El machismo es “ese monstruo que nos educa en los estereotipos, que cosifica, que minusvalora, que acosa, que abusa de y mata a las mujeres”, escribe Javirroyo (Zaragoza, 1972) en el epílogo de 'Homo machus. De animales a hombres' (Lumen, 2020). Cuando el dibujante aceptó el encargo de convertir sus viñetas publicadas en redes sociales en un libro de denuncia del machismo, admite que no conocía la verdadera profundidad del océano por el que iba a navegar su “barcorrotulador”. No tardó en descubrirlo: hizo un llamamiento en Instagram para que sus seguidoras le contaran casos de discriminación o abuso que hubieran vivido en primera persona y le llegaron más de 300 testimonios en apenas 24 horas.
“La editorial me planteó que había muchos libros sobre feminismo escritos por mujeres, pero ninguno en el que un hombre hablara sobre el machismo. Me pareció una oportunidad, porque es algo que los tíos generamos, pero que también nos afecta. Es un tema delicado, pero llevo años abordándolo en mis viñetas”, explica Javirroyo al otro lado del teléfono.
El humorista defiende la necesidad de “una posición activa” frente al machismo. “Te lo encuentras en el día a día, en un grupo de WhatsApp de tíos en el que uno se dedica todo el rato a mandar fotos de chicas en pelotas, o en conversaciones entre hombres y mujeres en las que solo se oye la voz de ellos. Pueden parecer cosas pequeñas, pero son cotidianas, y eso las convierte en importantes”.
Para el dibujante, el problema es que existe “un sistema heteropatriarcal que nos atañe a todos y nos empuja a comportamientos machistas, también a ellas”. Cita como ejemplo la idea de enseñar a los chicos que tienen que “ayudar” en las tareas del hogar, “cuando debería ser algo asumido que todos debemos contribuir en casa por igual”.
Las viñetas de 'Homo machus' abordan también “las cuestiones más duras”, como el abuso, el acoso, las violaciones... “Cuando estaba en medio de la producción del libro, llegó un momento en el que me di cuenta de que me faltaba algo por mostrar: ¿Cómo están sufriendo las mujeres en su propia piel el machismo? Así que pedí en Instagram que me contaran sus experiencias. Me llegaron más de 300 mensajes en 24 horas, con historias que, en su mayoría, nunca antes habían contado, porque hay miedo a la incomprensión, o a que en lugar de apoyo te encuentres con un reproche o justificación”.
Javirroyo seleccionó doce de esos testimonios y los adaptó al cómic, preservando el anonimato de sus interlocutoras. “Son situaciones que hay que visibilizar, porque cuanto más se hable de ellas más las combatiremos”, opina el autor. Así, el libro incluye el relato de Lara, a la que unos chulos de playa no dejan en paz; el de Claudia, que se topó con un exhibicionista en un paseo por el campo y que descubrió que este tipo de acoso no está contemplado como delito; el de Andrea, que tuvo que aguantar a un sobón en el tren; o la de Sara, una periodista a la que en su época de becaria sus compañeros drogaron en una fiesta y fue violada por uno de sus jefes.
“Actitudes cavernícolas”
Con el libro ya en imprenta, Javirroyo se ha encontrado en sus últimas viñetas publicadas en Instagram, sobre la predominancia de líderes masculinos en la política y la empresa, comentarios rechazando la necesidad de fomentar la igualdad. “Me enfrento a actitudes todavía muy cavernícolas”, señala el dibujante, para quien “que haya gente que te discuta según que cosas a estas alturas significa que no entienden el fondo del problema”.
Para el humorista, a esto se ha añadido que “vivimos una época en la que la derecha se ha quitado la careta, empujada por la irrupción de Vox, y no tiene problemas en decir barbaridades que creíamos superadas hace décadas. En realidad, siempre han estado ahí, pero antes les daba vergüenza expresar esas opiniones”.
Estas ideas y actitudes retrógradas también pesan sobre las nuevas masculinidades, otro de los aspectos que aborda el libro. “Siempre se nos ha inculcado, desde chavales, que solo existe una forma de ser un hombre: ser fuerte, que te gusten los deportes, mostrar tu lado machote cuando estás con los amigos... Nos ha sido negado cualquier comportamiento que pueda calificarse de femenino. Hay mucho trabajo por hacer, y cada uno debe buscar ahí su camino, porque en lo que no podemos caer es en generar nuevos clichés: cada hombre y cada mujer es diferente a su manera”.
Para el dibujante, el primer paso para alcanzar una igualdad real “es reconocer que existe un sistema cultural que nos afecta a todos, que está metido en todos nosotros aunque no lo reconozcamos”. ¿Qué se puede hacer para ir derribándolo? “Pues, por ejemplo, en una conversación de grupo, cuando aparezca un comentario discriminatorio hacia la mujer, corregirlo. Eso no quiere decir que no se puedan hacer bromas, cuando estas estén en un contexto adecuado y no sean un ataque, una forma de denigrar a todo un colectivo. El problema no es el humor, sino las actitudes serias y crónicas insertadas en la sociedad”.