A eso le llamamos participación.

Hay comunidades que ya cubren el 100% de la población en riesgo, como País Vasco, Comunidad Valenciana o La Rioja. ¿Sabe cuál es su tasa de participación?

El País Vasco es el que mejor cifra de participación tiene y llegan al 60%.

Si la prueba es tan necesaria, ¿cómo de preocupante es que sólo participe un 40%? ¿No sería necesario una campaña de publicidad para concienciar a la población?

Por supuesto. Vamos a acompañar este plan de una fuerte campaña de promoción en medios. Pero, tenga en cuenta que este cribado no tiene la misma aceptación que otros, como el cribado de mama, con una tasa de participación superior al 80%.

¿Y eso a qué se debe?

Bueno, por la prueba en sí. Es sólo un test de sangre oculta en heces, pero si da positivo te tienes que hacer una colonoscopia y eso la gente no lo acepta bien. Hay otro motivo y es que no se sienten población de riesgo, y lo son. Las mujeres tienen una alta percepción de riesgo sobre el cáncer de mama, pero la gente no siente lo mismo respecto al de colon, que es el más diagnosticado del país. También es cierto que este cribado lleva poco tiempo implantado, el de mama tiene más de 20 años.

En las regiones donde cubren al 100% de la población de riesgo, el 10% de las pruebas que se han hecho dieron positivo. En Andalucía apuntan a dos millones de personas, ¿el SAS tiene capacidad ahora para hacer 200.000 colonoscopias?

En general el porcentaje de positivos en el cribado de cáncer de colon está entre el 5 y el 10%, en nuestra comunidad es del 6%. No son tantas colonoscopias de una vez. Vamos a cribar a dos millones de personas, pero a lo largo de dos años. El primer año, invitaremos a un millón a hacerse la prueba y, si en el mejor de los casos se la hace el 40%, tendremos a 400.000 personas con el test. Si de ellos, el 6% es positivo, son 24.000 colonoscopias, y eso sí es asumible. De ese 6% de positivos, otro 6% tendrá cáncer. Pero, aunque le sorprenda, de los 24.000 positivos, no todos aceptan hacerse la colonoscopia. Un 10% no se la hace.

La carta no es una citación a un centro de salud para hacerse la prueba.

No, no podemos obligarles. La carta lleva información sobre el cáncer de colon y sobre la prueba, acompañada de un sobre franqueado para que si quiere participar nos lo devuelva. Cuando lo recibimos, le enviamos el kit de la prueba a su domicilio. Toma su muestra de heces con una varilla, la mete en el bote y nos la trae al centro de salud. Lo mandamos al laboratorio para que lo analice y, si es negativo, respondemos al paciente con una carta para que se despreocupe. Si es positivo, lo llaman desde Salud Responde, porque no nos parecía idóneo que una información así se comunique por carta. El mismo día que recibe el positivo, le dan la cita con Enfermería y le preparan para la colonoscopia, que debemos hacer antes de 30 días.

“El retraso del plan ha sido un tormento”

El plan de implantación es muy ambicioso, ¿no? La última vez se anunció en 2014, y hoy sólo realizan la prueba 25 centros en toda Andalucía.

Empezamos la extensión total este mes, incorporando 600 centros de salud en 11 distritos sanitarios de Andalucía, y una segunda fase en junio, cuando sumaremos a los 22 distritos restantes hasta llegar a los 1.600 centros de salud de la región. Pero no podemos incorporar a todos a la vez, porque una ronda de cribado normal suele durar unos dos años. Los que empiezan en abril, tienen que tener participando a todos sus centros de salud en un plazo de dos meses, y los que empiezan en junio, en otros dos meses. En conclusión, desde que se incorpore al plan el último ambulatorio, el próximo septiembre, nos damos dos años para cubrir a dos millones de personas. Esto hay que hacerlo de forma gradual y así, en septiembre de 2020, habremos invitado a hacerse la prueba a toda la población en riesgo.

¿Se necesitan dos años para enviar dos millones de cartas?

No es sólo enviar la carta, es tener la capacidad suficiente de respuesta en caso de que los dos millones decidan de repente hacerse la prueba. El sistema sanitario andaluz no tiene capacidad para atenderlos a todos de una vez, pero ni éste ni ninguno. Debemos optimizar los recursos sanitarios que tenemos, por eso los espaciamos en dos años.

El año pasado, el SAS envió 104.000 cartas invitando a hacerse el cribado de cáncer. ¿Cuántos respondieron?

Bueno, hubo un primer pilotaje en 2014, y contestó el 40%. En este que usted dice, del año pasado, sólo participó el 24%. No hemos hecho una difusión muy activa de la prueba hasta que no estuviéramos preparados para ofertárselo a todo el mundo. Ahora estamos listos.

¿Por qué ocho años de espera?

El retraso ha sido un verdadero tormento todo. Hemos tenido muchos problemas para organizar esto. En 2014 teníamos el pilotaje del plan de implantación, que era una maravilla, íbamos como las balas. Hicimos una aplicación informática basada en la que tenían en Canarias, que llevaban mucho tiempo trabajando con ella, y cuando decidimos cargar la población diana en la base de datos del SAS (entonces la población en riesgo eran 1,6 millones), la aplicación informática petó. Tuvimos que diseñar una nueva, empezar de cero.

¿Es cierto que esta prueba cuesta dos euros?

La prueba en sí cuesta dos euros. Una colonoscopia, simplificando mucho, puede costar 180 euros.

¿Cuánto cuesta un tratamiento de cáncer de colon?

Unos 21.000 euros si está en estadio uno de desarrollo y en torno a 40.000 euros en estadio tres. De nuevo, simplificando mucho, sin cuantificar todo el personal sanitario que participa. Pero sí, es obvio que un plan de prevención por medio del cribado supone un ahorro considerable de recursos y personal para el SAS.

Es la tercera vez en ocho años que anuncian la implantación total del cribado de cáncer. ¿Esta vez sí?

Te puedo decir lo que está en mi ámbito de competencias, porque soy técnico. Yo me lo creo. Si ahora me decepcionan una vez más, me quedaré mal. Pero yo estoy poniendo toda la carne en el asador. Mi voluntad es lograrlo. Y yo veo a la consejera de Salud (Marina Álvarez) súper comprometida, porque es una profesional asistencial, ella montó el cribado de cáncer de mama. Y nos creemos que esto funciona y tiene que hacerse en beneficio de la población. Creo que esta vez sí.