Una investigación apunta a que un hijo del cónsul alemán ejecutado por el franquismo, Otto Engelhardt, habría sido enterrado en Pico Reja
Una investigación documental incluida en el proyecto de exhumación de la fosa común de Pico Reja del cementerio municipal hispalense, donde descansarían los restos de 1.103 personas represaliadas por las tropas sublevadas desde el comienzo del golpe de Estado de julio de 1936, sostiene la “hipótesis” de que en dicha fosa habría sido enterrado también un hijo de Otto Engelhardt, el emblemático ingeniero alemán director de Sevillana de Electricidad y Tranvías de Sevilla y cónsul honorífico de Alemania en la capital andaluza, quien fue ejecutado por las fuerzas del general Queipo de Llano.
El investigador Fernando Sígler ha explicado que dicho planteamiento deriva del resultado del trabajo desarrollado en archivos como “apoyo documental” para el proyecto de excavación de la citada fosa común, iniciado en enero de 2020 por la Sociedad de Ciencias Aranzadi a instancias del Ayuntamiento de Sevilla.
Hasta el pasado mes de julio, el equipo encabezado por el antropólogo físico Juan Manuel Guijo, los arqueólogos Jesús Román, Juan Carlos Pecero y Juan Carlos Mejías y las técnicas antropólogas Esther Moragas y Marina Cuevas había localizado en la fosa restos óseos de 520 personas con indicios claros de violencia, como roturas perimortem, ataduras en las muñecas y orificios de proyectiles.
En ese sentido, recordemos que entre las víctimas enterradas en la fosa de Pico Reja figurarían miembros de la corporación municipal hispalense de la época, algunos alcaldes de la zona e incluso diputados. Podría ser, de hecho, la fosa donde descansarían los restos de Blas Infante, ejecutado en agosto de 1936 y declarado como Padre de la Patria Andaluza.
A tal efecto, Fernando Sígler ha rememorado que una de las personas probablemente también enterrada en esta fosa común sería Otto Engelhardt, destacado prohombre de la Sevilla previa a la Guerra Civil y ejecutado el 14 de septiembre de 1936 por las tropas del general golpista Gonzalo Queipo de Llano, en el marco de la represión de las fuerzas sublevadas.
“Hallazgo documental”
Y es que dicho trabajo documental ligado al proyecto de excavación de la fosa común de Pico Reja ha deparado pistas sobre el paradero de uno de los hijos de este notable ingeniero y cónsul honorífico de Alemania en Sevilla, también llamado Otto.
En concreto, la investigación documental incluyó la búsqueda de información en el Archivo Municipal de Sevilla sobre los cuerpos recogidos por la Beneficencia y enterrados en la fosa común del cementerio hispalense entre julio y diciembre de 1937 y entre enero y julio de 1938: siendo contabilizados 128 cadáveres en la segunda mitad de 1937 y 180 en la primera mitad de 1938.
Se trataba, según explica Fernando Sígler, de “personas sin recursos fallecidas en centros de acogida, domicilios particulares o la vía pública, cuyos cadáveres fueron conducidos a la fosa común del cementerio de San Fernando por la Beneficencia Municipal”.
Uno de los documentos localizados respecto a estos cadáveres, según ha explicado, es una orden de un juzgado a la empresa fúnebre adjudicataria de la recogida de fallecidos acogidos a la Beneficencia, para trasladar el cadáver de Otto Engelhardt Holtz (hijo de Otto Engelhardt y su primera esposa, Ana Holtz) al cementerio de San Fernando el 7 de enero de 1938.
Este “hallazgo documental”, según ha detallado, precisa que el cadáver de Otto Engelhardt hijo fue recogido en el segundo piso del número 9 de la calle Ximenez Enciso y refleja que ya en enero de 1938, tras la ejecución de su padre, la familia del mismo carecía de recursos económicos para sufragar el entierro, acometido con cargo a la Beneficencia.
La documentación recabada, como abunda Fernando Sígler, muestra que el cadáver de Otto Engelhardt Holtz habría sido recogido por la empresa Pompas Fúnebres Ponce, Fernández y Alcántara S.L. “en un ataúd”, avisando de que no todos los cuerpos recogidos con cargo a la Beneficencia lo fueron mediante ataúd.
¿Se siguió usando la fosa de Pico Reja bien entrada la guerra?
Partiendo de la premisa de que los cadáveres recogidos con cargo a la Beneficencia eran destinados a la fosa común del cementerio de San Fernando, este investigador ha recordado las posibilidades de que tras recibir los cuerpos de las personas represaliadas desde el golpe de Estado hasta acabar agosto de 1936, la fosa de Pico Reja fuese reutilizada posteriormente para la inhumación de más cadáveres.
Por ejemplo, en las primeras excavaciones acometidas en la fosa fue localizado un fragmento de engarce de cristal de Bohemia con la inscripción del nombre oficial de la Segunda República Checoslovaca durante 1938 y 1939.
“Si se confirma que esta fosa se siguió utilizando ya bien entrada la guerra, se podría dar el caso de que padre e hijo, ambos Otto Engelhardt, estuvieran en el mismo enterramiento colectivo, sepultados con dos años de diferencia, el padre como asesinado, probablemente sin ataúd, y el hijo como acogido por la Beneficencia, probablemente en ataúd”, resume este investigador, acerca de esta “hipótesis” que como bien defiende, cuenta con toda una “base documental”.
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