“Lo han ocultado todo”: la trabajadora que destapó el caso denuncia la “pesadilla” del centro de mayores con más muertes por coronavirus en Andalucía

La UME, a las puertas de la residencia de la localidad del Aljarafe sevillano

Javier Ramajo

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Trabaja a diario en el centro de personas mayores Joaquín Rosillo de San Juan de Aznalfarache (Sevilla), donde han muerto 24 personas por coronavirus, según los datos trasladados este lunes por el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre. Prefiere no decir su nombre pero su llamada el 24 de marzo al Servicio de Información y Orientación al Trabajador (SIOT) de CCOO en Sevilla ha sacado a relucir, dos semanas después, la verdad que ha terminado reconociendo el consejero apenas minutos después de trascender la denuncia de un familiar a través de la agencia Europa Press.

“Llamé porque no podía más con tanta carga. Dije en aquel momento que habían muerto doce personas. El consejero ha hablado de 24, pero hay al menos por 43 ó 45 abuelos fallecidos entre los que han estado hospitalizados, los que se han llevado al Hotel Alcora medicalizado y los que siguen en el centro. Algunas compañeras parece que ven normal tantas personas muertas porque no se dan cuenta de la realidad”, relata la empleada a ediario.es Andalucía ante los rumores de “chivatos” en el entorno laboral. “Todo se debe a la mala gestión del director, porque se han hecho las cosas muy tarde, por falta de medidas de protección, por tener a los abuelos en la misma habitación. Ha sido todo un caos”, asegura.

Hubo un extraño silencio al otro lado del teléfono cuando este periódico trató de contrastar aquella información que hablaba de una docena de muertes en la residencia. Era el 24 de marzo. Ni el director del centro respondió entonces ni la Junta tampoco, argumentando que no se podía dar detalle de casos concretos. Algunos residentes de este centro fueron trasladados al Hotel Alcora, apuntan sin más detalle este lunes fuentes de Salud, que aluden a las “dos últimas semanas” como intervalo temporal para el registro de las 24 muertes “posiblemente relacionadas con el Covid-19”. El alcalde de San Juan, Fernando Zamora, dijo entonces que si algo hubiera pasado se lo hubieran trasladado. Este lunes lanzaba un comunicado diciendo que la información sólo la manejan la empresa que gestiona el geriátrico o la propia Consejería. El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, tiene abierta una investigación a raíz de la queja de una familia.

Según la trabajadora, la semana pasada (“miércoles o jueves”) empezaron a separar a los residentes uno por cada habitación pero “porque fue una inspección”. En total hay cerca de 50 empleados en el centro, prácticamente la mitad está actualmente de baja, de los cuales “algunos han estado muy malos” y ahora “quedan allí unas 20 niñas”. En cuanto a los residentes, había unos 175 y ahora quedan “cerca de 90”, estima la empleada. “Hemos hecho y seguimos haciendo todo lo técnica y humanamente posible por minimizar su impacto”, ha indicado en un comunicado remitido a los medios el director de la residencia, Enrique Rodríguez.

Sin separación

“Se le ha ocultado información a las familias de la realidad en sí de cómo están o han estado. Lo han ocultado todo y han intentado no dar importancia a algo que se le ha ido de las manos. Los test de detección del virus se hicieron en su momento a 70-80 abuelos del total de 175. Ahora, hay cinco positivos y el resto son posibles casos de coronavirus porque han presentado síntomas o porque han estado en la misma habitación con un positivo. Si el director hubiera aislado uno por uno por habitación, con su test y separando, yo pienso que no estaríamos como estamos ahora mismo”, apunta la empleada del centro de mayores.

La trabajadora, como afiliada al sindicato, llamó aquel día al SIOT de CCOO. Al otro lado del teléfono, Maribel Sánchez, que, casualmente, tenía y tiene a su suegra en la residencia. La denuncia de su marido, Manuel Borrego, difundida minutos antes de la rueda de prensa, obligó a Aguirre a pronunciarse al respecto públicamente, días después de que dijese que uno de cada cuatro fallecidos en Andalucía con coronavirus vivía en una residencia de personas mayores. “Todos decían que era un bulo hasta ahora y que iban a emprender acciones legales contra mí”, señala esta mujer respecto a este centro, de unas 180 plazas privadas y plazas concertadas con la Junta. Según el consejero, hay 79 casos positivos de Covid-19. CCOO ha acusado a la Junta de no proporcionar información sobre la situación de la residencia.

Desde aquella llamada, la trabajadora le ha informado todos los días de todos los positivos y de todos las personas que han ido muriendo, “al no haber información de parte de la residencia”. Ella, como una especie también de “centralita” al margen de su trabajo en el SIOT, daba información a los familiares de las personas mayores. “Es como estar metida en una película de terror”, lamenta. “Hay tres trabajadores graves. Allí están todos, todos con síntomas”, apunta.

“Yo le decía a la trabajadora de la residencia que esto no era Madrid pero ella me decía que estaba muriendo mucha gente”, recuerda Maribel Sánchez, que ha ido recopilando en una tabla Excell toda la información de los residentes, a cuyos familiares ha ido informando y “ayudando” en un grupo de Whatsapp a raíz de la circunstancia de que su suegra residía en el mismo lugar, cuya situación y falta de medios de protección critica abiertamente, sobre todo la gestión de su director.

“Esto es inhumano”

“Ojalá pudiéramos sacar a mi suegra, pero no podemos”, señala, añadiendo que a los familiares no se les está informando del protocolo de despedida para fallecidos por coronavirus. “Esto es inhumano. ¿Cómo se puede tener a las familias de tantas personas sin informarles? Que la que estoy informando soy yo. Una pesadilla. Lo que yo pueda decir es poco. Y de verdad que se han equivocado en las personas fallecidas, porque son 42 o más los que han muerto, eso te lo puedo asegurar, lo que no entiendo ya es por qué la Junta no ha dicho la verdad”.

Según el relato de esta familiar, a los ancianos se los llevaron en autobús al Hotel Alcora “sin avisar a los familiares” y “sin dejar teléfono porque ya no dependía de ellos”. “No estamos en contra de los trabajadores, ni muchísimo menos, sino de la gestión de la residencia. Gracias a aquella llamada nos hemos podido enterar de todo y hemos podido informar y ayudar a los familiares”, añade. “Se llegan a hacer los test y allí sale todo el mundo. ¿Tener a los abuelos de dos en dos es una medida de protección como los tenían? Sé de gente a la que se le ha muerto su compañera de habitación y lo han dejado en la misma habitación sin desinfectar ni nada”, lamenta.

“Maribel, pregunta a la trabajadora si mi madre tiene fiebre” han sido algunas de las cuestiones que le trasladaban los familiares como “intermediaria” entre la trabajadora del centro y los más allegados. “Muchas veces no puedo dar la noticia porque no es buena. Antes llamaban los de la residencia pero ya no llaman y están más informadas las personas del Alcora”, comenta.

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