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“Me pregunto cuándo presidirá el Gobierno el hijo de un inmigrante. A ver si los españoles son capaces de lidiar con eso”

Iragorri participó en la conversación inaugural del XX Congreso de Periodismo Digital de Huesca junto a la directora de El País, Soledad Gallego-Díaz

Óscar F. Civieta

Huesca —

El periodista colombiano Juan Carlos Iragorri (Cali, 1961) participó el pasado mes de marzo el XX Congreso de Periodismo Digital de Huesca. Tanto en el propio evento, como en un taller anterior realizado en la Asociación de Periodistas de Aragón, repasó su labor como corresponsal en la Casa Blanca (11 años) y su experiencia en España como corresponsal de la revista El Tiempo, de Bogotá.

Iragorri fundó en 2011, y presentó hasta 2018, en Washington el programa Club de Prensa, transmitido por el canal NTN24 para 20 países, donde participaban los corresponsales y expertos hispanoablantes. Ha recibido el Premio Emmy, el Premio Rey de España de Periodismo, el Premio Planeta de Periodismo, el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar y el Premio del Círculo de Periodistas de Bogota.

Así ve el periodismo, la política (y viceversa) este periodista colombiano cuya vía de escape es una casita en un pequeño pueblo soriano. En Huesca, de hecho, habló de despoblación. En un descanso del congreso (y con la comida esperando) contesta a las preguntas de eldiario.es

Ha sido corresponsal con varios presidentes de los Estados Unidos, ¿con cuál es más sencillo trabajar?

No es fácil decirlo, a Donald Trump le pude hacer dos preguntas hace 15 días cuando recibió la visita del presidente de Colombia Iván Duque. Contestó, como todo el mundo, lo que le dio la gana, pero le pude hacer dos preguntas, y eso es insólito. En el Despacho Oval entra el presidente anfitrión con el visitante y, más o menos, 20 periodistas y los cámaras. Me dio la palabra él.

Con Obama fui dos o tres veces al Despacho Oval y era más complicado. A veces solo daba una declaración y no contestaba preguntas. En otras ocasiones permitía una pregunta. A Bush le pregunté, una vez en el Oval y otra en los jardines, cuando fue el entonces presidente de Colombia Álvaro Uribe. Y era muy simpático en el trato con la prensa. Obama era muy amable, sobre todo después de las preguntas. Es paradójico, pero Bush y Trump han sido más flexibles que Obama a la hora de permitirnos preguntas a los corresponsales colombianos en la Casa Blanca.

Ha cubierto varias fechas que han pasado a la historia, ¿con cuál se quedaría desde el punto de vista periodístico?

Viví el 11 de septiembre como corresponsal en Washington y es una fecha que cambió el mundo. También la muerte de Bin Laden. Yo vivía a seis cuadras de la Casa Blanca y la gente alrededor gritaba “¡USA, USA!”, la gente estaba emocionada, se subía a los árboles, se inundaron las calles y los bares de gente.

Otra fecha importantísima fueron las elecciones que ganó Obama. El triunfo del primer presidente negro fue, como dijo The New York Times, como el final de la guerra civil en Estados Unidos, que se libró de 1861 a 1865 porque los estados del sur decidieron que querían independizarse de los del norte y continuar con la esclavitud legalizada. Y los estados del norte ganaron la guerra civil.

Ver a un presidente negro y a la gente celebrándolo fue muy emocionante. En el discurso de toma de posesión de Obama yo estaba en la fila 80 o 90, ver a un señor diciendo que hace unos cuantos años él hubiera sido un camarero. Y verle en una residencia presidencial que fue construida en gran parte con mano de obra de esclavos…

Siempre me preguntó cuándo habrá, por ejemplo, en España, un hijo de un inmigrante que sea presidente del Gobierno. A ver si los españoles son capaces de lidiar con eso.

Tanto en el taller como en el Congreso, ha repetido que el periodismo español no hace el caso que debería a América Latina, por ejemplo, que le extraña que no haya presentadores de allí

Uno ve casos como el de El País, que tiene un gran despliegue allí, que está haciendo un gran esfuerzo por cubrir toda América. Pero, por otro lado, me sorprende que habiendo en España un 8 % de inmigrantes latinoamericanos, eso no se vea reflejado en los presentadores de los programas. En Inglaterra uno ve presentadores de la India, Pakistán, Bangladesh, de antiguas colonias británicas, me atrevo a decir que son el 40 %.

España está en mora de reflejar en los medios de comunicación la representación, porcentualmente hablando, de la población. Es una cuestión de elemental justicia y demostraría que es un país mucho más abierto.

¿Cómo se combate, desde el periodismo, a un presidente que dice más de 8.000 mentiras en dos años de mandato?

Los periodistas lo único que podemos hacer es contar la verdad. Mostrarle al público lo que ocurre. Es descorazonador ver lo de las mentiras de este señor y que no pase nada. Según las encuestas, el 92 % de los republicanos piensan que los medios de comunicación mienten con respecto a Trump. El director de The Washington Post decía que quizás la única explicación es que los ciudadanos creen que todos los políticos mienten y prefieren que en el poder esté un mentiroso que piense como ellos. Que sea mi mentiroso y no el de otros.

¿Puede ser Trump reelegido?

Es factible, su gestión tiene entre un 41 % y un 42 % de aprobación. Con ese porcentaje, a un año y nueve meses de las elecciones, tiene opciones. La oposición demócrata tiene, actualmente, 15 precandidatos y es posible que se lancen otros 7 u 8. A estas alturas no se sabe quién puede enfrentarse a Trump con eficacia. No solo lo apoyan los racistas o los homófobos, es que también lo apoyan muchos empresarios porque les bajó los impuestos del 35 % al 21 %. Cualquier empresario al que le bajen un 15 % los impuestos le vota.

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