Susana Díaz elude poner nombre para el comisionado de la Memoria Histórica por temor a que Diego Valderas no acepte
La presión que tanto desde IU como desde el PCA han ejercido los últimos días sobre Diego Valderas para que rechace la oferta de Susana Díaz de ser propuesto como comisionado para la Memoria Histórica puede llevar a que el exvicepresidente de la Junta de Andalucía, que guarda un “prudente” silencio, finalmente escuche a los suyos por muy apetecible que le resulte el puesto. Tanto que la presidenta de la Junta de Andalucía ha evitado este miércoles poner nombre propio a una figura cuya creación se anunció el pasado lunes tras tener el sí de Diego Valderas y que este miércoles ha propuesto en el pleno del Parlamento de Andalucía.
Durante su comparecencia para el debate general sobre la situación de Andalucía, no ha mencionado a Diego Valderas, ni en su primera intervención en la que ha propuesto que “en septiembre” se adopten los cambios necesarios en la Ley de Memoria Histórica para crear este comisionado, ni cuando posteriormente ha confrontado con el portavoz de IU, Antonio Maíllo. Ha preferido mostrar su compromiso con una consignación “adecuada” para el desarrollo de la ley en los presupuestos autonómicos de 2018, que es precisamente lo que le estaban exigiendo desde los grupos de la izquierda y desde los colectivos memorialistas.
En cualquier caso, el también coordinador regional de IU no ha evitado la ocasión para reprocharle a la presidenta durante su comparecencia una propuesta que ha vuelto a calificar de “trampa”, con la seguridad de que a Susana Díaz “le ha salido el tiro por la culata”.
Y es que Diego Valderas se ha visto solo en su intención de aceptar un cargo para, jubilado hace unos meses, volver a primera línea y en un tema tan sensible para él, entre otras cosas porque la ley aprobada recientemente, y donde se rechazó incluir este comisionado, fue gestada durante su mandato como consejero de Administración Local y Relaciones Institucionales.
Ninguno de los suyos, como Gaspar Llamazares, Cayo Lara o José Luis Pérez Tapias, que otras veces le han acompañado en comunicados en contra de la estrategia de Antonio Maíllo para la confluencia con Podemos, han salido para bendecir esta decisión. Básicamente porque los críticos con Antonio Maíllo -una minoría- saben que se les complica su argumentario en contra del “riesgo” en el que entienden que el actual líder está poniendo a IU con Podemos si, por su lado, un referente para ellos como Diego Valderas da este paso.
Frente a esa soledad, la Dirección Colegiada de IU le ha pedido que rechace este “acto de deshonestidad política”, mientras el PCA, su partido, ha propuesto incluso abrirle un expediente si acepta. Por eso, Diego Valderas reflexiona, y los que le conocen están convencidos de que escuchará a su organización después de que ésta le haya tenido que reprochar que aceptara la propuesta de la también secretaria general del PSOE en Andalucía sin consultarlo primero con sus dirigentes.
De manera que Susana Díaz se ha encontrado con un efecto boomerang que no esperaba, pese a que pueda sumar a C's para que el Parlamento de Andalucía apruebe la creación del comisionado. Paradójicamente, porque C's (como el PP) se abstuvo con la Ley de Memoria Histórica, Juan Marín ha comentado este miércoles que, “a la espera de concreción”, no le parece mal la propuesta de su socia e incluso que el comisionado cobre por ello. “Cuando se está haciendo una labor, si exige una dedicación exclusiva, se tiene que cobrar un sueldo. (...) Me preocuparía que lo hiciera por otros intereses”, ha apuntado el portavoz de C's, criticando con ello la reacción desde el PP, que rechaza este “golpe de efecto para intentar situarse más a la izquierda”, en palabras de su portavoz, Carmen Crespo.
Por su parte, el portavoz del PSOE, Mario Jiménez, tampoco ha desaprovechado su turno para defender “una propuesta impecable de la presidenta” y recriminar a Antonio Maíllo su intervención “llena de odio” y “escrita no con tinta, sino con bilis”.
Con ello, quitando a los socialistas y a C's, el resto de la oposición no está por la labor. Podemos, como IU, se remite a que las asociaciones de memorialistas tampoco son partidarias de un comisionado, como ya se expresó en el referido trámite parlamentario de la ley.
En este sentido, la propuesta de IU, como impulsora de la ley, era “concentrar en una dirección general fuerte y bien dotada todas las políticas públicas en la materia”, con la ley como marco. Es más, en la coalición de izquierdas interpretan que “la creación de un comisionado nos retrotrae a la situación política anterior a la creación de la dirección general, fragmenta y debilita el impulso público” a la memoria histórica. Y el propio afectado ya lo dijo en declaraciones a eldiario.es/andalucia: “La memoria histórica es mucho más importante que Diego Valderas o Susana Díaz”.